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La invasión Europea del espacio Caribe: Las Antillas y la tierra firme, Marchena.


Enviado por   •  19 de Junio de 2016  •  Resumen  •  3.089 Palabras (13 Páginas)  •  1.549 Visitas

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La invasión Europea del espacio Caribe: Las Antillas y la tierra firme, Marchena.

Del puerto de Lisboa a los viajes de rescate

Con los inicios del proceso de expansión atlántica europea, característico de los siglos XV y XVI, culmihna el ciclo de la economía mediterránea, produciéndose un cada vez mas acentuado movimiento de traslación de los ejes del comercio y de los intercambios hacia el Atlantico y al oeste de Europa.
Portugal se había volcado sobre las aguas oceánicas desde fechas tempranas. Su experiencia y continuidad en estas singladuras, primero pesqueras y luego mercantiles, habian llevado a los marineros lusitanos hasta aguas bien adentro. Las islas Azores eran avistadas en el siglo XIV, al igual que Madeira. Posteriormente y en busca de oro y esclavos, llegaron a conocer muy bien el litoral africano
Azores y Madeira no tenían población nativa cuando los portugueses comenzaron a instalarse en ellas. La isla de Madeira fue asi colonizada a partir de 1420, trasladando caña de azúcar desde la península y esclavos negros africanos. Se plantaron viñedos y se sembro cereal, se llevaron cabezas de ganado y sobre todo se practico una explotación intensiva de la caña de azúcar.
Mas al sur los marinos y comerciantes de Portugal alcanzaron las islas de Cabo Verde en 1456-1462 estableciendo la primera colonia europea estable en las regiones tropicales. Fue en estos años cuando se sentaron las bases de las que se desarrollaría en el futuro una de las practicas mas atroces de la historia de la humanidad: la trata de esclavos de los siglos XV al XIX. Durante el siglo XV y principios del XVI los portugueses habian creado un imperio marítimo casi sin territorialidad basado en el dominio de las rutas marítimas, apoyadas en islas y en puertos situados en las costa de Africa, que luego proseguirían por Asia y por America.
El problema de la navegación de Africa y Guinea, y ahora de Oriente lo representaba el retorno a Portugal, la llamada “volta de Mina”. Era fácil bajar, pero muy dificil volver a Lisboa, la solución: era necesario separarse de la costa africana. En otras palabras, había que internarse en el atlántico. Fue una navegación que se torno habitual para los navegantes y mercaderes portugueses desde los años setenta del siglo XV.
Esta intensa actividad comercial fue posible  gracias a una antigua red de mercaderes, tejida ya desde antiguo y compuesta en su mayor parte de judíos, que comunicaba intensamente a Lisboa con Italia y los Paises Bajos.
Desde 1420 funcionaba la famosa Escuela de Sagres, para formar marinos y cartógrafos. A la vez, en los astilleros lusitanos del Algarve, Porto y Lisboa diseñaron un navio capaz de navegar an alta mar incluso frente a vientos contrarios, o adentrarse en las desemboaduras de los ríos africanos: era la carabela, con toda seguridad el mejor buque de la época, idóneo para “descubrir e resgatar” como se decía entonces.
A diferencia de las otras islas atlánticas, las Canarias si estaban pobladas, lo que no represento un grave problema: sus nativos, losguanches, fueron rápidamente extermiandos en las guerras de invasion y los supervivientes vendidos como esclavos en Sevilla. En las islas se implanto el modelo madeirense (tala de bosques y plantación de azúcar) aunque su producción fue siempre inferior a la de las islas portuguesas.
La propuesta realizada por un comerciante genoves de nombre Cristobal Colon a los reyes de Castilla y Aragon para navegar hacia el oeste desde las Canarias buscando la India. En la propuesta de Colon no se hallaron grandes imposibilidades geográficas, en cuanto que la mayor parte de los cosmógrafos de la época ya aceptaban la esfericidad de la Tierra. El camino de ida que ofrecía Colon parecía realizable; el problema era el regreso.
La experiencia acumulada durante todo el siglo XV en cuanto a navegaciones atlánticas era mucha y permitia plantear un viaje como el propuesto por Colon con ciertas posibilidades de éxito. Colon tenia un secreto y una habilidad. Quizá el secreto de Colon fue haber conocido, durante los tiempos en que vivio en Madeira o en Lisboa dedicado al comercio, a alguno de estos marineros anónimos portugueses; y su habilidad fue saber combinar con acierto los conocimientos y la experiencia que ya se tenían para realizar un viaje de ida buscando los contraalisios.
La propuesta de Cristobal Colon a los reyes de Castilla y Aragon era un empresa con pocos riesgos para la Corona castellana, y en cambio podía aportar notables beneficios.
El itinerario seguido por Colon en este primer viajes exactamente el que hemos comentado, demostrando que sabia por donde había que navegar ya que conocía a la perfeccion la navegación, los vientos y las corrientes atlánticas.
A su regreso, Colon desembarco como hemos indicado, en las Azores. Allí fue detenido y su tripulación puesta presa por tratarse de castellanos en aguas portuguesas según el tratado de Alcacovas.
La segunda expedición colombina repitió la ruta de las Canarias y siguió de nuevo los alisios. Esta vez llevaba a las nuevas tierras un bune numero de colonos, animales y herramientas en el afán de establecer en La Española un emplazamiento perdurable: una especie de factoria segun el modelo que el mismo almirante había conocido en sus ciajes con los portugueses; una factoria cuyos socios principales serian la Corona de Castilla y la familia de Colon; y dedicada al rescate y acopio de productos para remitirlos a Europa.
Colon, mejor nauta que político, mientras ordenada capturar esclavos indios y remitirlos a España continuo con sus exploraciones “descobriendo” nuevas islas (Jamaica) y deteniéndose en las costas de Cuba.

