ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

Calidad De Vida Y Praxis Urbana


Enviado por   •  10 de Marzo de 2015  •  8.910 Palabras (36 Páginas)  •  342 Visitas

Página 1 de 36

Calidad de Vida y Praxis Urbana

Nuevas iniciativas de gestión ciudadana en la

periferia social de Madrid

Julio Alguacil Gómez, jalguaci@polsoc.uc3m.es

Madrid (España), julio de 1998.

4 Las necesidades humanas: descender un escalón en la complejidad

4.1 Introducción

En términos generales se tiene muy asumido que la naturaleza humana busca una continua superación. Tan es así que los procesos de satisfacción de las necesidades están continuamente abiertos, connotados de un subjetivismo que viene marcado por la permanente emergencia de valores culturales en cada contexto y estadio de la evolución social, de tal forma que la satisfacción de una necesidad se viene a considerar como un punto de partida para acometer nuevas necesidades —aunque quizá, como veremos más adelante, más que de nuevas necesidades habría que hablar mejor de satisfactores, aspiraciones y deseos—. Deben, por tanto, considerarse en todo momento las transformaciones culturales, los cambios sociales y los nuevos valores que conllevan, pero además ´estos no sólo se construyen tras la confirmación de nuevos retos, sino que también se construyen a partir de nuevos problemas que las externalidades del propio sistema social van generando.

Generalmente se suele hablar de la aparición de nuevas necesidades, cuando con toda propiedad habría que hablar de nuevas condiciones en permanente cambio que hace que las necesidades sean satisfechas de formas diferentes a como se satisfacían en períodos históricos anteriores o culturas menos occidentalizadas. Las nuevas relaciones de producción y su naturaleza inciden en las condiciones cambiantes que nos hacen pensar en nuevas necesidades, cuando en realidad se trata de los nuevos requerimientos necesarios para la reproducción del modelo económico. La división del trabajo y el sentido asignado a las innovaciones tecnológicas crean las condiciones ineludibles, inducidas unas veces, por dependencia otras, que hacen surgir nuevas problemáticas y nuevas formas de acceder a las necesidades humanas a la misma vez que despejan el camino para una conciencia del deseo ilimitado.

Persisten, por lo tanto, las necesidades de siempre, pero aparecen otras nuevas formas sociales. En realidad nuevas condiciones surgidas del cambio social que son recurrentes respecto de las necesidades, es decir, más que generar nuevas necesidades, las reproducen. Se establecen nuevos escenarios donde se precisan muy distintas maneras de satisfacer las necesidades humanas…

Un autor como Toni Domenech (1985: 91), en apretada síntesis, responde a esas preguntas: «La moderna cultura burguesa ha despertado necesidades autodestructivas, incompatibles con la supervivencia de la especie —por motivos elementalmente ecológicos— en un futuro nada remoto y con la justicia y la igualdad en el lacerante presente. Y lo que no es preocupante, ha arruinado la capacidad de los individuos para conocerse a sí mismos, para controlar sus deseos y formar buena parte de sus necesidades. . . ». Pág. 48

Eso que bajo la inercia de la conducta llamamos nuevas necesidades son muchas veces revelaciones del deterioro social y ambiental de nuestro mundo, de la mayor complicación y de la menor complejidad. Esas nuevas necesidades, no son tales, son en todo caso nuevas expresiones del cómo satisfacer las necesidades humanas. Partimos de la idea de que las necesidades, aunque diversas, son interdependientes (sinérgicas), no así los satisfactores, las aspiraciones o las preferencias que se encuentran más circunscritos a estadios socio-culturales, a su vez determinados por estructuras económicas. Apuntamos, por tanto, una primera distinción entre necesidades y deseos, y también la oportunidad de un cierto sentido de las necesidades humanas orientado a la equidad y la reciprocidad. Queremos descender un escalón buscando el sentido de lo complejo en las necesidades, aspecto básico para el cometido de nuestra investigación, y para ello debemos sumergirnos en el dilema de las necesidades: ¿son universales o son relativas? ¿Son subjetivas, pueden objetivizarse? ¿Se satisfacen desde estrategias de Estado, o de Mercado? ¿Se satisfacen desde una escala macro, o desde una escala micro? La falta de acuerdo en un sentido teórico determinado nos obliga a aproximarnos a distintas perspectivas cuyo objeto de atención han sido las necesidades…

4.2 Principales aproximaciones a la Teoría de las Necesidades

De la confusión reinante respecto del concepto necesidad derivan las dificultades intrínsecas a la hora de establecer categorías. Ese ejercicio es, en consecuencia, un esfuerzo de orden positivista dirigido a desenredar la complejidad. La cultura científica aboga por ello, otro aspecto será si estratégicamente y con posterioridad se procede a volver a enredarlo, es decir, a descubrir y establecer las interacciones entre las distintas categorías reconociendo la complejidad del concepto con el objeto de que la acción de los sujetos alcance una operatividad sinérgica. La categorización de las necesidades corre el riesgo de establecer esquemas de jerarquización, que suponen de facto un aislamiento de unas categorías de necesidades de otras, estableciendo, también, prioridades de unas sobre otras. En este sentido y por defecto, la reputada Teoría de las Necesidades de Maslow (1975 y 1982)65 (del que se considera como el más influyente y exhaustivo autor en la categorización de las necesidades), incurre en estos supuestos… Pág. 49

Otros autores propugnan una categorización de las necesidades fundamentada en una base de universalización de las necesidades humanas, y para ello asignan un sentido estratégico inherente para alcanzar su satisfacción. Desde ese posicionamiento se realiza un esfuerzo por despejar las diferencias entre las necesidades, siempre consideradas universales, y las preferencias o deseos, circunscritas siempre a valores y rasgos culturales de contextos determinados. En este sentido, las necesidades humanas siempre representan objetivos comunes que persiguen todos los individuos en cualquier contexto social y cultural. Lo que varía son los medios y las formas de lograr las satisfacciones universales (lo que denominan unos como necesidades intermedias y otros como satisfactores). Entre estos autores, todos ellos teóricos integrantes de un enfoque que denominamos eco-humanista, habría distinguir a Galtung(1977), Max-Neef (1986), y Doyal y Gough (1994)…

Por su parte, Max-Neef y el grupo CEPAUR distinguen entre necesidades, satisfactores y bienes económicos. «La interrelación —señalan Max-Neef et al. (1986: 41)— entre necesidades,

...

Descargar como (para miembros actualizados) txt (59 Kb)
Leer 35 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com