Las Malvinas Argentinas
Enviado por M.Dolores • 28 de Agosto de 2014 • 1.366 Palabras (6 Páginas) • 342 Visitas
TEMA: Malvinas Argentinas
INTEGRANTES: Facundo Díaz - Patricio Fabro
Agustina G. Giglio - Ana P. Refojos
INTRODUCCION: Marcelino Rodríguez (51 años) Forma parte de un grupo de soldados que fueron a Malvinas por haber hecho el servicio militar obligatorio en el momento del conflicto. La intención del grupo, fundado en 1982, es la de alejarse de la reivindicación de la guerra. Hace un tiempo que impulsa la causa judicial contra los militares que cometieron crímenes contra los soldados y reclama la identificación de los 123 cuerpos enterrados como NN en el cementerio de Darwin.
ENTREVISTA:
¿Qué recuerda de su servicio militar? ¿Cómo y quién les informo que debían ir a Malvinas?
El 2 de abril a las seis de la mañana viajaba con papá en un Ford Falcon rojo hacia el regimiento de Ingenieros 7, donde hacia la colimba hace un par de meses. Por la radio escuchamos la noticia: "¡El pueblo argentino ha tomado las Malvinas!". No entendí mucho. Estaba descolocado. "¿Dónde quedan las Malvinas?", le pregunte a papá. "¿Cómo dónde quedan las Malvinas? Al sur", me contesta. "Sí, ya sé. ¿Pero dónde?", replique. El viejo no sabe qué decirme. El día que fui a Malvinas fue el 12 de abril del año 1982. Primero fuimos a Curuzú Cuatiá y de allí, nos enviaron a Paraná (Provincia de Entre Ríos) en tren. Luego nos subieron a un avión de Aerolíneas Argentinas, que no tenía asientos, nos acomodamos sobre los bolsos que llevábamos y llegamos al sur, donde nos dieron la famosa CAMPERA PARA ABRIGO y UN ROSARIO. Al otro día nos saludó el gobernador. Poco antes de salir a las Malvinas, en el regimiento se hizo un sorteo que le daría el alta del servicio a cinco colimbas. Fui uno de ellos. A punto de ir a casa, vi llorar a López, un compañero tucumano. Estaba sobre una pared, desconsolado. En unos días debía partir a la guerra. Sintió pánico. No tuvo vergüenza en mostrarse abatido, roto. Yo no dude en tomar su lugar. Fuimos a informarle al principal que cambiara la situación y no tuvo problemas. La verdad, no lo pensé mucho. 'Si van todos los pibes, yo también voy', dije. Estaba seguro que no me iba a morir. Con López todavía vemos seguido. Somos amigos íntimos.
El 13 de abril se subió a un micro hasta El Palomar. De ahí, un avión a Río Gallegos. Partió para Malvinas un día después, pero el vuelo tuvo que regresar porque el avión que iba adelante había tenido un desperfecto mecánico que produjo problemas en el aterrizaje. Fue como un aviso de lo que iba a venir. El 15 de abril llegó a las Islas Malvinas. "Nos dieron un mapa en inglés y nos ordenaron que camináramos unos 15 kilómetros. Un superior me pidió que llevara un bidón de agua de 40 litros. A los cinco kilómetros me caí al piso y no me pude levantar más. Me temblaban las piernas. Me dijeron que esperara ahí por una camioneta. Llegó a las cuatro horas.
¿Qué significa para usted la guerra?
Y mi sensación creo que no difiere del que pueda tener otro correntino que haya estado allí. Miedo, abandono, dolor, miseria son las palabras que tiñen su relato. A los 19 años, perteneciendo a infantería, desembarcamos el 2 de abril, el 1 de mayo se inician los bombardeos, el 14 de junio termina todo, los soldados ingleses que nos obligaban a limpiar la isla.
Las fechas están muy vivas en mi. Sin embargo la primer imagen que me imagino cuando hablo de Malvinas es la de mi maestro de primaria escribiendo en el pizarrón las Malvinas son argentinas, al poco tiempo estábamos ahí con un fusil”.
El sentimiento patrio y la convicción de que fuimos a defenderlo en la guerra es algo claro para mi. Pero la rapidez y el desconcierto con el que se dieron las cosas es lo que me llevó a interrogarme constantemente a mi regreso.“Quería buscar respuestas, por qué nos fuimos, para qué, y sobre todo por qué el abandono al regresar”, ese fue, quizás, el gen que luego lo impulsó a reclamar justicia.“La
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