CONVENCIONES INTERNACIONALES

CONVENCIONES

Las convenciones internacionales también son fuentes del derecho de la guerra y son diferentes de los tratados internacionales, ya que estos atienden a acuerdos políticos celebrados en el concierto internacional y son aprobados mediante un exhaustivo procedimiento que esta regido por el derecho interno de cada parte contratante; en cambio, las convenciones no requieren un procedimiento de aprobación estricto y en materia de guerra es mas dúctil su manejo.

Como un ejemplo de lo expuesto acerca de las convenciones esta: en las Conferencias de Haya de 1907 se aprobaron las Convenciones relativas al arreglo pacifico de los conflictos internacionales, a la ruptura de hostilidades, a las leyes y costumbres de la guerra, a los derechos y a los deberes de las potencias y de las personas neutrales en caso de guerra terrestre, al trato de buques mercantes enemigos al romperse las hostilidades, a la colocación de minas submarinas automáticas de contacto y al bombardeo por fuerzas navales en tiempo de guerra.

Existen asociaciones que periódicamente se reúnen para unificar y analizar diversos puntos de vista y acerca del derecho de la guerra, como es la Sociedad Internacional de Derecho Penal Militar y de derecho de la guerra con sede en Bruselas, Bélgica, y al que nuestro país se ha adherido y ha concurrido a algunas convenciones en distintas partes del mundo.

PRINCIPIOS GENERALES DE DERECHO

Dentro de los principios generales de Derecho cito a Francesco Vitoria, quien a su vez hace mención de Légano, uno de los mas antiguos en la materia profesor de la Universidad de Bolonia: quienes combatieron el derecho de declarar la guerra a los paganos y sus pensamientos pasaron a Francisco Suarez, profesor de la Universidad de Coímbra y a Vázquez de Menchaca, y demás números de autores que establecen las máximas en cuanto a principios generales en materia de derecho de guerra.

USOS Y COSTUMBRES

Los usos y las costumbres en el derecho de la guerra son factores importantes en el derecho positivo vigente, ya que por medio de estos aspectos que tienen fuerza legal en los conflictos beligerantes, se pueden normar a las conductas de los hombres que en ellos participan.

Regularmente se concede a la costumbre su justa importancia al decirse que si bien es cierto que no se han de juzgar por ejemplos o analogías, es con estos como se abre un camino a conjeturas probables y en la duda es mejor juzgar con los mismos. Sin embargo, un Estado puede negarse a aplicar la costumbre como fuerza de norma obligatoria, en virtud de que carece de una fuerza coactiva, por lo cual es recomendable que la costumbre se base en hechos inequívocos, notorios y en armonía con el derecho internacional.

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