El Caribe: El Mediterraneo Americano

En las primeras décadas, tras la llegada e instalación de los colonos castellanos, fueron surgiendo en las Antillas y en las costas de Centroamerica, Tierra Firme (las actuales tierras del istmo de Panama y la actual costa atlántica colombina) y Venezuela, localidades aisladas que funcionaron como centros de acopio de productos para ser remitidos en europa. Con el tiempo, estos mismos puntos se transformaron en nódulos de intercambio de productos americanos por mercancías europeas.
Estos centros, durante años funcionaron estacionalmente como factorías donde se concentraban los productos que iban “rescatando”, a los que había que sumar los indios esclavizados, transformados también en mercancías, ya que con ellos se obtenían suculentos beneficios vendiendolos en Europa.
En estos puntos de las costas se realizaban los negocios del “rescate”. Los productos del rescate, es decir, rescatados de los indios como perlas, oro aluvial, esclavos indígenas y algunos productos locales como cuero, carne salada, maderas o sustancias tintóreas, fueron intercambiados por un tropel de mercancías europeas de escaso valor.
La Corona de Castilla, celosa de sus derechos y observadora pasiva, de lo que al otro lado del mar se estaba forjando, decidio pasar a la acción cuando el volumen de los rescatado comenzó a alcanzar cotas elevadas y sobre todo, cuando su autoridad quedo en entredicho por la actuación descontrolada de los colonos y de los comerciantes que estaban detrás de todas estas operaciones.
La mayor parte de los primeros colonos llevados por el almirante en sus viajes no entendieron ni acpetaron el modelo agrario de explotación de los recursos insulares. Las quejas furon muy abundante, alegando que tales riquezas prometidas no existían, que los productos europeos de subsistencia no se daban en las islas y que las enfermedades los iba matando poco a poco. En definitiva: no era ningún paraíso. No fueron pocos los que regresaron a España, pero los que quedaron adujeron que la única solución era vender los indios como esclavos o repartírselos, para que les trabajaran la tierra y pudieran emplearlos en la búsqueda del oro de los ríos.
Los primeros años fueron de feroz captura de esclavos, actividad depredadora a la que se dedico don Cristobal, su familia y el resto de los colonos. La búsqueda de indios, produciendo una snagria espantosa, había hecho saltar a estos esclavistas de isla en isla devastando todo a su paso.
Justificando que asi se terminaría con el espectáculo de miles de indios esclavizados ilegalmente, los reyes autorizaron legalmente los repartimientos de tierras e indios, dándolos a los colonos durante cuatro años con la condición de que pusieran la tierra a producir. La tierra no interesaba a los colonos: solo los indios. En muy poco tiempo, las entregas de tierras fueron abandonadas y solo quedaron los repartos de indígenas. Fueron el origen de la “encomienda”, la institución mediante la cual los naturales eran entregados (“encomendados”) a los colonos blancos para que les trabajasen, a cambio de “cuidarlos” y evangelizarlos. Era el inicio de la larga servidumbre que fueron sometidos los pueblos nativos americanos.
Al principio ciertos colonos, bien por meritos alegados o por influencias ante las autoridades, y finalmente todos los vecinos españoles, recibieron indios de reparto. Se les entregaban cacicazgos completos: los indios de tal cacique, sin especificaciones o limitaciones territoriales.
Para conseguir mayor numero de indios a repartir era necesario acabar con el poder de los caciques.
Para el año 1500, el numero de españoles en las Antillas era muy escaso. Pero luego, cuando comenzaron a repartirse los indios, llegaron mas colonos. Pero mas colonos necesitaban mas indios, y estos estaban siendo aniquilados por el terrible régimen de vida que llevaban. Se solicito entonces invadir las islas “inútiles” (llamadas asi porque no tenían oro) para rescatar mas indios.
Cuando fueron conscientes en la corte de que continuar con la sangría demográfica quivalia a perder las islas para cualquier actividad económica rentable, se enviaron visitadores y autoridades a fin de establecer resguardos para los naturales: ahora debían ser respetados y no esclavizados, convirtiéndolos en trabajadores asalariados.
En el segundo viaje de Colon buena parte de los expedicionarios cayeron enfermos (entre ellos el propio almirante) y otros muchos murieron, victimas de un extraño mal que denominaron la “influenca”. En realidad se trataba de la gripe, seguramente la porcina. Pero a quien ataco seriamente fue a los indígenas, que entre 1493 y 1500 murieron millares. La otra gran epidemia fue la viruela y luego las de sarampión, malaria y fiebre amarilla, traída por los esclavos africanos en 1521.
