ANALISIS DE ESTUDIO DE COMPETITIVIDAD SISTEMICA

Análisis del Estudio 1.EG.33.4. Estudio de competitividad sistémica. Componentes: Educación y Sociedad del conocimiento (2003).

El lineamiento para un nuevo modelo de gestión de servicios, en el que se incluye a la educación, es un modelo con claras tendencias neoliberales, que coinciden con las recomendaciones que postula el Banco Mundial y otras organizaciones internacionales como ser CEPAL y la UNESCO.

En primer término todo el artículo se refiere a la educación como un servicio que está inmerso en un sistema de mercado, en donde los padres de los niños podrán elegir entre las escuelas públicas, privadas y con subvención del estado. Generando así una competencia entre ellas y ubicando a la familia como agente responsable de la educación de sus hijos. Desligando al estado de esa responsabilidad. Como dice Finkel los defensores del mercado educativo ponen hincapié sólo en la parte de la demanda, en la libre elección de centros, pero poco hablan en realidad de la oferta educativa. Publicitándose de un modo genérico las bondades de la competencia, ya que esto sólo permitirá la subsistencia de las escuelas que se empeñen en la búsqueda de la excelencia, y sean responsables de su gestión ante los padres, que custodian el desempeño de los maestros. Del mismo modo afirman que la competencia promueve la identificación con la institución, aumentando así el profesionalismo de los profesores.

Que la escuela pertenezca a un mercado educativo transforma la práctica docente quedando opacados los objetivos meramente educativos para centrarse en aquellos que son evaluables y que para la sociedad son tangibles.

El papel que toma el Estado Nacional en este modelo es regulador, poniendo énfasis en el control de los resultados, desentendiéndose de las funciones que, para las autoras S. Decibe y S. Canela, no serían necesariamente exclusivas de este organismo, siendo la educación, la investigación científica, la salud, los museos y las instituciones dedicadas al arte las que sufren las consecuencias de ese desinterés. Por ello propone la transferencia (con una forma netamente comercial como ser la “publicitación”) desde el estado a jurisdicciones más pequeñas. Esta es una maniobra que aparece repetidamente como consejo en los textos del Banco Mundial con el fin de reducir el gasto público (ajustes), pero sin tener en cuenta si las jurisdicciones o municipios cuentan con el capital y los recursos necesarios para mantener y llevar a delante adecuadamente estas instituciones.

Es sabido que aquellos países en donde el gasto público en educación es bajo, como ocurrió en el año 2000 en Argentina, esto repercute en una baja matrícula en la escuela primaria.

Lo mencionado en los párrafos anteriores, sumado al apoyo a los sectores privados de la educación, con el fin de disminuir el gasto público en este ámbito lleva a la sociedad a valorar menos la educación y a no concebirla como un derecho humano. Ya que la educación pasó de ser un bien público protegido por las leyes y los fondos públicos a ser un servicio regido por las reglas del libre mercado, que como tal, excluye a los estudiantes más pobres de una educación y perpetúa las desigualdades sociales.

Este discurso de descentralización, pero con una política centralizadora se puede rastrear en nuestro país en todos los gobiernos conservadores, los gobiernos asumidos por las dictaduras y el gobierno menemista en su totalidad. Todos ellos guiados y aliados con las políticas recomendadas por el Banco Mundial con el fin de recibir préstamos.

Uno de los criterios que se presentan en el modelo neoliberal planteado por S. Decibe y S. Canela se refiere a que el docente deberá completar su formación inicial y posteriormente realizar cursos arancelados (dictados tanto por los sectores privados como estatales) para mejorar la formación académica y profesional, y así ascender en la escala de jerarquía. Teniendo en cuenta que los docentes deben acceder a cursos, se infiere que el título pierde

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