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1984 GEORGE ORWELL.


Enviado por   •  19 de Septiembre de 2016  •  Ensayo  •  9.349 Palabras (38 Páginas)  •  569 Visitas

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1984 GEORGE ORWELL

Novela política de ficción distópica, narra la forma de vida que llevan los ciudadanos de Oceanía quien se encuentra en una guerra en unión con Asia Oriental en contra de Eurasia, luego es Oceanía y Eurasia contra Asia Oriental y así sucesivamente, se alía con el país de su conveniencia, todo esto sucede estando al mando de “El partido” o “El gran hermano”, pero, tiene un mayor enfoque hacia el señor Winston Smith, ciudadano de Londres, Oceanía.

Winston no está de acuerdo con la forma de vida que les imponían en Oceanía, él quiere ser libre, siente odio hacia el gran hermano pero es algo que no puede decir públicamente ya que dentro de sus habitaciones están unas cámaras y micrófonos para estarlos vigilando diariamente, es decir que no tienen privacidad, en caso de atraparlos haciendo algo indebido los meten a la cárcel y los torturan. Dadas las circunstancias prefiere no hacer nada y sigue su vida normal hasta que decide escribir un diario en el que narre su estilo de vida y por qué del odio hacia el gran hermano, así las futuras generaciones podrán saber cómo fue en 1984 o por lo menos ese es el año en el que él cree que está viviendo, al comenzar a escribir su diario siente cierta preocupación de que las pantallas logren capturar lo que escribe oh los micrófonos escuchen algo y lo encarcelen.

El partido tenía muchas prohibiciones como: su vestimenta que dependía del trabajo que tuvieran, por lo regular era un mono azul, los obreros no podían presentarse en varios lugares ya que ahí solo tenían permitida la entrada los “ricos” los cuales se caracterizaban por su vestimenta de traje y sombrero de copa. Respecto a sus alimentos tomaban puro te, ginebra, comida enlatada o suplementos, no tenían azúcar, no podían consumir bebidas alcohólicas, les constaba mucho trabajo conseguir materiales de limpieza.

Todos sus ideales habían surgido de una nota en el periódico que había visto hace once años donde celebraba el acto del partido en Nueva York donde aparecían: Jones, Aaronson y Rutherford. Comenzó a escribir su diario en donde tenía una frase que decía: -“La libertad es poder decir que dos más dos son cuatro”.

Una tarde decidió salir a caminar y de regreso a su departamento al salir de un callejón se dio cuenta que alguien lo venía siguiendo, inmediatamente creyó que eran los policías pero se sorprendió al ver que era una muchacha, quien al ver que había sido descubierta recobro su postura original y se fue, al llegar a su casa comenzó a pensar en su esposa Katherine, antes de que sucediera todo lo de las guerras estaba casado, tal vez aun lo estaba pero él no lo sabía ya que al imponer sus reglas el partido los separaron ya que su objetivo no solo era evitar que hombres y mujeres establecieran vínculos imposibles de controlar si no quitarle todo placer al acto sexual. El partido tenía prohibido los divorcios pero aceptaba la separación con la condición que no tuvieran hijos.

Katherine era rubia, alta, de movimientos majestuosos, tenía cara audaz y aquilina. Debido al tiempo que habían compartido juntos a Winston le parecía que era la persona más estúpida y vulgar que había conocido hasta entonces. El creía que tal vez la hubiera “soportado” de no haber sido por el sexo ya que ella se comportaba de una manera muy rígida, algo así como sometible, además de ser ella quien se rehusó ya que deban producir un niño o separarse, después de varios intentos y ver que no podían “cumplirle al partido” decidió que era mejor separarse.

Winston pensaba que para poder hacer más descriptivo su diario debía tener más ideas respecto a la historia del partido y si existía un grupo que estuviera en contra de ello oh solo él pensaba eso.

Un día decidió salir a caminar para ver si encontraba alguien a quien preguntar, cuando escucho un estallido y alguien grito: -¡Al suelo!, aunque era algo normal ya que a veces lanzaban tipo granadas en la calle. Siguió su camino y vio a un señor de edad avanzada, Winston quería preguntarle sobre la historia pero el señor se  metió en una cantina y como él tenía prohibido entrar pensó muy bien antes de hacerlo, pero, como quería tener ideas mas concretas que solo su imaginación para su diario decidió entrar y vio al señor estaba en la barra, todos se le quedaron viendo ya que él no iba con sombrero de copa pero fue directamente con el señor y le ofreció un trago, el acepto y le pregunto si recordaba algo sobre lo ocurrido anteriormente pero solo le contestaba cosas sin sentido o algunas evasivas, minutos después Winston se dio cuenta que no podría obtener nada de información así que decidió salir ya que no podría arriesgarse más, al salir se dio cuenta que ya había oscurecido, siguió su camino cuando de repente llego enfrente de una tienda de antigüedades donde deicidio meterse para ver si encontraba algo que le sirviera.

Dentro de la tienda se podía observar que ya casi no tenía cosas, solo trastes, algunas herramientas pero nada que pudiera ayudarle a escribir, vio un pequeño cántaro de porcelana el cual decidió comprar y al pagar, el dueño esbozó una sonrisa a lo que Winston creyó que era por la alegría de haber vendido algo y haber recibido unas monedas. El dueño de la tienda lo paso a un cuarto atrás de la casa para ver si Winston quería comprar algo más, era una habitación vieja con una cama matrimonial, trastes, muebles, algunos libros, el suponía que no estaba tan descuidada porque creía que ahí vivía el señor con su esposa hasta que ella falleció, pero, lo único que le llamo la atención de allí dentro fue un cuadro, era grabado en acero de un edificio ovalado con ventanas rectangulares  una pequeña torre en la fachada, corría una verja y al fondo una estatua, se le hacía un lugar conocido pero no podía decir con exactitud donde era,  el señor se ofreció a venderle el cuadro al ver la manera en que Winston lo observaba, minutos después Winston por fin dijo: -Está ahora en ruinas, cerca del Palacio de Justicia, -Exactamente, fue bombardeado hace años, fue una iglesia, creo se llamaba “San Clemente”, dijo el señor, a lo cual sonrió y agrego:

-“Naranjas y limones, dicen las campanas de San Clemente”.

A Winston le extraño la forma en que el señor dijo el verso, es por ello que pregunto qué era eso, le dijo que eran versos que le habían enseñado de pequeño, a pesar que no recordaba lo que seguía le dijo el final:

-“Aquí tienes una vela para alumbrarte cuando te vayas acostar. Aquí tienes un hacha para cortarte la cabeza”.

Recordó que esa canción era una especie de danza, la canción estaba conformada por los nombres de las iglesias principales de Londres aunque era difícil determinar la edad de un edificio. Hablando sobre construcciones y la manera en la que había sido alterada la historia en Oceanía recordó otro verso, que decía:

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