Ética Ecológica
Enviado por bibianix • 7 de Junio de 2013 • 2.407 Palabras (10 Páginas) • 498 Visitas
Mística, ciencia y ecología
La visión místico espiritual con relación a la ciencia y la ecología
Por mucho tiempo se han hecho explicaciones tratando de relacionar ciencia con religión, pero esta última ha sido mayormente la del judeo-cristianismo. Sin embargo también es interesante saber otras perspectivas místicas. El objetivo del presente ensayo abarcará la relación que podría tener la visión mística antigua con el respeto a la naturaleza, y a su vez con la nueva visión científica ecológica que se da hoy por hoy. Por Octavio Chon Torres
Normalmente cuando se habla de ciencia y religión se tiene como referencia a la religión judeo-cristiana al momento de hacer comparaciones o de tratar un acercamiento entre ambas. Esto es de esperarse ya que la función paradigmática del mismo casi hace necesario hablar de ello. Sin embargo, no resulta menos llamativo el hacer investigaciones no solo del judeo-cristianismo, sino de otras fuentes religiosas, de diferentes aspectos en este ámbito. Es en este contexto el cual el presente texto supone una mirada diferente, desde la visión mística de otras perspectivas, relacionándola con la nueva visión que se está teniendo en la ciencia contemporánea, y esto además con relación a la ecología y al quehacer humano. En otras palabras, el aspecto místico del mundo en la religión del antiguo mundo –y no tan antiguo a veces- relacionado a la ecología, y a su vez con el mundo científico actual.
Para poder empezar a hablar de esto es necesario recurrir a un concepto denominado por Salvador Pániquer como retroprogresión. Según el autor mencionado: “(…) en cultura no hay progreso; hay retroprogeso. Toda evolución que no conserve de algún modo su punto de arranque es una falsa evolución (…) se define por un movimiento hacia la parcelación y fragmentación de lo real, y un contramovimiento de recuperación de la no-dualidad originaria. Cualquier forma cultural –institución, cosmovisión, leguaje- es el resultado de este equilibrio.”[1] Se usará este concepto más adelante.
Religión y espiritualidad
Para poder mantener una relación entre el aspecto espiritual y el científico, es menester tener en claro las diferencias y aclarar los términos. La religión diverge de otras según sus dogmas, por lo que mantenerse en una posición cerrada no traerá ninguna comunicación, y lo mismo para el científico, que al negarlo todo y creer que su única verdad es la científica, no hace más que mutilar la realidad. Como diría el premio nobel en medicina Konrad Lorenz, “. A los jóvenes “instruidos científicamente” esto les induce a arrojar por la borda el inmenso tesoro de erudición y sabiduría que contienen las tradiciones de civilizaciones antiguas y las doctrinas de las grandes religiones universales.”[2]
Y es por este motivo que es importante abstraer de la religión su parte espiritual, que va más allá del dogma, puesto que se puede ser espiritual sin formar parte de ninguna religión. De esta manera la retroprogesión actuará de modo filtrante, no mutilando la espiritualidad, sino dándole un margen más abierto para poder empezar un verdadero diálogo. De esta manera es que la espiritualidad se la tomará en este texto como el “elemento” más universal del mismo y, en especial, el aspecto místico, aquello que contempla la realidad de forma inefable, al modo en el que se lo plantaría en el Tao Te King: “El Tao que puede ser expresado, no es el Tao eterno. El nombre que se le puede dar, no es su verdadero nombre”[3].
En la visión mística de la antigua Grecia existía una noción similar. La palabra Hybris hacía referencia a la soberbia de uno mismo, cuando se irrumpía en el orden natural de las cosas. Entonces, aparecía Némesis como violencia que restaura ese orden dejado de lado. En el pensamiento oriental existe una noción similar en cuanto a Varuna, la divinidad que se encarga de mantener el orden de las cosas, denominado Rita, el destino de los dioses. Ni estas divinidades podían salir de esa fluir natural. Si bien es cierto los mitos cumplen, al decir del antropólogo Bronislaw Malinowski, una función social, quizá el propósito de esta noción de orden en el mundo era como lo que quería transmitir platón en su República, cuando en boca de Sócrates le dice a Glaucón que para echar una mirada a una ciudad malsana, habría que darles cosas con las cuales no se satisfagan, darles necesidades superfluas de todo tipo y en abundancia[4]. Lo que se quería decir con esto es que así como cuando en la salud uno exagera en alguna comida y le viene indigestión y puede enfermar, a la mente le ocurriría algo similar, ya que al estar llena de tantas superficialidades, su centro se deja de lado y deviene la enfermedad de un consumo desproporcionado. Sin embargo, ¿qué tiene esto que ver con la ciencia?
Visión científica del mundo
Hay un modo de ver las cosas que cabría mencionar en esta parte del texto y es la presentada por Ken Wilber y por Henry Atlan, que a su vez tiene que ver con lo que Edgar Morin plantea acerca de las propiedades emergentes. La cuestión es que la realidad es multidimensional en el sentido de que consta de muchos niveles de organización. Estos niveles van desde lo subatómico, hasta lo psíquico, incluyendo lo sociológico. Por esto, para Ken Wilber: “La biología no puede explicarse solamente en términos de física, ni la psicología solamente en términos de biología, etc. Cada estadio superior incluye las fases anteriores como componentes, pero los trasciende al añadirles sus propios atributos definidores”[5]. Y esto va en consonancia con lo que Henry Atlan también menciona: “Al llegar a este punto, puede que se hayan fijado en que, de hecho, la emergencia de nuevas propiedades específicas en un nivel determinado supone la existencia de una nueva disciplina científica: la física, química, geología, biología celular, psicología, sociología fisiología celular, “gaiología”, etc.”[6]
Pues bien, ya teniendo esto en claro, el de la existencia de la multidimensionalidad de la realidad, cabe agregar algo más. Y es que, no son cuestiones estáticas, como se sabrá, esto de los niveles y propiedades emergentes, sino que cada nivel se interconecta con el otro, pero ello no implica la irrupción total, sino que permite la generación, justamente, de aquella propiedad emergente. ¿De qué manera se relaciona esto con la mística en las relaciones de niveles expuestos? La respuesta es simple: la contemplación mística estaría en el nivel “superior” de este entramado. Y las comillas no son gratuitas, ya que un modo óptimo de apreciar esta estructura compleja de la realidad es la de bootstrap, acuñado por el físico teórico Geoffrey Chew, que significa que el universo es como una red en donde no hay elementos fundamentales,
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