Vivir Con Honor

En el pasado la vida se sostenía sobre pilares bien identificados, los modelos de personalidad basados en esfuerzos y sacrificios eran los cimientos seguros para tener éxito en cualquier proyecto de vida. Hoy en día parece no ser suficiente. Nuestro contexto actual obliga a la mayoría de las personas a tomar acciones que se desentienden de la calidad de vida.

Los modelos actuales están basados en la competitividad como instinto de supervivencia; sin honor, donde la moral y la ética se devaluaron hasta el nivel de pendejismo. Hoy en día, la mayoría quiere la escuela como comodín, los amigos como comodín, el trabajo como comodín, la familia como comodín, el amor y la vida misma como comodín. Parece una senda segura que conduce a una vida estable; el lenguaje con que aprende y vive nuestra sociedad de tierra caliente.

A pesar de ser una manera que funciona, existe otro lenguaje que no refleja sino que transforma ésta realidad; que vincula la razón con el corazón; que permite vivir como mortal en la tierra; mediante el cual se pueden diseñar sueños con pasión y construirlos con devoción; que indica el camino de ese "thelos" o esencia de la vida, el modelo de las personas extraordinarias conocido por todos pero empleado por pocos. Busco maneras de ser que me permitan rediseñarme cuantas veces sea necesario para aprender este modus vivendi. De ahí algunas de mis derrotas económicas y sociales que se convierten en la fortaleza de mi persistencia hacia esta perspectiva de la vida.

Reflexión de un ciudadano que quiere a su tierra y está consciente que no puede haber un cambio significativo en nuestra sociedad a menos que cada uno de nosotros transforme su manera de ser radicalmente en aras de una vida honorable.

Soy un peón blanco, soy arquitecto, soy un artista, soy un hombre halladamente enamorado.

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