El Quiltro Y La Laucha

El quiltro y la laucha: los animales actuales del escudo patrio

Gabriela Mistral hace un llamado a mirar el escudo patrio, centrando la atención en los dos animales que a ambos lados lo complementan: el cóndor y el huemul. Establece que el pueblo chileno, desde hace mucho tiempo, ha visto al ave carroñera como una fuente de inspiración; imagen incrustada en el inconsciente colectivo de la comunidad como un representante popular de lo majestuoso, pero que a su vez ha dejado de lado todo lo que simboliza su compañero heráldico: la elegancia, inteligencia y la paz. A raíz de lo anterior, cabría preguntarse lo siguiente: ¿Ambos animales son el ejemplo que como chilenos debemos seguir o el carácter que ellos poseen se hace presente de una manera natural y espontánea, sin necesidad de imitación, en nuestra forma de actuar?

La poetisa, según su parecer, deja en claro que los rasgos característicos de las dos bestias se han hecho presentes en los actos de todos los chilenos a lo largo de la historia, mas es el cóndor el que ha tenido mayor protagonismo, posiblemente porque como país preferimos ser representados por un ave que se come al inferior en vez de identificarnos con un pariente del ciervo que en la cadena alimenticia del reino animal desempeña el papel de alimento de otro más fuerte. Teniendo en cuenta lo anterior, es fácil llegar a la conclusión de que es mejor demostrar una imagen fuerte y altanera que una débil y sumisa ¿Pero realmente representamos o queremos representar eso? Creo que con el pasar de los años la mejor respuesta a esa interrogante es un rotundo no.

Como pueblo chileno, somos demasiados buenos con los que nos pueden dañar, este rasgo se puede equiparar con el carácter del huemul, presa de algún depredador, pero primeramente estoy haciendo referencia a lo que como cóndores, supuestamente, debiésemos representar. El sistema económico mundial, acrecentado en Chile luego de la dictadura, nos daña cada día más, aumentando la brecha de desigualdad entre los miembros de una misma sociedad ¿Y qué hacemos para detener la injusticia? Nada, absolutamente nada. Aunque con lo anterior me pudiese equivocar ya que sí ocurre algo: se fortalece el sistema para que el rico quede más rico y el pobre sea aún más pobre. ¿Dónde está el cóndor orgulloso para poner fin a esto? Creo que se fue a dormir a su nido, dejando vacío su lugar en el escudo patrio porque le dio vergüenza ser imagen de un pueblo de la índole recién mencionada y su lugar lo ocupó un perro, y no cualquier perro, sino un quiltro de esos que andan por la calle a los cuales cualquiera les da las sobras de un alimento y queda feliz, cualquiera le puede pegar con un palo, pero seguirá moviendo la cola mansamente y queriendo a su agresor, sin emitir ladrido de queja alguno. Este es nuestro cóndor actual: un perro quiltro que todos ven con ojos de lástima y que saben que por más mal que lo traten, seguirá

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