Diario de un diplomático en Venezuela de Sir Robert Ker Porter
Enviado por Ángel Bertucci • 14 de Diciembre de 2017 • Ensayo • 2.098 Palabras (9 Páginas) • 569 Visitas
Universidad Central de Venezuela Caracas, 1 de noviembre de 2017
Facultad de Humanidades y Educación
Escuela de Historia
Cátedra: Historia de la Historiografía Venezolana
Alumno: Ángel Bertucci, CI: V-25.896.266
Ensayo I
Diario de un diplomático en Venezuela
de Sir Robert Ker Porter
Después de la Guerra de Independencia de Venezuela y la posterior integración de esta junto a las naciones que la historiografía señala como “La Gran Colombia”[1] se entra en una fase experimental en cuanto a la reestructuración de sus instituciones, de su economía, de su sociedad y de su doctrina política para el desarrollo de esta entidad.
La unificación de estas naciones[2] debido a un consenso en el Congreso de Angostura[3] generó un favorecimiento a las demás naciones vecinas, que también se encontraban disputando su libertad. Sin embargo, las condiciones de la Gran Colombia tampoco eran las más óptimas, su desligamiento de la Corona Española influyó en un deterioro socioeconómico, debido a su dependencia con esta, sin añadir los más de 15 años de guerra, la tensión por una posible reconquista, las enfermedades y en algunos sectores los daños ocurridos por el terremoto en Venezuela de 1812.
Dentro de este país que apenas estaba naciendo se encuentra Sir Robert Ker Porter, un diplomático, pintor, literario y viajero. Nació en la ciudad de Durham, Irlanda, en 1777, hijo de una familia tradicional irlandesa, sin origines aristocráticos ni poseedora de grandes tierras pero sí con un gran historial en el ámbito militar y político lo cual el Sir Robert desde pequeño se vio rodeado de la alta sociedad.
Un cónsul en Caracas
Sir Robert Ker Porter es nombrado cónsul en la ciudad de La Guaira y Caracas en la Gran Colombia, no se tiene un registro oficial del criterio o normativa establecido para la designación de estos cargos, se cree que: “Los nombramientos para ocupar los puestos diplomáticos y consulares en las nuevas repúblicas suramericanas eran apetecibles: en Londres, hasta los desastres financieros del fin de 1825”[4]
Llega a La Guaira en noviembre de 1825 para ejercer el cargo de cónsul de Gran Bretaña en los que sería la Gran Colombia. Una de las aspiraciones principales del señor Sir Robert era ser Embajador en Rusia donde se encontraba hospedada su familia, entre ellas su madre, su esposa la Princesa María Sherbatoff y una hija María Nikine apadrinados bajo su amigo el Zar Alejandro I. Este nombramiento en Caracas logra llenar un poco sus expectativas políticas ya que ejerce cargos de suma relevancia como lo es la de Cónsul y personales por sus viajes a un mundo tan exótico como lo es el tropical.
Un diario caraqueño
La misión principal del Cónsul Sir Robert Ker Porter era servir de intermediario entre Gran Bretaña y la Gran Colombia para las relaciones comerciales, políticas y sociales que se establecían entre ambas naciones, también resolver disyuntivas y hacer valer y respetar los intereses de su nación en estas tierras.
Al llegar a La Guaira empieza a llevar un registro que recoge todo tipo de experiencias, la cual tiene una doble modalidad ya que no es un diario estrictamente personal, sino, más bien, uno que sirve como registro para los asuntos diplomáticos oficiales y no oficiales, así como de ámbito personal en la cual narra sus diversos viajes por algunas zonas de Venezuela, sus inquietudes, actividades como la pintura, paseo a caballo, encuentros con la sociedad de la época y descripción de los paisajes que se encontró.
El diario también logra verse reflejado como un escape del Sir Robert para drenar sus sentimientos y disyuntivas internas, entre ellos la confusión que existe con la época y el clima, el alejamiento con su familia y los mil y un conflictos con los cuales se encuentra en su estadía ya que el cónsul llegó solo, sin un equipo de apoyo, lo cual demostró una gran independencia y eficacia para resolver sus problemas y ejecutar soluciones. También hace un uso extensivo del correo para la comunicación con su esposa en Rusia y con Inglaterra cuando es menester en los asuntos diplomáticos.
Sir Robert Ker Porter desglosa en su diario una serie de juicios que pueden ser parciales o imparciales dependiendo la situación. Hay que recordar que durante el contexto en que él se encuentra una nación está naciendo y se está adaptando a la separación y dependencia de un Imperio, y que, por supuesto, su cosmovisión europea influye para interpretar los hechos. El Sir Robert como diplomático ejecuta dos acciones tanto de espectador de los hechos como protagonista de estos ya que durante sus atribuciones como cónsul posee contacto directo con grandes políticos de la época como el Libertador Simón Bolívar, el General Páez, Marqués del Toro, el General Mariño, entre otros, que le permite expresar sus inquietudes y recomendaciones con base en el desarrollo que posee Inglaterra y los intereses de esta en la Gran Colombia.
Porter, el conflicto nacional y la sociedad caraqueña
Desde su llegada comienza a hacer comparaciones del comportamiento de la sociedad venezolana con las que él frecuenta. Hay que recordar que Sir Porter siempre estuvo rodeado de una sociedad elitista tanto en Irlanda e Inglaterra como por la familia de su cónyuge, la Princesa María Sherbatoff en Rusia, y su gran amigo el Zar Alejandro I, por lo tanto es evidente un choque cultural y social del que no estaba acostumbrado, sin contar la degradación económica y social que estaba viviendo Venezuela durante su estadía.
Sin caer en anacronismos, se refiere muy críticamente a la situación racial en el país, a modo despectivo se inclina al color de piel de las personas, pero hay que recordar que se está en un contexto donde se mantiene una sociedad esclavista europea, y esos prejuicios no pueden ser criticados con juicios morales modernos. Sin embargo, es indispensable demostrar su visión sobre las relaciones y jerarquía de la sociedad venezolana.
Una de sus anécdotas principales al visitar la casa del General Mariño que se encontraba ausente y el impacto que tiene acostumbrarse a estos actos.
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