Entre 1492 y 1540, es decir, en menos de cincuenta años, casi dos millones de indígenas, tanto antillanos como del litoral continental, habian sido exterminados directa o indirectamente por el proceso de “colonización”.
¿Y que obtuvieron a cambio los colonizadores y civilizadores de la destrucción de aquel paraíso? Una cantidad nada despreciable de metal, mucho azúcar en los molinos que instalaron, palos de Brasil para teñir los aburridos paños europeos y cantidades muy considerables de cueros, como introducción de los vacunos europeos. Pero en cambio causaron una de las catástrofes demográficas mas importantes de la historia que obligo a repoblar toda la región con esclavos africanos, cambiando por completo su fisonomía étnica y cultural y dejándola en una situación de periferia con respecto a los grandes espacios continentales.
Respecto al oro los mayores envios de este metal se realizaron en los primeros años del siglo XVI.
En cuanto al azúcar la demanda europea hizo atractiva su producción, especialmente después de 1510 cuando subieron los precios. Las primera cañas plantadas en las Antillas llegaron a Canarias, y al parecer el primer molino funciono en Concepcion de la Vega en 1503. Un problema para la producción azucarera fue la mano de obra: todos los indios estaban aplicados en los lavaderos de oro, de manera que tuvo que recurrirse a esclavos africanos. Otro problema fue el de la tecnología: la capacidad de molienda de los primeros complejos azucareros eran muy baja.
El molino ( comúnmente llamado trapiche) lo constituían tres cilindros de madera maciza ( de los cuales el central actuaba como rotor sobre los otros dos) que exprimían  la caña.
Los ingenios azucareros necesitaban mucha mano de obra para el corte de la caña y el transporte hasta el trapiche. Se necesitaba también agua abundante y continua para mover la maquina, y mucha leña para las calderas, de manera que no eran pocos los requerimientos para echar a andar un ingenio.
La competencia del azúcar fue durante los siglos XVI y XVII, junto con la ganadería a la que a veces estaban  muy vinculados, la principal actividad económica de las Antillas. Luego, durante el siglo XVIII, su importancia volvia a crecer. De cualquier modo, los cañeros fueron desde entonces el principal grupo de poder y de presión en las islas.
Otro producto que se exporto desde las primeras fechas fue el palo de tinte. Hhalados en grandes cantidades la Corona quiso reservarse los derechos de explotación, arrendándolos a diversos particulares. Su producción era sencilla: bastaba con talar, desenramar y cargar los troncos en los barcos. Fue una actividad lucrativa hasta que se acabo extinguiendo.
La ganadería fue junto al azúcar el rubro mas importante en la economía antillana tras la invasión europea, y al exportación de cueros un negocio que dio grandes beneficios. Colon llevo en el segundo viaje caballos, vacas, puercos, ovejas y cabras que se multiplicaron a gran velocidad. Especialmente a partir de 1540, la exportación de cueros produjo incluso mas beneficios que el azúcar.
El crecimiento de las ciudades corrió paralelo al abandono de la mayor parte de las practicas agrícolas, y la población se concentro en torno a ellas. Algunas de las primeras ciudades fundadas en los años iniciales no se mantuvieron, o se trasladaron; pero, posteriormente, la institucionalización de la presencia real en las colonias , con el envio de autoridades  de ámbito regional, ayudo a la centralización del poder en las ciudades. Muchas de estas ciudades fueron puertos estables donde se producia el intercambio de productos entre las islas, el continente y los puertos europeos, instalándose en ellas grupos de comerciantes que funcionaban a corta, mediana y larga distancia; y también importantes mercados adonde acudia a abastecerlos la producción agraria de la zona. Hacia 1520-1540 las ciudades antilanas se habian estabilizado y consolidado.
Las Antillas en general constituyeron durante décadas una gran zona vacia de población.
Este fracaso absoluto de la colonización española durante los primeros años, y la devastación integral de la población indígena que acarreo, fue el resultado de un proceso que no quisieron evitar ni los colonos ni las autoridades.
La desaparición de la mano de obra indígena obligo a la importación de esclavos africanos. Su numero inicial no fue muy elevado porque el modelo agrario tardo mucho en asentarse y desarrollarse a gran escala, pero conforme crecio la producción de azúcar, animada por la demanda europea, la cantidad de esclavos comprados por los hacendados antillanos aumento considerablemente.
La despoblación de las Antillas no solo fue producto de la extinción de los indígenas. La deserción de colonos europeos fue también muy grande.
Asi, despoblación, falta de incentivos económicos, agotamiento minero y cultivos abandonados, constituyeron el panorama que ofrecieron las Antillas en estos años: una región periférica.

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