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Anarquia En Colombia


Enviado por   •  28 de Abril de 2013  •  5.165 Palabras (21 Páginas)  •  423 Visitas

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Índice

Introducción………………………..………………………………………1

Anarquía Conspiración de Páez y Santande…………………………..5

La Cosiata……………………………………….…………………………6

Ultimo Viaje de Bolívar a Venezuela Convención de Ocaña…..…….8

Asesinato de Sucre……………………...………………………………..9

Renuncia de la Presidencia…………….………………………………10

Congreso Admirable…………………………………………………….11

Conclusión……………………………………………………………….14

Bilbiografia…………………………..……………………………………16

INTRODUCCIÓN

Simón Bolívar escribió: “Los anarquistas se destruyen recíprocamente y se dividen, en tanto que sucede todo lo contrario con los virtuosos. Veo como posible fijar la estabilidad política y social en este país. Si nos dividimos se pierde la República. Si se establecen leyes débiles, como son todas las que emanan de un gobierno muy libre, nos convertiremos en un país sin gobierno, porque es constante que la fuerza del gobierno debe ser relativa a la extensión de sus enemigos”

Bolívar lejos de ser un idealista o un soñador, es el pensador que al penetrar profundamente la estructura social de los pueblos que ha redimido, dictó para ellos constituciones propias al estilo de vida de esos pueblos con las características particulares de cada región. Bolívar: “Las naciones son esclavas de su Constitución, ellas rigen el destino de sus ciudadanos. El espíritu de las leyes deben ser propias para los pueblos que las hacen, relativa a lo físico del país, al clima, a la calidad del terreno y a su pueblo”.

Su genio no se adapta a modelos ni patrones tradicionales, sino que inventa un nuevo estilo de hacer las cosas, con ingredientes de su propia inspiración: cuando se necesita una Ley, un Reglamento, un Plan Estratégico, o simplemente se clama por una solución que nadie es capaz de vislumbrar, él los modela con ideas propias, como si se tratara de un escultor, que ante la mirada anonadada de sus espectadores, deja volar su imaginación para tallar seis naciones que hoy orgullosas llevan su firma indeleble: Colombia, Venezuela, Ecuador, Perú, Bolivia y Panamá; todas ellas nacen con Bolívar cuando esos inhóspitos territorios no tenían límites ni fronteras.

Bolívar, como ha sido señalado por varios afamados escritores, fue un “Alfarero de Repúblicas”, que convirtió de la nada, naciones forjadas a sangre y fuego en medio de la anarquía popular, la conspiración de la oligarquía y la prepotencia del imperialismo económico… Pero no sólo fueron estas seis naciones bolivarianas quienes les deben su razón de ser a ese ilustre venezolano, sino que: México, Nicaragua, Costa Rica, Brasil, Chile, Argentina, Paraguay, Uruguay, Cuba y Puerto Rico, fundamentaron sus doctrinas de independencia en el ideal de Bolívar; y hoy no existe una página del derecho público internacional americano, que no esté sustentado por la ideología y el pensamiento del Libertador.

Es un hecho de tanta trascendencia y significación, que para comprender su magnitud histórica y dimensión humana, hay que remontarse en más de quince mil años de cronología universal, y por más que escudriñemos en un sin fin de literatura en todos los idiomas, en todas las naciones, y en todas las religiones, con toda seguridad no encontraremos una persona a quienes tantas naciones le deban su existencia. El bolivarianismo como un culto a la inteligencia, a la justicia, y a la unidad, se extendió por todo el continente, desde que Bolívar con tan sólo 26 años de edad promulgó su primer discurso político en la Sociedad Patriótica, organización que por cierto, no era un partido político como decía Uslar Pietri, sino una agrupación de personas que trabajaban por el bien común.

Aunque al mundo imperialista le duela reconocerlo, y hagan lo imposible por ocultar su mensaje, el bolivarianismo es la esencia del humanismo en su máxima expresión de ideología social y patriotismo exacerbado, que nos obliga a todos los nacidos o asimilados a esta prodigiosa tierra de Bolívar, rendir un culto a su pensamiento y obra; y así como las religiones invocan oraciones al cielo para honrar al Padre Creador, Juan García del Río escribió una oración para honrar al Padre de la Patria:

“Y tú, Bolívar, ángel titular de estas tierras que por tus esfuerzos liberaste, desde la mansión donde reposas, cubre a la Patria con tus alas…! Infunde tu espíritu a tus hijos… Feliz si al dulce rocío de las alabanzas que tus bellas acciones han arrancado a la verdad y a la justicia, creciesen las virtudes de los hijos de la noble Venezuela, cual crecen las plantas al rocío benéfico del cielo”

La Venezuela de hoy, al igual que ayer, está atrapara en la anarquía polarizada entre quienes invocan el ideal bolivariano, y un sector, pequeño pero poderosos, cautivado por el mundo materialista de libre mercado, que ve con horror las proclamas del Libertador, donde se encuentran las respuestas a la crisis que nos embarga; como bien decía Bolívar: “…esta revolución bolivariana es para los que aún no han nacido. Ni nosotros ni la generación que nos suceda, verá el brillo de la América que estamos fundando. Una nueva casta de todas las razas producirán la homogeneidad del pueblo”. El principal problema que vislumbró el Libertador cuando penetró la sociedad venezolana en todas sus manifestaciones fue esa ANARQUÍA..! Una palabra de apenas ocho letras, pero la causa de todos nuestros males..!

Bolívar: “Nuestro principal problema es la anarquía de nuestro políticos, de nuestro ejército, de nuestra iglesia, de nuestros comerciantes y hasta de nuestro pueblo. Cada quién cree tener la solución, cada quién quiere ser un líder y desde el primer momento, cada quién enfrenta al contrario; es decir, cada quién quiere hacer una cosa distinta y adopta posiciones antípodas sin causa aparente y sin importar la voluntad de la mayoría”. Bolívar sabía lo difícil que era gobernar un pueblo anárquico por naturaleza, él decía: “Habiendo ya cumplido con la Justicia, con la humanidad, cumplamos ahora con la política, con la sociedad, allanando las dificultades que opone un sistema tan sencillo y natural, mas tan débil que el menor tropiezo lo trastorna, lo arruina. La diversidad de origen requiere un pulso infinitamente firme, un tacto

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