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LA DIASPORA MARGARITEÑA HACIA LA TIERRA FIRME VENEZOLANA


Enviado por   •  29 de Marzo de 2014  •  2.144 Palabras (9 Páginas)  •  507 Visitas

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INTRODUCCIÓN

La diáspora margariteña como tema de investigación se define como la historia del poblamiento margariteño hacia la tierra firme venezolana; es hablar de migraciones, pobreza, sequías, hambrunas, agricultura, comercio y petróleo. Las vicisitudes económicas en la Isla de Margarita durante el siglo XIX y el primer tercio del siglo XX fueron vulnerando el espíritu de un importante colectivo poblacional, víctima de un proceso económico estacionario que perduró hasta 1966 cuando el Presidente de la República, Dr. Raúl Leoni, ejecutó la Ley de Zona Franca, y se instaura un incipiente desarrollo.

Estudiar el porqué de esta disminución demográfica plantea la confusión y conflictividad socio-económica como rasgos contribuyentes en la separación del margariteño de su lugar de nacimiento, logrando la comprensión de las relaciones establecidas por la diáspora en lo social, lo cultural, lo político y lo económico en un territorio extraño; y enuncia a su vez las características de ese nuevo espacio habitado, permitiendo engranar el pasado con el presente para establecer una concepción integral del escenario estudiado.

La realidad margariteña hacia finales del siglo XIX y comienzos del XX mostraba escasez de fuentes de empleo, una oprimida producción de bienes y un mercado limitado, lo que evidentemente no contribuía al mejoramiento de las condiciones de vida. Estos factores, combinados con el ánimo afanoso y viajero del margariteño, permitieron que en la Isla de Margarita ocurriera una importante dispersión de su población.

Esta diáspora se generó debido a las nuevas oportunidades comerciales y laborales que margariteños y cochenses fueron encontrando en otros territorios dentro de la geografía venezolana, convirtiéndose en una de las más importantes migraciones acontecidas en Venezuela. Como fenómeno social, esa dispersión demográfica conformó a un territorio que formando parte de la región oriental, se caracterizó por su disímil fortaleza económica, registrando balances migratorios negativos. Entre 1961 y 1971, según censos nacionales de la OCEI, la población creció a un ritmo de 2,88%, y en la década de 1970, a 5,41%. Estos cambios coinciden con la implementación de los decretos de zona franca y puerto libre.

Luego de su concepción y funcionamiento como anterior región histórica venezolana, y luego como estado, de acuerdo a la constitución sancionada el 28 de marzo de 1864, el estado Nueva Esparta es uno de los 20 estados de la unión; así continúa hasta 1874. En abril de 1879 se reducen los estados a siete y Nueva Esparta entra a formar parte del estado del centro; en 1909 vuelve a adquirir su categoría de estado.

La movilización de la población margariteña estuvo vinculada a dos grandes acontecimientos sociales importantes, las primeras dispersiones, producto de las hambrunas, y la posterior reintegración al lugar de origen de los obreros petroleros. Puede afirmarse que entre las eventualidades poblacionales y las derivaciones geosociales de la migración se encuentran las actividades comerciales itinerantes y el establecimiento de población en los Caños y Delta Amacuro durante la última década del siglo XIX; el traslado de personas a los campos petroleros de los estados Zulia y Anzoátegui durante las primeras décadas del siglo XX y la movilización hacia Caracas con fines educacionales y posterior ocupación en la administración pública y otros servicios.

La transmisión oral ha sido, desde el comienzo de la historia de la humanidad, la forma más tradicional de conservar la memoria colectiva; antes de escribirse la historia la narración oral transmitía la propia visión de los hechos relevantes de la comunidad. Esta investigación emplea el método histórico en combinación con las técnicas de la historia oral a través de entrevistas, el uso y valoración positiva de las fuentes orales bibliográficas, periodísticas, documentales, hemerográficas en folletos, libros, prensa y revistas; producciones poéticas, literarias y cancioneros, consumando el objetivo de equilibrar y explicar los elementos predominantes en la diáspora del margariteño hacia tierra firme.

La utilización de testimonios directos de quienes participaron en la gestación de un proceso histórico, presenta a la historia oral como la herramienta por excelencia que aporta respuestas a los problemas derivados de la ausencia de fuentes escritas referidas a un período o temática determinados.

En el estado Nueva Esparta, especialmente en la Isla de Margarita, existe una rica y variada bibliografía, pero por su parte la historia oral posee un significado diferente. En una primera fase exploratoria, sujeta a constante revisión, se han divisado innumerables textos referentes a la historia desde un contexto general con poca vinculación a lo particular; a excepción de trabajos destacados realizados por los cronistas de la región, entrevistas de corte periodístico y publicaciones que acopian discursos pronunciados por personajes importantes sobre hechos considerados transcendentales.

El rescate de versiones personales, entendido como un aspecto social por comprender, como el hecho significativo de separarse de lo que González y González llamó la “matria”, sus tránsitos individuales, su adaptación a un nuevo campo laboral y todos aquellos factores que intervinieron y son fundamentales para el conocimiento histórico; todo a partir de un conocimiento común, de infor-mación veraz por parte de los protagonistas, con el fin último de permitirle al ciu-dadano apropiarse de su historia.

…a fin de redescubrir lo humano en la historia e insistir en que la investigación social es la indagación de lo vivido, sufrido y pensado por los protagonistas desconocidos, a la vez que el propósito de restituirles parte de una historia de la que fueron despojados en algún momento, para reducir las distancias entre los productores y los consumidores de la historia.

La memoria individual (la de la persona), como la colectiva (la del grupo), pertenecen al ámbito de la memoria social, la cual se considera independiente -sin el soporte de ningún grupo- y más que la suma de las memorias colectivas, es una especie de sustrato o cortinas de las memorias colectivas, con su contenido y dinámica propios. Esta manera específica y particular de asumir la historia marga-riteña es muy útil para estudiar los inicios de la industria petrolera, tomando como parte de ese proceso la participación de los margariteños en la explotación y for-mación de la principal fuente generadora de recursos económicos del país.

M. Halbwachs, cuando define este planteamiento como los cuadros de la memoria social, afirma que:

…todo recuerdo, aún el más personal (…) está en relación con

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