DE LAS ISLA A TIERRA FIRME: LA FASE CARIBEÑA Y LAS CONQUISTAS POSTERIORES

Capítulo III

DE LAS ISLA A TIERRA FIRME: LA FASE CARIBEÑA Y LAS CONQUISTAS POSTERIORES.

Cuando un pueblo es trasladado masivamente a un nuevo entorno, las cosas evolucionan de modo algo diferente. Aunque los recién llegados tratan de conservar el mayor número de sus pautas mentales y de comportamiento, las circunstancias los forzarán a realizar ajustes a gran escala en los primeros años de su presencia en la nueva región, y ello para sobrevivir y conseguir sus objetivos aproximados(...). Si la nueva sociedad se extiende rápidamente sobre una amplia región, como ocurrió en Hispanoamérica, se dará una gran uniformidad en ciertos elementos: formas de gobierno local, prácticas comerciales e incluso la lengua hablada, a pesar de una variación regional en la nueva base local.

Las razones por las que nuevas regiones experimentan una rápida cristalización cultural e institucional seguida de un período de cambio lenta son muchas y muy complejas, en punto de vista importante, las sociedades innovan lo menos posible para un espacio de tiempo dado como al resto del razonamiento se hace comprensible.

Surgieron cambios en cada aspecto y cada nivel de la existencia; al cargo de largos intervalos de tiempos aparecerán los dialectos regionales y sus culturas.

La fase caribeña (primer fase)

Esta se hizo más compleja, ya que los españoles no eran en modo alguno un pueblo tradicionalmente inmóvil que pasa a ocupar su primera nueva región. Al contrario, tenían inclinación a considerar esta región caribeña a la luz de su sólidamente establecida tradición de expansión, entendida principalmente como «reconquista». Al mismo tiempo, el descubrimiento inicial y los intentos de explotación del mismo se desarrollaron bajo la dirección del genovés Colón y de sus familiares y allegados, totalmente identificado con el anterior marco de actividad genovés-portugués en el Mediterráneo y, sobre todo, en África.

Lo más importante es que los inmigrantes españoles de América insistieron en comportarse de acuerdo con su propia herencia. Así pues, una tradición marítima de comercio y explotación compitió -y a menudo le cedió el paso- con la antigua tradición ibérica de conquista total, inmigración importante y gobierno permanente, si bien algunos aspectos de la tradición genovesa-portuguesa se introdujeron definitivamente en la vida de la América española.

El curso de los acontecimientos en el caribe.

Tan pronto como Colón, en nombre de la corona de Castilla, hubo “descubierto algunas islas del Atlántico”, como decían los portugueses. La idea básica de Colón, era la de establecer fuertes y factorías a cargo de empleados asalariados para comerciar con la población local con cualquier producto de interés para los europeos, y continuar la exploración a la búsqueda de socios comerciales más importantes y prósperos. El instinto de los españoles, por otra parte, era el de concentrarse primeramente en la instalación y completo dominio sobre la densamente poblada zona que acababan de descubrir. Como resultado de ello, en 1493 salía de España la mayor y más completa expedición que hubiese partido nunca de un puerto europeo, equipada con todo lo necesario para trasplantar la vida europea: gente de todo oficio y condición, semillas, plantas y animales

Los recién llegados se concentraron enteramente en La Española (en la actualidad Cuba, República Dominicana y Haití). Que parecía contar con la mayor población indígena de cualquiera de las Islas. Santo Domingo emergió como capital y sede principal, papel este que habría de conservar durante mucho tiempo en el Caribe. Los arawaks de La Española, ofrecieron poca resistencia a la presencia de los intrusos, con lo que estos últimos se establecieron sin lo que podríamos Llamar una verdadera conquista,adoptando la resistencia más la forma de esporádicas rebeliones tan pronto como los indígenas llegaron a comprender el alcance y el carácter duradero de cambio producido.

Solo el oro se reveló inmediata y decididamente viable. Y aún en este caso había una diferencia fundamental entre la explotación del Oro africano y el americano, ya que,  mientras en África cualquier extranjero podía adquirir mediante comercio el oro ya extraído, en las islas caribeñas había de ocuparse personalmente de la dirección de la empresa de extracción si deseaba conseguirlo en cantidades importantes. Eso significa una dedicación plena, una reconversión sistemática del trabajo indígena y, con el éxito de la operación como una continua e importante llegada de europeos y la consiguiente aparición de una compleja sociedad inmigrada.

Colon, en lugar de prestar una atención plena a La Española, continuó preocupado por la liberación de Jerusalén del dominio musulmán decidió muy pronto los hispanos de la española se rebelaron impusieron forma de naturaleza ibérica por propia iniciativa. A la corona española solo le quedó nombrar gobernadores españoles a partir de 1499 para regularizar y legitimar el proceso.

En cuanto a la corona , inmediatamente después de contar con los primeros informes sobre las Islas, negoció el tratado de Tordesillas (1494). Procurado por las dos partes con el fin de dejar a Portugal la explotación de África y Asia, y a España el hemisferio occidental.En aquellos momentos aún no se sabía hasta qué punto exacto, en dirección este. se extendía Sudamérica, por lo que la línea de demarcación trazada garantizó a Portugal los derechos sobre buena parte de Brasil y otras regiones que descubriría individualmente algunos años después. Sin embargo, tampoco conviene atribuir una importancia decisiva al tratado. Los factores decisivos fueron más bien que España se lanzó de 100%  a explotar los principales centros de interés americano y que Brasil apareció en principio como algo poco atractivo y relegado por la ruta marítima a la India anhelada por los portugueses. En los asuntos de gobierno, se desarrolló un proceso similar al de las Islas: una inicial inclinación a aceptar un modelo mediterráneo se dio el paso a las clásicas formas ibéricas de ocupación.

En 1503, la corona creó formalmente en Sevilla la casa de contratación, fue realizada según el modelo genovés, concibiendo para llevar a cabo la explotación de las colonias americanas en nombre de la corona; sin embargo, pronto se convirtió en un punto de control, registro y recaudación aduanera de las notas que iban y venían. Las funciones administrativas de la corona fueron siendo progresivamente desempeñadas por consejeros de la corte, que en 1524 se habían constituido en el Consejo de Indias, con una planta similar a las demás consejos reales.

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