Situación política en México de 1810 a 1910

Resumen del texto: Timothy Anna, Historia del México, Barcelona, Crítica, 2001.

Shvasti Calderón Rivera

El texto de Timothy Anna Historia de México, en el capítulo 2 se explica paso a paso el desarrollo de la historia entre 1821 hasta la primera mitad del siglo XX. El autor comienza con la proclamación de independencia por Iturbide en 1821 y con la entrevista que tuvo con Vicente Guerrero y Juan O’Donojú para la legitimación de su puesto. Es interesante ver como el autor genera un ambiente a partir de una serie de datos históricos tanto populares como anónimos, ilustran y generan imágenes visuales de los hechos.

Para entender el contexto nacional del siglo XIX es necesario tomar en cuenta la situación tanto política como económica, ya que México albergaba gran parte de la inversión Española, Francesa e Inglesa. La promesa de Iturbide “complacía” superficialmente tanto a liberales como a conservadores por prometer la independencia de España y por otro lado cumplir las exigencias de la clase alta mexicana sin embargo “la caída de Iturbide fue más rápida que su acenso”^[1] ya que después de encarcelar a diecinueve miembros del congreso terminó por disolverlo y esta decisión debilitó su postura ante la sociedad mexicana. Es interesante ver la forma en la que Santa Anna figuró en la historia antes de ser presidente. Iturbide, desconfiado del militar Santa Anna por lo que se dio a la tarea de destituirlo de su cargo pero no se quedó con los brazos cruzados, el 2 de diciembre de 1822 acusó a Iturbide de tirano y abogó por la restauración del Congreso. De esta manera Santa Anna jugaba en ambos bandos tanto de los republicanos como en el de los conservadores con el único objetivo que era echar a Iturbide. Cada bando tenía aspiraciones distintas de como debía ser el gobierno mexicano:

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Santa Anna desató un movimiento y logró que el ejercito se pusiera en contra de Iturbide quien terminó por huir a Italia y tiempo después cuando intentó regresar al país fue arrestado y ejecutado. Santa Anna terminó por implantar una república.  

A lo largo de la historia el país ha buscado estabilidad económica y al llegar Santa Anna después de mucho tiempo parecía que los prestamos iban a funcionar como factor estabilizador al menos por lo una temporada.

El país decidió adoptar un gobierno centralista con una constitución federal como la de Estados Unidos, dividiendo al país en 19 estados donde cada uno debía elegir sus gobernadores y legislaturas. No fue la decisión mas acertada ya que el país lo que necesitaba era consolidarse antes de permitir que cada estado decidiera su forma de gobierno.

Es interesante saber que la población sufría tal incertidumbre; tanto de liberales como conservadores, que el mediador fue el ejercito, fue en este sector en quien se depositó la confianza, por lo tanto se buscó que el próximo gobernador fuera un miembro del ejercito. El primer presidente federalista liberal fue Guadalupe Victoria pero no figuró como imagen  representativa para los conservadores, y la historia se repitió. La disputa del cargo entre representantes de ambos bandos continuó a lo largo de los años ya que las condiciones que el puesto requería debían complacer a una nación divida.  

Quien no conoce su historia está condenado a repetir sus errores 

Paul Preston

Esta frase ilustra el gobierno de Santa Anna, un presidente ambulante entre Veracruz y la ciudad de México quién había armado una estrategia de gobierno donde el vicepresidente (Gómez Farías) llevaba el ejercicio de poder, mientras que el presidente podía alejarse de la opinión pública.    

“Gómez Farías estaba ansioso de emprender reformas liberales […] inició un amplio programa de reformas, sobre todo en lo concerniente a la Iglesia.”^[2] comenzó a perfilar la desamortización de la iglesia que tiempo después Juarez volvería mucho más severo. Finalmente el proyecto no se llevó a cabo porque Gómez Farías fue expulsado de su cargo en 1835 y Santa Anna se traslado a la capital para atender los problemas y atenuar las iniciativas de modificar la constitución e instaurar una república centralista. Texas no estuvo de acuerdo con el centralismo por lo que se levantaron en armas. Tiempo después Santa Anna terminó por aceptarlo después de ser prisionero, esta pérdida territorial no sería la única a la que México se enfrentaría.

Aunque el presidente Santa Anna no tuviera muchos aciertos da la sensación que el pueblo mexicano vive tal incertidumbre que los pocos triunfos superan las perdidas mayores; es como si un mal menor se aceptara sobre un mal mayor.  

Los conservadores como José María Gutierrez Estrada, a manera de un “te lo dije” propusieron que se estableciera una monarquía con un príncipe europeo, ya que la forma de gobierno estaba causando “una revuelta centralista contra los centralistas.”^[3] en este contexto se desplegaron dos peticiones a manera de borradores de una posible constitución que buscaba reconocer los derechos humanos. “En ambos(borradores) se reconocía que la religión católica romana era la única permitida y para no molestar a Santa Anna hablaban de departamentos y no de estados.”^[4] Santa Anna no lo aceptó y fue destituido en 1844. En su lugar se postuló Herrera pero sería Paredes quien tomaría las riendas del país. Para este momento el país quería recuperar Texas por lo que se le anexó al plan y como si nada volvió a ser parte de México, no pasó mucho tiempo para que el gobierno estadounidense reaccionara y ocupara el norte del país, para este momento Paredes ya había declarado su incompetencia para defender al país por lo que Gómez Farías le escribió a Santa Anna para que volviera y derrotara al gobierno estadounidense.

El impacto que tuvieron las batallas ganadas de Santa Anna eran tan populares y su odio por el gobierno vecino le ayudó a restituirse como presidente. La derrota era inminente, “México perdió lo que en realidad ya había perdido: Texas, Nuevo México y California.”^[5] volvió a perder el territorio y cuando pareciera que el pueblo mexicano no podía soportar más a Santa Anna se le convoca una vez más para “defender” el territorio. Con sus antecedentes me parece que el pueblo mexicano decimonónico realmente era creyente de milagros, ya que si resultaba buen militar para en ciertas circunstancias se debió haber evaluado el triunfo o la derrota en sus batallas.

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