Analisis Pelicula Jesuitas Relacionado Con Eggers Brass E Isabelino Siede
Enviado por dagatahualpa • 26 de Junio de 2015 • 2.705 Palabras (11 Páginas) • 283 Visitas
El conflicto que vincula a los protagonistas es la pretensión por parte de España y Portugal del dominio del territorio de las misiones jesuíticas, ubicadas en la frontera entre el imperio español y el portugués, donde se reunían a las comunidades guaraníes libres. Quienes vivían allí estaban eximidos del tributo y de la mita minera, y conservaban su organización social comunitaria.
Desde el Vaticano se envía al emisario papal para inspeccionar las misiones y tomar la decisión de permitir la continuidad o el cierre del las misiones. Bajo una enorme presión de los terratenientes y los políticos de Portugal, se ve obligado a elegir entre el menor de dos males. Si gobierna a favor de los colonos, los pueblos indígenas serán convertidos en esclavos. Sin embargo, si gobierna a favor de las misiones, toda la Orden Jesuita puede prohibirse por los portugueses. El emisario visita la misión del padre Gabriel y trata en vano de explicar las complicadas razones políticas detrás del cierre de la misión.
Las escenas que muestran el conflicto son por ejemplo cuando se reúnen los diferentes representantes para discutir qué hacer con las misiones, donde cada cual da su argumento. Se expone en el centro a un niño guaraní y se discute acerca de si debe ser considerado una persona o no.
El conflicto se resuelve cuando el emisario decide el cierre de las misiones, la cual se da de manera muy violenta, asesinando a los sacerdotes y gran parte de los guaraníes. Solo se salvan algunos niños y mujeres que logran escapar a la selva.
La escena que mejor expresa este desenlace es cuando el padre Gabriel, junto a las mujeres y niños avanzan cantando y sosteniendo una cruz, mientras son atacados y masacrados .
La estructura de las Misiones Jesuíticas se caracteriza por tener una plaza central , alrededor de la cual se distribuyen la iglesia, la Casa de los Padres, el cementerio, las viviendas y el cabildo. En la construcción de San Ignacio se empleó la piedra local, el asperón rojo, en grandes piezas. La dimensión de los trabajos ha permitido que, pese a años de deterioro, la mayor parte de los muros siga en pie. Hacia mediados del siglo XVIII la misión contaba con más de tres mil habitantes, y una rica e intensa actividad artesanal y cultural; su ubicación sobre el río Paraná favorecía el comercio con otros asentamientos de la zona. Sin embargo, tras la expulsión de los jesuitas, fue abandonada por completo, al igual que el resto de reducciones.
En la actualidad San Ignacio Miní es la mejor conservada de las misiones en territorio argentino.
La misión del padre Gabriel sirve como un lugar de Santuario y aprendizaje para los guaraníes. Les enseñan a tallar, tocar flautas y violines y cantan maravillosamente, además de habilidades en lectura, escritura y matemáticas.
El sostén de la economía colonial fue el indígena americano, considerado legalmente súbdito de la corona, lo que implicaba el pago de un tributo o, en su defecto, un servicio personal a los representantes de la autoridad monárquica en América. En los dos primeros siglos coloniales la encomienda reguló la fuerza de trabajo y la distribución de la mano de obra. El encomendero cobraba y disfrutaba el tributo de sus indios, en dinero, en especie (alimentos, tejidos u otros productos) o en trabajo (construcción de casas, cultivo de tierras o cualquier otro servicio); a cambio debía amparar y proteger a los indios encomendados e instruirles en la religión católica.
La minería fue el sector dominante y dinámico de la economía en las colonias españolas. El Cerro Rico de Potosí fue el yacimiento más productivo y el centro de la vida colonial americana. La “Villa Imperial” contaba con una numerosa población y demandaba recursos agrícolas y ganaderos de áreas vecinas.
Los propietarios de las minas debían entregar un quinto de los metales extraídos a la corona. Estos metales se extraían mediante un sistema de trabajo obligatorio por turnos, denominado mita minera. La mano de obra era movilizada por la fuerza desde las comunidades originarias. Los caciques de los pueblos eran los responsables de la entrega de la cuota de trabajadores, llamados mitayos.
Hacia el siglo XVI y XVII se realiza la Compañía de Jesús abarca una evangelización en todos los dominios españoles de ultramar. De esta manera fundan misiones jesuíticas en China, India, México, Estados Unidos, Ecuador, Paraguay, Brasil, Uruguay y Argentina, éstas últimas las de mayor significación. Crean en la Argentina 15 misiones de las cuales 11 son guaraníes. Las reducciones jesuíticas guaranies a la vera del rio Paraná y Uruguay constituyen un ejemplo de armonía según los jesuitas, y sometización según los pueblos aborígenes entre las tradiciones indígenas y la intención colonizadora.
La persecución que sufrían los guaraníes fue lo que motivo a la Compañía de Jesús a instalarse hacia el año 1550 en la zona, e iniciar la evangelización.
Once misiones guaraníes conforman el Circuito Internacional de las Misiones, Así encontramos la Reducción Jesuítica de San Ignacio Mini, Santa Ana, Nuestra Señora de Loreto y Santa María la Mayor.
Se encuentran ubicadas en la provincia de Misiones en Argentina.
Luego de varios asentamientos temporarios en 1696 se fundó definitivamente la misión de San Ignacio Mini. Fue edificada siguiendo los planos con los que la Compañía de Jesús construía en otras partes del mundo. Su población estuvo planificada para un máximo de 6000 habitantes aunque nunca llego a tener más de 3300
Dentro de las misiones reinó una organización comunitaria en perfecto orden. Este funcionamiento comenzó a competir con el sistema aristocrático propio de la corona española que decidió expulsar a los jesuitas de todos sus territorios en 1767 cuando el Rey Carlos III de España, firmó el Decreto de expulsión, pero recién se ejecutó en las Misiones en 1768. A partir de allí comienza una decadencia lenta. San Ignacio Mini sobrevivió hasta que fue parcialmente destruido, como otros pueblos, durante las guerras de fronteras por las tropas paraguayas.
La función que cumplieron las edificaciones jesuitas fue que debido a que los Guaranies podían ser reducidos o esclavizados fácilmente por bandeirantes portugueses llegados a América en busca de esclavos.
Emigraban constantemente para evitar ser capturados es así como se realizan estas construcciones con la finalidad de reducir o agrupar aborígenes, en este poblado controlable, fue un sistema español para facilitar el cobro del tributo. En 1610 los jesuitas obtuvieron permiso para fundar poblados. Estas misiones no se regían por el sistema de tributos sino por el sistema de desarrollo de la producción agropecuaria terminaron por asentarse en
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