Aspectos Socioeconòmicos Del Federalismo Argentino - Miron Burgin
Enviado por raulvoss • 8 de Diciembre de 2013 • 10.513 Palabras (43 Páginas) • 428 Visitas
Aspectos Socioeconómicos del Federalismo Argentino
Miron Burgin
La economía de la independencia
El período virreinal hasta los primeros años de la independencia se caracterizaron por la caída de un sistema económico supuestamente exitoso basado en un férreo control de las importaciones y de la circulación de los metales precioso desde y hacia la Metròpoli. Mediante un aparato de leyes y aduanas que intentaban de forzar que esta circulación de bienes se articulara solamente a través de los puertos del Caribe. Este sistema ya a fines del siglo XVI empezó a resquebrajarse con la fundación de Buenos Aires, que debido a una lejanìa extrema de los centros de control del poder virreinal (en esa época dependìa del Virreinato del Perù) se ejerciera un contrabando, que casi se podría determinar como necesario, ya que las manufacturas que llegaban a este lugar recóndito del virreinato tenìan un precio tan alto que generaban un desabastecimiento en la población de esta aldea. Por lo que a lo largo del siglo siguiente se hicieron constantes los pedidos de permisos para comerciar con el Brasil, quien ofrecía los insumos básicos a un precio mucho màs accesible. El problema de este tràfico se basaba en que los insumos adquiridos en Buenos Aires rápidamente fueron internados, llegando a competir con superioridad por encima de las manufacturas realizadas en Tucumàn, Còrdoba y el mismo Perù. Por ello, los permisos otorgados eran revocados con bastante rapidez (entre 1608 y 1634 se otorgaron en màs de 7 oportunidades pero fueron revocados antes de cumplirse un año de los mismo). Debido a que a pesar de que se cerrò el puerto de Buenos Aires los insumos seguían internándose en el virreinato se establecieron una serie de Aduanas secas, cada vez màs cercanas al Alto Peru, que durante un breve período lograron disminuir el tràfico, que en vez de reducirse fue aumentando. Este contrabando provocó que se aplicara un política de reducción al mínimo del comercio intercolonial, que o bien era desalentado o era prohibído en pos de la defensa de las economías regionales y de los productores de España que intentaron monopolizar la producción de manufacturas. El desarrollo, por consiguiente, de la economía colonial, estaba determinado por los intereses comerciales y fiscales de España. En definitiva, el sistema descansaba en la división geográfica del trabajo, de modo que con el inevitable crecimiento y diversificación de la economía colonial su estabilidad dependía principalmente del desarrollo que la Metropoli pudiera lograr. La crisis económica que padeció España a fines del siglo XVI provocó que se redujeran las exportaciones, debido a que al haber una menor producción de manufacturas y haber aumentado la demanda se hayan disparado los precios. Debido a la afluencia de efectivo a España, los precios subieron mucho más rápidamente que en otros países de Europa. Con los últimos Habsburgo, Sevilla dependía de la industria extranjera para las cinco sextas partes de sus exportaciones de ultramar, mientras en las colonias el contrabando excedía el comercio legal en valor y volumen. De este modo, desapareció prácticamente el comercio transatlántico español, y con él el mercantilismo como principio básico de la política colonial.
Los Borbones, introdujeron una serie de reformas económicas y administrativas y tratando de reactivar las relaciones comerciales con las colonias:
- Eliminó el monopolio del comercio con Sevilla
- En 1718 se trasladó la Casa de Contratación a Cádiz
- En 1748 se abolió el régimen de la flota, 1764
- Se extendió el privilegio del comercio trasatlántico a 9 puertos españoles (1764), a los que se agregaron 13 más en 1778.
- Se permitió el comercio de ultramar y hasta cierto punto el internacional con varios puertos entre los que figuraban Buenos Aires, Montevideo, Valparaíso y Guayaquil. (producto en parte a los tratados firmados tras las guerras europeas, en las cuáles España salió mal parada)
En 1797, determinados buques neutrales fueron autorizados a comerciar con las colonias. Pero estas probaron ser arcaicas e incogruentes con los cambios que se producían en Europa y la creciente crisis de la producción que sufrìa España. Estas medidas hubieran surtido efecto si la Metròpoli hubiera experimentado una revolución industrial al estilo de la que experimentò Inglaterra para ese mismo período, ya que al no poder la Metropoli poder producir los bienes en cantidad y calidad como necesitaban los colonos. Esto acompañado de una falta casi absoluta de industrias autóctonas dejaba a las colonias españolas en una posición de indefensión económica y fue presa fácil del contrabando, que proveìa todos los bienes que la Metropolì no podía ofrecer y los que si, no podían competir en cantidad, ni calidad y mucho menos en precio con los bienes contrabandeados. Por otro lado la os países extranjeros (más allá de un pequeño privilegio transitorio de Franca, luego transferido a Inglaterra). Estas medidas fueron insuficientes, ya que la crisis se intensificó y las concesiones comerciales no resultaron eficientes ya que el papel de intermediario de España en el comercio de las colonias con el exterior resultó gravoso para estas .
Según Burgin, lo que estas “necesitaban y exigían” era libertad económica y autonomía , y eso era lo único que podía asegurar la expansión de su capacidad productiva y una utilización más racional de sus vastos recursos naturales. Nuevamente, según él, “la lucha por la libertad económica fuera al mismo tiempo una lucha política”.
La política económica española era especialmente dañosa para la economía del Virreinato del Río de la Plata, por lo que al seguir empeorándose las condiciones económicas del virreinato con la disminución del ganado, la tierra se hizo relativamente escasa y aumentó el costo de producción, la colonia ya no se pudo permitir desprenderse de una parte de sus ganancias. Era fundamental que los precios recibidos por los artículos exportados y los que se pagaban por las importaciones tuvieran en una relación más estrecha, porque de ella dependía la continua expansión de la industria ganadera; columna vertebral de la economía de la colonia. Lo cual a su vez implicaba la eliminación de la metrópoli como intermediaria de las relaciones comerciales, este fue el punto de contacto de los que querían un comercio libre con los grupos que querían una autonomía mayor con respecto a la Metrópoli y que desencadenaría en la Independencia. La apertura del puerto, y por ende de la colonia para todo el comercio, era una amenaza directa a la seguridad económica y social de los que siempre habían ocupado una posición privilegiada con respecto al comercio de ultramar. Los comerciantes monopolistas junto
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