Ética Y Docencia
Enviado por elimary • 20 de Agosto de 2012 • 931 Palabras (4 Páginas) • 646 Visitas
3. La liberación como opción ética de la educación latinoamericana
El contexto histórico-social y cultural latinoamericano es una opción ética porque somos responsables frente al contexto local y no sólo frente al contexto global. Toda la vida humana tiene sentido ético y mucho más la vida de los educadores, por ser su vocación la formación de seres humanos. Decía Freire:
“Lo que me mueve a ser ético por sobre todo es saber que como la educación es, por su propia naturaleza, directiva y política, yo debo respetar a los educandos, sin jamás negarles mi sueño o mi utopía. Defender una tesis, una posición, una preferencia, con seriedad y con rigor, pero también con pasión, estimulando y respetando al mismo tiempo el derecho al discurso contrario, es la mejor forma de enseñar, por un lado, el derecho a tener el deber de “pelear” por nuestras ideas, por nuestros sueños”
La práctica de la educación puede tener su referencia en cualquier teoría, pero no puede olvidar su contexto; si lo olvida es irresponsable ante el pueblo al cual educa. Pero, además, tampoco puede olvidar su práctica educativa porque ella es parte de su punto de partida y porque ella no es posible sin su contexto local y global. Por eso, la práctica y la teoría implícita o explicita de esa práctica también es punto de partida, pues la práctica y su teoría se relacionan en una forma dialéctica y permanente, aún cuando docentes y discentes no tengan conciencia de esa relación, relación que los educadores deben asumir como parte de su responsabilidad profesional y de una manera radical, pues la relación de ambas coincide con la misma naturaleza del ser humano.
Freire nos recuerda que la ética no está al final del quehacer humano, como la filosofía de la educación ha propuesto. La ética está al principio, está en el proceso y está al final, acompaña dialécticamente la acción educativa desde que comienza el proceso educativo. En educación es fácil extraviarse, por ejemplo, hacia un puritanismo que Freire siempre quiso evitar, especialmente porque el acto de educar implica “decencia y pureza”, transparencia. De ahí la importancia de preocuparse por una actitud cada vez más crítica para poder detectar “los desvíos fáciles que nos tientan, a veces o casi siempre, a dejar las dificultades que los caminos verdaderos pueden presentarnos”. Y esto sucede porque los educadores y las educadoras siempre tienen que comparar, valorar, intervenir, escoger, decidir y romper, tarea difícil que exige especial atención de los docentes que, desde sus inicios, han decidido ser sujetos y no medios para que se imponga un nuevo colonialismo. En palabras de Freire:
Estar siendo es, entre nosotros, la condición para ser. No es posible pensar a los seres humanos lejos, siquiera, de la ética, mucho menos fuera de ella. Entre nosotros, hombres y mujeres, estar lejos o peor, fuera
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