Requerimiento
Enviado por rehtse_ • 14 de Octubre de 2013 • 1.734 Palabras (7 Páginas) • 253 Visitas
EL REQUERIMIENTO (1)
Para comprender la entidad e importancia del Requerimiento, documento cuya transcripción damos a continuación, es conveniente analizar el contexto histórico en el que se gestó y la problemática a la que intentó dar respuesta.
En 1511 los dominicos residentes en La Española hicieron estallar lo polémica sobre la justicia de la conquista de América, al cuestionar el modo en que los aborígenes eran tratados por los españoles. (cf. Sermón de Antonio de Montesinos) Tan fuertes fueron en la península las resonancias de esta polémica, que incluso se pensó suspender la magna expedición, que con apoyo de la Corona, debía dirigir Pedrarias de Avila en 1513 con destino a Tierra Firme. Grandes tratadistas como Matías de Paz (2) y también simples expedicionarios como Martín Fernández de Enciso (3) comenzaron a discutir sobre la licitud o ilicitud de la conquista. Incluso el mundano rey Fernando el Católico sintió la necesidad de que se aclarasen las condiciones de justicia en que debía fundarse la conquista.
El Requerimiento fue la primera respuesta oficial de la Corona a esta cuestión. Su redacción fue encargada a un oficial de la misma corona, con toda probabilidad su autor fue el jurista y consejero real Juan López de Palacios Rubios (4), quien en situaciones semejantes se había encargado de sustentar la justicia de las empresas reales (5).
La concepción que subyace a la argumentación del Requerimiento es la forma más extrema de la hierocracia papal, que concebía que toda potestad humana estaba supeditada en última instancia a la autoridad de Jesucristo, autoridad que el Señor había delegado a san Pedro y en este a todos sus sucesores, los Romanos Pontífices (6).
Provisión que se manda al marqués don Francisco de Pizarro
para que pudiese continuar las conquistas de las provincias del Perú.
La forma y orden que se ha de tener en el requerimiento que de parte de su Majestad se ha de hacer a los Indios Caribes, alzados en la provincia del Perú, es el siguiente:
De parte del Emperador y Rey don Carlos, y doña Juana, su madre, Reyes de Castilla, de León, de Aragón, de las dos Sicilias, de Jerusalén, de Navarra, de Granada, de Toledo, de Valencia, de Galicia, de Mallorca, de Sevilla, de Cerdeña, de Córdoba, de Córcega, de Murcia, de Jaén, de los Algarves, de Algecira, de Gibraltar, de las islas de Canaria, de las Indias, islas y tierra firme del mar Océano, Condes de Barcelona, Señores de Vizcaya y de Molina, Duques de Atenas y Neopatria, Condes de Ruysellón y de Cerdeña, Marqueses de Oristán y de Gociano, Archiduque de Austria, Duques de Borgoña y de Bravante, Condes de Flandes y de Tirol, etc. Domadores de gentes bárbaras.
Sus criados os notificamos y hacemos saber, como mejor podemos, que Dios nuestro Señor, uno y eterno, creó el cielo y la tierra, y un hombre y una mujer, de quien nos y vosotros y todos los hombres del mundo fueron y son descendientes y procreados, y todos los que después de nosotros vinieran. Mas por la muchedumbre de la generación que de estos ha salido desde [hace] cinco mil y hasta más años que el mundo fue creado, fue necesario que los unos hombres fuesen por una parte y otros por otra, y se dividiesen por muchos Reinos y provincias, que en una sola no se podían sostener y conservar.
De todas estas gentes Dios nuestro Señor dio cargo a uno, que fue llamado S. Pedro, para que de todos los hombres del mundo fuese señor y superior a quien todos obedeciesen, y fue cabeza de todo el linaje humano, dondequiera que los hombres viniesen en cualquier ley, secta o creencia; y dióle todo el mundo por su Reino y jurisdicción (7), y como quiera que él mandó poner su silla en Roma, como en lugar más aparejado para regir el mundo, y juzgar y gobernar a todas las gentes, cristianos, moros, judíos, gentiles o de cualquier otra secta o creencia que fueren. A este llamaron Papa, porque quiere decir, admirable, padre mayor y gobernador de todos los hombres.
A este San Pedro obedecieron y tomaron por señor, Rey y
superior del universo los que en aquel tiempo vivían, y así mismo han tenido a todos los otros que después de él fueron elegidos al pontificado, y así se ha continuado hasta ahora, y continuará hasta que el mundo se acabe.
Uno de los Pontífices pasados que en lugar de éste sucedió en aquella dignidad y silla que he dicho, como señor del mundo hizo donación de estas islas y tierra firme del mar Océano a los dichos Rey y Reina y sus sucesores en estos Reinos, con todo lo que en ella hay, según se contiene en ciertas escrituras que sobre ello pasaron (8), según se ha dicho, que podréis ver si quisieseis. Así que sus Majestades son Reyes y señores de estas islas y tierra firme por virtud de la dicha donación; y como a tales Reyes y señores algunas islas más y casi todas a quien esto ha sido notificado, han recibido a sus Majestades, y los han obedecido y servido y sirven como súbditos lo deben hacer, y con buena voluntad y sin ninguna resistencia y luego sin dilación, como fueron informados de los susodichos, obedecieron y recibieron los varones religiosos que sus Altezas les enviaban para que les predicasen y enseñasen nuestra Santa Fe y todos ellos de su libre, agradable voluntad, sin premio ni condición
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