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Alimentación Y Nutrición


Enviado por   •  14 de Abril de 2015  •  3.908 Palabras (16 Páginas)  •  169 Visitas

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Alimentación y nutrición

Se han dado grandes pasos para mejorar la seguridad alimentaria. La proporción de personas que viven en países en desarrollo con una ingesta media de alimentos por debajo de 2 200 calorías diarias disminuyó del 57 por ciento en 1964-66 a sólo el 10 por ciento en 1997-99. No obstante, 776 millones personas que viven en países en desarrollo siguen padeciendo desnutrición, es decir, una de cada seis personas aproximadamente.

Se espera que continúe el progreso global con respecto a la nutrición, en paralelo a una reducción de la pobreza, según las previsiones del Banco Mundial. La incidencia de la desnutrición debe descender del 17 por ciento de la población de los países en desarrollo en la actualidad al 11 por ciento en 2015 y a sólo el 6 por ciento en 2030. Para el año 2030, se prevé que las tres cuartas partes de la población del mundo en desarrollo vivirán en países en los que menos del 5 por ciento de la población padecerá desnutrición. En la actualidad, la población que vive en esos países no llega ni al 8 por ciento.

A pesar de las impresionantes reducciones en la proporción de personas desnutridas, el crecimiento continuado de la población significa que el progreso en la reducción del número total será más lento. La Cumbre Mundial sobre la Alimentación de 1996 estableció el objetivo de reducir a la mitad el número de personas desnutridas, hasta alcanzar aproximadamente 410 millones en 2015. Las previsiones de este estudio sugieren que esto puede ser difícil de conseguir, ya que 610 millones de personas pueden seguir padeciendo desnutrición para ese año, y que incluso en el año 2030 puede haber todavía 440 millones de personas desnutridas. Dar prioridad a la producción local de alimentos y una menor desigualdad en el acceso a los alimentos puede hacer que mejore esta situación. El problema de la desnutrición tenderá a hacerse más manejable y más fácil de solucionar mediante intervenciones políticas, tanto nacionales como internacionales, a medida que disminuya el número de países con una incidencia elevada.

Agricultura, pobreza y comercio internacional

La desnutrición es la manifestación principal de la pobreza. También agrava otros aspectos de la pobreza, reduciendo la capacidad de trabajo y la resistencia a las enfermedades y afectando al desarrollo mental de los niños y a los logros educativos.

Actualmente, una de cada cuatro personas de países en desarrollo viven en condiciones de pobreza extrema, subsistiendo con menos de un dólar EE.UU. diario. Esta proporción ha bajado desde casi un tercio en 1990. Pero debido al crecimiento de la población la disminución en número de personas ha sido más lenta, pasando de 1 269 a 1 134 millones. La última evaluación del Banco Mundial para 2015 sugiere que dichas reducciones de la pobreza mundial pueden continuar. Sin embargo, la excepción es el África subsahariana. Aquí el número de pobres aumentó acusadamente durante los años noventa. Siete de cada diez pobres del mundo siguen viviendo en zonas rurales. El crecimiento del sector agrícola ha desempeñado un papel crucial en la mejora de la renta de las personas pobres, proporcionando trabajos agrícolas y estimulando el empleo fuera de las explotaciones agrícolas. También pueden ser necesarias algunas intervenciones directas en la nutrición, como, por ejemplo, enriquecer los alimentos básicos con vitaminas y minerales, asimismo serán importantes medidas de higiene, agua y saneamiento para reducir los efectos de las enfermedades en la absorción de alimentos.

El comercio puede influir en la mejora de la seguridad alimentaria y en el fomento de la agricultura. Algunas estimaciones calculan que el posible aumento anual del bienestar mundial derivado de un comercio agrícola más libre alcanzará la cifra de 165 mil millones de dólares EE.UU. Pero el progreso alcanzado en la actual ronda de negociaciones comerciales ha sido limitado y sus beneficios hasta la fecha siguen siendo modestos. Si las futuras reformas se concentran demasiado estrechamente en la eliminación de subsidios en los países de la Organización de Cooperación y de Desarrollo Económicos (OCDE), la mayoría de las ganancias irán a parar probablemente a los consumidores de los países desarrollados. Los países en desarrollo deben beneficiarse más de la eliminación de los obstáculos al comercio para productos en los que tienen una ventaja comparativa (como el azúcar, las frutas y las hortalizas), de aranceles reducidos para productos agrícolas elaborados y de un acceso preferencial más profundo a los mercados para los países menos desarrollados (MD).

En los países en desarrollo, también se necesitan reformas internas para que el libre comercio contribuya a la reducción de la pobreza. Tales reformas incluyen: una reducción de la predisposición contra la agricultura en la determinación de políticas nacionales; la apertura de las fronteras a las inversiones extranjeras a largo plazo; la introducción de planes para mejorar la calidad e inocuidad de los alimentos; inversiones en carreteras, regadíos, semillas y conocimientos prácticos; normas de calidad mejoradas y seguridad; y medidas de protección social para los pobres que tienen que afrontar precios más altos de los alimentos.

La globalización de los alimentos y de la agricultura es prometedora, pero también presenta problemas. En general, ha permitido progresar en la reducción de la pobreza en Asia. Pero también ha conducido a la aparición de compañías multinacionales de alimentos que tienen la capacidad de dejar indefensos a los agricultores de muchos países. Los países en desarrollo necesitan estructuras y jurídicas administrativas para prevenir las amenazas y recoger los beneficios.

Producción de cultivos

La tasa de crecimiento anual de la demanda mundial de cereales ha disminuido del 2,5 por ciento anual en los años setenta y del 1,9 por ciento anual en los años ochenta, a sólo el 1 por ciento en los noventa. El consumo anual de cereales per cápita (incluidos los piensos) alcanzó su nivel máximo a mediados de los años ochenta en 334 kg y desde entonces ha descendido a 317 kg.

Esta disminución no debe alarmar: fue sobre todo el resultado natural de un crecimiento más lento de la población y de cambios en las dietas humanas y en los piensos. Sin embargo, se acentuó en los años noventa debido a diversos factores temporales, incluidas graves recesiones en los países en transición y en algunos países del Asia oriental y meridional.

Se espera que la tasa de crecimiento de la demanda de cereales aumente de nuevo hasta alcanzar el 1,4 por ciento anual en 2015, reduciéndose al 1,2 por ciento anual con posterioridad. En el conjunto de los países en desarrollo,

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