Peron

A fines de 1943, el gobierno lo puso en frente de la recién creada Secretaria de Trabajo y Previsión, por medio de la unión del departamento de trabajo y otras reparticiones estatales dedicadas a temas sociales.

Esta desigancion como secretario de estado permitió que Perón llevara adelante una política de acercamiento al movimiento obrero. Para esto, comenzó a tener entrevistas con diferentes dirigentes sindicalistas, excepto con los comunistas. También intento captar a los industrialistas para su proyecto. En un principio le resulto difícil cumplir su objetivo, ya que algunos sindicalistas se resistían a negociar con un funcionario que pertenecía a un gobierno militar, porque eran más proclive a la represión que a la negociación con el movimiento obrero.

Al comienzo del gobierno de facto de 1943, el coronel Juan Domingo Perón asumió como secretario en el ministerio de guerra. En octubre del mismo año fue designado a cargo del departamento nacional del trabajo, allí se dedicó a transformar este organismo para ajustar sus funciones a proyectos políticos. Perón creía que una política social que beneficiara a los trabajadores sería más efectiva para combatir el comunismo. A fines de 1943 logró que el gobierno lo pusiera al frente de la recién creada Secretaria de Trabajo y previsión, mediante la función del departamento del trabajo y otras reparticiones estatales dedicadas a temas sociales.

A principio de 1944, Perón fue nombrado ministro de guerra, sin dejar su puesto anterior, y al mes siguiente renuncia Ramírez a su presidencia y su reemplazo fue Farrel. Fue más cercano a la política de Perón otorgándole otros cargos (sin dejar los anteriores): en julio el de vicepresidente y en septiembre la presidencia del consejo nacional de postguerra. Este organismo estaba encargado de estudiar un plan de reordenamiento económico y social del país, en el marco de la realidad internacional generada por el fin de la segunda guerra mundial.

A lo largo de 1944 se afirmó el vínculo entre Perón y algunos dirigentes sindicales. El gobierno reconoció algunos sindicatos, lo que resulto en una mayor afiliación sindical y un crecimiento de la participación obrera a través de las comisiones gremiales y las fábricas. De esta manera provocó que los trabajadores tuvieran respaldo por el estado.

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