Etapas Por Las Que Ha Atravesado La Vitivinicultura En Chile

Tras el descubrimiento de América, y el comienzo de la colonización en Chile, podemos definir cuatro etapas importantes en las cuales la vitivinicultura ha sido la protagonista como fuente de tradición, emprendimiento y arduo trabajo.

En primer lugar, definimos la era colonial, que data desde el 1541 con la conquista y fundación de Santiago por Pedro de Valdivia junto a 12 soldados y varios cientos de nativos. Pedro de Valdivia se apodera del actual territorio metropolitano, éste es repartido como mercedes de tierra entre los soldados, dando inicio a la fundación de las primeras viñas chilenas. Estas comenzaron a dar status y fueron un gran símbolo de poder, brindando alimento y fiesta a los colonos. Esto comenzó a darle una identidad por sus usos y costumbres

Se ocupan los valles más importantes para fundar viñas. El Biobío, Maule, Colchagua, Maipo, Aconcagua, como también Copiapó, Huasco, Limarí y Choapa. El abastecimiento a las zonas mineras comienza a abrir redes y rutas hacia Perú y Potosí en Bolivia.

El proceso de afrancesamiento se da inicio en 1830. Se llama así a este periodo porque hay una gran “importación” de expertos franceses y cepas de esa nacionalidad, que comienzan a mejorar y cambiar el proceso de vinificación. Existe una apertura del comercio que facilita y fomenta la venta de vino chileno y permite la creación de nuevas grandes fortunas. Las principales viñas, como Concha y Toro y Cousiño Macul comienzan a ganar prestigio.

En los años 60, del siglo XIX, donde se hizo presente la plaga de la filoxera, el vino chileno actuaba como un sustituto barato mientras Francia, España, Italia y otros luchaban contra el devastador insecto. Después de la recuperación de esta crisis, Chile pierde mercado y el vino es consumido localmente, habiendo exceso de oferta. Se optó por privilegiar la producción por cantidad más que la calidad, esto provocó una situación de alcoholismo y llevó a que en 1938 sucediera la esperable recesión vitivinícola.

La tercera etapa, es representada por un ciclo recesivo, Acercándose a la mitad del siglo XX comienza en 1938 con la segunda Ley de alcoholes. Esta ley le prohíbe el consumo a la gente común (no así para los aristócratas), rechaza el permiso a crear nuevos viñedos y regula fuertemente la producción. Por primera vez se asocia al vino como un factor negativo. El consumo de litros per cápita pasó de ser 60 a 40 litros en pocos años.

Por otro lado, el terremoto del 38 afecto negativamente a todas las viñas del valle central. Destruyendo la mayoría de sus instalaciones contrajo la producción de manera significativa, marcando aun más el ciclo recesivo en el cual se encontraba.

Desde 1974, la nueva Ley de alcoholes, marca el hito que libera la restricción de plantación, brinda

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