Amrica Latina
Enviado por eazu • 14 de Octubre de 2013 • 4.674 Palabras (19 Páginas) • 365 Visitas
DOMINIO DE LOS BORBONES:
La Dinastía de los Borbón llegó a España en el año 1700 y establecieron un sistema de gobierno denominado despotismo ilustrado o Ilustración. Los monarcas absolutos adoptaron estas ideas, a fin de someter a la Iglesia y ejercer un mayor dominio. Las reformas de los Borbón tuvieron grandes consecuencias en el sistema político y económico, así como en la iglesia.
La Casa de Borbón es una de las dinastías reales más antiguas e importantes de Europa. Está ligada a varios tronos, principalmente el español y el francés. Es originaria de la localidad francesa de Bourbon-l Archambault.
La dinastía de los Borbones ha dado reyes tan importantes como Luis XVI de Francia, Carlos III, Carlos IV y Fernando VII de España.
Inicialmente la Casa de Borbón es una de las ramas de la Casa de los Capeto, conocida también como la tercera estirpe de los reyes de Francia. Ligados primero por vasallaje a los condes de Bourges, en el siglo X pasaron a depender directamente de la Corona francesa.
En 1789, el inicio de la Revolución Francesa marca el principio del fin de la monarquía Borbónica francesa. El propio Luis XVI murió ejecutado por los revolucionarios en 1792, y su hijo (Luis XVII), fallecido en 1795, tan sólo fue reconocido por los monárquicos.
La restauración de la monarquía francesa tuvo lugar en 1814, cuando un hermano de Luis XVI ascendió al trono con el nombre de Luis XVIII, tras la caída de Napoleón I Bonaparte.
LOS BORBONES EN ESPAÑA
La ascensión de los Borbones en España se debió a que los descendientes de la infanta española María Teresa, consorte de Luis XIV de Francia, eran los familiares vivos más cercanos de Carlos II de España, quien al no tener hijos, pidió en su testamento que un descendiente suyo fuera su sucesor en el trono español. Esta sucesión se realizó, pese a que la infanta María Teresa había renunciado, al casarse, a todos sus derechos sobre España.
Así, dicho sucesor sería Felipe de Anjou, el segundo nieto del rey Luis XIV y María Teresa, quien ascendería al trono de España con el nombre de Felipe V.
Sin embargo, el temor a que los Borbones extendieran su dominio sobre la herencia de los Habsburgo españoles movió a Gran Bretaña, las Provincias Unidas y al Sacro Imperio a impugnar el testamento y declarar la guerra. La llamada guerra de Sucesión española finalizó con el reconocimiento general de Felipe V, a cambio de la renuncia de éste a sus derechos al trono de Francia y de la pérdida de los territorios italianos y flamencos.
Los Borbones españoles del siglo XVIII, Felipe V (1700-1724 y 1724-1746), Luis I (1724), Fernando VI (1746-1759), Carlos III (1759-1788) y Carlos IV (1788-1808) llevaron a cabo una política de profundas reformas en todos los campos con la intención de colocar a España en un lugar destacado entre las potencias europeas. Felipe V fue ayudado primero por consejeros franceses, relevados pronto por españoles pertenecientes a la primera generación de ilustrados.
La política dinástica sostenida por Felipe V y su segunda esposa, Isabel de Farnesio, otorgó tronos en Italia a los hijos del matrimonio, dando origen a la rama Borbón-Sicilia. Los reinados de Fernando VI y Carlos III significaron la plenitud del reformismo.
El desarrollo de la América española, cuyas posibilidades económicas aún estaban por explotar en su mayor parte, fue una de las tareas que recibieron más atención.
El agotamiento de los hombres y los programas ilustrados reformistas y la implicación de España en los sucesos internacionales ocasionaron una profunda crisis del Estado y de la dinastía, que llegó a su punto álgido en el enfrentamiento entre el rey Carlos IV y su hijo, el príncipe de Asturias y futuro Fernando VII.
La conjura de El Escorial (1807) y el motín de Aranjuez (1808), promovidos por el círculo de don Fernando contra el favorito de los reyes, Manuel Godoy, provocaron el derrocamiento de Carlos IV y la proclamación de Fernando VII. Estas alarmantes muestras de la descomposición de la dinastía sucedían en una España ocupada por las tropas de Napoleón I Bonaparte, en cuyos planes figuraba ya el destronamiento de los Borbones y la inserción de España en la órbita imperial.
El desprestigio de la familia real alcanzó su cima en las abdicaciones de Bayona, por las que Carlos IV y Fernando VII entregaron a Bonaparte sus derechos a la Corona de España, quien a su vez los transfirió a su hermano José (1808).
A excepción de Amadeo I (1870-1873) , todos los reyes y reinas de España de los siglos XIX y XX han pertenecido a la dinastía Borbónica: Fernando VII (1808-1833), Isabel II (1833-1868), Alfonso XII (1875-1885), Alfonso XIII (1886-1931) y el nieto de éste, Juan Carlos I, el actual soberano español, que en 1975 comenzó su reinado y fue uno de los artífices de la transición española a la democracia, posterior al régimen dictatorial del general Francisco Franco.
DESARROLLO DE LA BUROCRACIA
La burocracia, entendida como la tentativa de establecer mecanismos e instituciones con la intención de obtener, centralizar y procesar información a fin de poder tomar decisiones efectivas acerca del futuro, es quizás tan antigua como la historia de la civilización misma. Ejemplo de ello es el escriba, quien primero hizo su aparición y ascenso a la prominencia en Sumeria que muchos consideran la primera civilización como tal, con un sistema de escritura y cálculo tan complejo que se necesitaba un entrenamiento de largo plazo para poder emplearlo. Tanto entre los sumerios como los antiguos egipcios los escribas llegaron a ejercer un gran poder, dado que eran los únicos capaces de efectuar, acceder y controlar tanto los documentos como los cálculos necesarios para determinar cosechas esperadas, impuestos, entre otros. Más tarde, en el imperio persa, la habilidad de los escribas y la extensión del imperio mismo permitió la división del imperio en provincias, dirigidas por funcionarios (sátrapas) nombrados por y responsables al emperador (Sah).
Generalmente se considera que el sistema de burocracia antigua más eficiente fue el sistema chino, en el cual, por más de mil años, los mandarines establecieron y mantuvieron un sistema sumamente efectivo y estable basado en el nombramiento o contratación y promoción de los funcionarios o administradores públicos en relación a estudios rigurosos y exámenes competitivos generales o impersonales (es decir, basados en las capacidades necesarias para ejecutar las funciones correspondientes a la posición).
La extensión al sistema burocrático moderno empieza con la expansión del poder del Estado durante las monarquías absolutas y continúa con la Revolución industrial, que marca el término de la asociación
...