Diversidad étnica en el Estado de Hidalgo

Diversidad étnica en el Estado de Hidalgo

Por Pedro Mijaíl Cruz Herrera

Si la desigualdad entre los diferentes grupos de la sociedad es abismal en el país, en las zonas rurales lo es todavía más, y aunque el Estado de Hidalgo tenga en su haber hermosos lugares pintorescos a donde la modernidad aún no ha llegado, no todo es miel sobre hojuelas.

En el Estado de Hidalgo se estima que cerca de cuatrocientos mil personas hablan alguna de las lenguas indígenas identificadas en la entidad (náhuatl, otomí y tepehua), por lo que el estado ofrece una impresionante muestra de la diversidad cultural del país. En el municipio de Ixmiquilpan, por ejemplo, se asienta una etnia que orgullosa exhibe sus tesoros culturales: Los hñahñus.

En lo particular, le tengo especial cariño a la cultural hñahñu, ya que es la cultura de mi abuela, y de algunos de mis tatarabuelos. Aunque actualmente, mi abuela no recuerda ya ninguna palabra en ese dialecto, aún nos cuenta historias de su infancia, que evocan recuerdos memorables sobre sus tradiciones. Reitero mi orgullo de ser un descendiente de esta raza ya que a pesar de todas las adversidades (que no han sido pocas si incluimos el olvido hacia ellos de parte de la sociedad, el rezago en todos los niveles de servicios sociales, las difíciles condiciones climáticas, etc.), han salido adelante, conservando sus tradiciones culturales.

A pesar de la fuerza de espíritu del pueblo indígena, es importante mencionar que si nosotros no apoyamos, promovemos y defendemos su cultura, ellos difícilmente podrán hacerlo solos, ya que desafortunadamente la historia nos ha demostrado lo reacios que somos la mayoría de mexicanos para aceptar lo diferente, para rechazar nuestra propia identidad y abrazar la identidad ajena. Pero aún así, estoy convencido que no podemos huir de nosotros mismos, nuestras raices crecen, se extienden en el cemento, en las paredes, como una enredadera, nuestro rechazo a nosotros mismos, nos salpica de vergüenza.

Debido a las dificultades que han atravesado la mayoría de ellos, algunos han optado por emigrar, generalmente a los Estados Unidos y se ha generado la denominada cultura chicana. Otros han decidido desplazarse dentro del país, para buscar trabajo, generalmente mal remunerados, tales como albañiles, plomeros, fontaneros, o vendiendo en las calles sus artesanias. Estos para mi, son destinos tristes; aunque nadie nos debe limitar en este planeta si somos tercermundistas y empacamos las maletas, estoy convencido de que ningún mexicano debería abandonar su tierra y su cultura por verse obligado a buscar nuevas oportunidades de desarrollo.  

La mayoría de hidalguenses somos descendientes de una etnia, por lo que conviene a todos abrazar nuestra cultura, y tal como menciona la ganadora del premio Nobel de la Paz, Rigoberta Menchú: “La paz es hija de la convivencia, de la educación, del diálogo. El respeto a las culturas milenarias hace nacer la paz en el presente”.

Referencias bibliográficas:

Estado de Hidalgo (s.f.). En Wikipedia. Recuperado el 29 de Julio de 2016 de

https://es.wikipedia.org/wiki/Estado_de_Hidalgo

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