Brasil. República vieja 1889-1930

Brasil. República vieja 1889-1930.

Luego de la caída de la monarquía en 1888 Brasil, comienza un nuevo periodo denominado la Vieja República. José Murilo de Carvalho (1980) sostiene que la no fragmentación de Brasil se explica por el tipo de élite política existente en el país, formada por la política colonial portuguesa y caracterizada por su homogeneidad ideológica y su entrenamiento. En cambio, Luiz Felipe de Alencastro (2020) entiende que fue el resultado de la unión entre las elites regionales en defensa de la esclavitud y, en particular, el tráfico de esclavos. La economía colonial brasileña había funcionado conforme la bipolaridad producción esclavista en Brasil, teniendo al Imperio la función de asegurar esa continuidad en un contexto de oposición británica al tráfico de esclavos, por un lado, y defensa de sus prerrogativas sociales por parte de los grupos dominantes brasileños. Luís Cláudio Villafañe G. Santos, sumándose a la línea explicativa de Alencastro, sostiene: “Efectivamente, la defensa de la esclavitud parece que tuvo un papel importante en la unión de los diversos grupos de propietarios de tierra de la ex colonia en torno del gobierno imperial. En la medida en que el gobierno central pudo mostrarse como un instrumento de fortalecimiento de las capas dominantes regionales en la resistencia a la abolición del tráfico, sin significativas injerencias en el ejercicio del poder político a escala local, las presiones centrífugas fueron amortiguadas. Eso habría permitido, con el gradual fortalecimiento del aparato del Estado, el mantenimiento de la integridad territorial” (Santos, 2007: 26). Boris Fausto, a su vez, sintetiza el tema: “En el aspecto estructural, el elemento más destacado (...) es el sistema esclavista, el interés por mantener la esclavitud llevó a las provincias más importantes a descartar las alternativas de secesión del Imperio, que las debilitarían enormemente ante las presiones antiesclavistas lideradas por Inglaterra. Al mismo tiempo, Inglaterra alentó la unidad de un país que constituía su mayor mercado latinoamericano y que era una monarquía relativamente estable rodeada de repúblicas turbulentas”. Fausto añade un elemento unificador más: la formación de una élite homogénea poseedora de una concepción jerárquica y conservadora. Formada en la Facultad de Derecho de Coimbra y, posteriormente, en las de Olinda, Recife y San Pablo, esta clase promovió una política centralizadora, favorecida por el desplazamiento de los miembros de esa élite por todo el país, “ocupando puestos administrativos en diferentes provincias”, provocando así “su absorción por parte del poder central y enfrió sus relaciones con los diferentes intereses regionales” (Fausto, 1995: 100).

En consecuencia Brasil pasa a ser una democracia con tinte oligárquico, estos estaban mayoritariamente en dos estados, en San Pablo y Minas Gerais. Con el fin de la esclavitud, brasil paso a ser un pais con gran recepción de inmigrantes, principalmente europeos, provellentes de España, Alemania e Italia, esto genero que la economía en un principo aumentara y paso de ser un país azucarero a cafetalero. Estos inmigrantes pudieron obtener tierras en diferentes estados y de esta forma se dio la expansión demográfica de Brasil. Posteriormente con la caída del precio y venta tanto del café como del caucho, la población comenzó a concentrarse en las que luego pasarían a ser centros urbanos como São Paulo y Río de Janeiro, a esto se le suma la industrialización del país. Pero para llegar a esto Brasil pasó por cuatro décadas muy turbulentas, tanto política, social y económicamente. Veamos con más detalles que ocurrió en aquella llamada por la historiografía de Brasil “La República del café con leche”

República Oligárquica de Brasil.

El periodo que precede a la caída de la monarquía y la consolidación de la República estuvo atravesada por la existencia de intereses de clases dominantes ligadas al café, principal riqueza nacional e ingresos públicos en este periodo, al tiempo que, la formación institucional del federalismo brasileño lo tornó desigual y jerárquico, algunas provincias transformadas en estados, posteriormente, a la institución de la República; tendían a ser más hegemónicas que otras. La inestabilidad política como producto de la falta de un orden legítimo en el período en el que se establece la Primera República en Brasil. Aunque esta se había proclamado sin grandes cuotas de violencia la inestabilidad política continuó luego de 1889 como consecuencia del debate en torno al modelo de república a adoptar. En Brasil se había iniciado el orden político republicano en una sociedad de grandes desigualdades. Ante estas diferencias, en 1891, la Constitución preservó los intereses de los propietarios rurales mientras la participación popular y la igualdad quedaron de lado. En ese marco los intereses de los hacendados eran iguales a la suma de intereses individuales con el interés público. Sin embargo el ideario militar era afín a la idea positivista de una dictadura republicana en su carácter de brazo armado del Estado así como en función de su formación técnica que los inclinaba hacia la ciencia y el desarrollo industrial. Finalmente se afirmó una combinación del ideario positivista y federalista con inspiración norteamericana.

Las fuerzas de coerción del país se encontraban divididas ideológicamente- la Fuerza Militar y la Marina-, entre ambos existía una rivalidad que los caracterizaba, los Militares positivistas y republicanos, y la Marina monárquica. Los Militares tuvieron una gran participación en la proclamación de la República, asumiendo el mando de este nuevo periodo como jefe de Gobierno Provisional el mariscal Deodoro da Fonseca. Este nuevo régimen fue tomado con desconfianza por Europa y para garantizar el reconocimiento como República, fue necesario crear la constitución para organizar el país.

En febrero de 1891 fue promulgada la Constitución republicana, la cual imitó a la norteamérica, como ya fue mencionado posteriormente, esto nos dice Boris Fausto sobre dichos los atributos del Estado establecidos en la Constitución en Brasil;

"Los Estados fueron autorizados a ejercer diversas atribuciones, como la de contraer empréstitos en el exterior y organizar fuerzas militares propias: las fuerzas públicas de los estados provinciales. Esas atribuciones interesaban a los grandes Estados, sobre todo a San Pablo. La posibilidad de contraer empréstitos en el exterior era vital para que el gobierno paulista pudiese poner en práctica la plena valorización del café.

Una de las atribuciones más importantes de los Estados exportadores (...) era la de establecer impuestos sobre la exportación de sus mercaderías. De esa manera,

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