El Requerimiento

El Requerimiento es un documento que se redactó como respuesta a la polémica cuestión del tratamiento de los pueblos indígenas de América durante su conquista y colonización. Esta controversia empezó en 1511 cuando los frailes pertenecientes a la Orden de Santo Domingo (los dominicos o dominicanos) que residían en La Española cuestionaron el modo en que los indios eran tratados por los conquistadores y colonos. La fuerte crítica llegó hasta España y tanto los expertos en las leyes y otros asuntos de Las Indias como los simples expedicionarios comenzaron a debatir el carácter justo o injusto de la conquista. La polémica llegó a tal punto que el propio rey Fernando el Católico consideró necesario aclarar las condiciones de justicia que debían guiar la conducta de los españoles en el Nuevo Mundo. El fracaso de Las leyes de Burgos de 1511 que pretendían limitar el poder de los colonos fue seguido por el Requerimiento, un documento redactado por el jurista y consejero real Juan López de Palacios Rubios, quien en otras ocasiones había sostenido la justicia de las empresas reales. El texto se basó en la forma más extrema de autoridad papal que consideraba que todo ser humano vivía bajo el poder y amparo de Jesucristo cuya autoridad había sido delegada a san Pedro y de éste a los Papas. Aunque el objetivo del documento fuera el de reflejar las ideas y la posición de la corona española en este asunto, el verdadero propósito fue el de absolver a la corona de la responsabilidad de proteger a los indígenas de los abusos de los colonos.

TEXTO ORIGINAL

De parte del Emperador y Rey don Carlos, y doña Juana, su madre, Reyes de Castilla, de León, de Aragón, de las dos Sicilias, de Jerusalén, de Navarra, de Granada, de Toledo, de Valencia, de Galicia, de Mallorca, de Sevilla, de Cerdeña, de Córdoba, de Córcega, de Murcia, de Jaén, de los Algarves, de Algecira, de Gibraltar, de las islas de Canaria, de las Indias, islas y tierra firme del mar Océano, Condes de Barcelona, Señores de Vizcaya y de Molina, Duques de Atenas y Neopatria, Condes de Ruysellón y de Cerdeña, Marqueses de Oristán y de Gociano, Archiduque de Austria, Duques de Borgoña y de Bravante, Condes de Flandes y de Tirol, etc. Domadores (conquistadores) de gentes bárbaras.

Sus criados (siervos) os notificamos y hacemos saber, como mejor podemos, que Dios nuestro Señor, uno y eterno, creó el cielo y la tierra, y un hombre y una mujer, de quien nos y vosotros y todos los hombres del mundo fueron y son descendientes y procreados, y todos los que después de nosotros vinieran. Mas por la muchedumbre de la generación que de estos ha salido desde cinco mil y hasta más años que el mundo fue creado, fue necesario que los unos hombres fuesen por una parte y otros por otra, y se dividiesen por muchos Reinos y provincias, que en una sola no se podían sostener y conservar.

De todas estas gentes Dios nuestro Señor dio cargo (encargó, mandó) a uno, que fue llamado San Pedro, para que de todos los hombres del mundo fuese señor y superior a quien todos obedeciesen, y fue cabeza de todo el linaje humano, dondequiera que los hombres viniesen en cualquier ley, secta o creencia; y dióle todo el mundo por su Reino y jurisdicción, y como quiera que él mandó poner su silla en Roma, como en lugar más aparejado (preparado, adecuado) para regir el mundo, y juzgar y gobernar a todas las gentes, cristianos, moros, judíos, gentiles o de cualquier otra secta o creencia que fueren. A este llamaron Papa, porque quiere decir, admirable, padre mayor y gobernador de todos los hombres.

A este San Pedro obedecieron y tomaron por señor, Rey y superior del universo los que en aquel tiempo vivían, y así mismo han tenido a todos los otros que después de él fueron elegidos al pontificado (a ser Papa), y así se ha

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