Antigua Grecia
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ESCUELA TECNOLÓGICA INSTITUTO TÉCNICO CENTRAL
LA SALLE
Presentado por:
Andrés Vallejo.
Andrés Rodríguez.
GRADO 8E
Docente: Ing. Ever Rojas.
ASIGNATURA: Informática.
Bogotá D.C., Enero 31 de 2013
El término Antigua Grecia se refiere al período de la historia de Grecia que abarca desde la Edad Oscura de Grecia C.A. a. C. y la invasión dórica, hasta el año a. C. y la conquista romana de Grecia tras la batalla de Corinto. Se considera generalmente como la cultura seminal que sirvió de base a la civilización occidental. La cultura de Grecia tuvo una poderosa influencia sobre el Imperio romano, el cual la difundió a través de muchos de sus territorios de Europa. La civilización de los antiguos griegos ha sido enormemente influyente para la lengua, la política, los sistemas educativos, la filosofía, la ciencia y las artes, dando origen a la corriente renacentista de los siglos XV y XVI en Europa Occidental, y resurgiendo también durante los movimientos neoclásicos de los siglos XVIII y XIX en Europa y América. La civilización griega fue básicamente marítima, comercial y expansiva. Una realidad histórica en la que el componente geográfico jugó un papel crucial en la medida en que las características físicas del sur de la península de los Balcanes, por su accidentado relieve, dificultaban la actividad agrícola y las comunicaciones internas, y por su dilatada longitud de costas, favorecieron su expansión hacia ultramar. Un fenómeno sobre el que incidirían también de forma sustancial la presión demográfica originada por las sucesivas oleadas de pueblos (entre ellos aqueos, jonios y dorios) a lo largo del III y II milenios a. C.
Tras las civilizaciones minoica y micénica, en los siglos oscuros (entre el XIII y el XII a. C.) la fragmentación existente en la Hélade constituirá el marco en el que se desarrollarán pequeños núcleos políticos organizados en ciudades, las polis.
A lo largo del período arcaico (siglos VIII al V a. C.) y del clásico (siglo V a. C.), las polis fueron la verdadera unidad política, con sus instituciones, costumbres y sus leyes, y se constituyeron como el elemento identificador de una época. En el período arcaico ya se perfiló el protagonismo de dos ciudades, Esparta y Atenas, con modelos de organización política extremos entre el régimen aristocrático y la democracia. La actividad de las polis hacia ultramar fue un elemento importante de su propia existencia y dio lugar a luchas hegemónicas entre ellas y al desarrollo de un proceso de expansión colonial por la cuenca mediterránea. La decadencia de las polis favoreció su absorción por el reino de Macedonia a mediados del siglo IV a. C. y el inicio de un período con unas connotaciones nuevas, el helenístico, por el que la unificación de Grecia daría paso con Alejandro Magno a la construcción de un Imperio, sometiendo al Imperio aqueménide y al egipcio. En opinión de algunos especialistas, en esta fase la historia de Grecia volvía a formar parte de la historia de Oriente y se consumaría la síntesis entre el helenismo y el orientalismo.
Contexto geográfico
El concepto de «antigua Grecia» comprende, desde una perspectiva geográfica, un conjunto de territorios diversos unidos por un mismo proceso histórico con base en los fuertes vínculos que sus pueblos mantuvieron y en los aspectos comunes que compartieron. Sus habitantes se referían a este conjunto como Hélade, y fueron los romanos quienes posteriormente le asignaron el nombre de Grecia.
La Helada tuvo su base en tres grandes regiones, dos de ellas continentales y, una tercera, insular. Las regiones continentales comprendían la península Balcánica y las tierras costeras del Asia Menor (actual Turquía); la insular, por su parte, incluía el conjunto de islas del mar Egeo (Creta, el archipiélago del Dodecaneso, el archipiélago de las Cícladas y las tierras cercanas a la costa asiática).
Grecia continental europea
La zona septentrional de la península de los Balcanes, caracterizada por alternancia de relieve tabular y llanura esteparia, fue la zona de mayor contacto con el resto de Europa oriental. Allí se establecieron las antiguas Tesalia, Macedonia, Etolia, Acarnana y Epiro. La zona central, comunicada dificultosamente con la anterior a través de angostos desfiladeros y de un terreno igualmente irregular de macizos y llanuras, vio prosperar a las antiguas regiones de Dórica, Fócida, Beocia y Ática. La zona meridional, abundante en macizos y fosas y comunicada con la anterior a través del istmo de Corinto, comprendió a su vez las regiones de Acalla, Arcadia, Argólida, Laconia y Mesenia.
Las características geomorfológicas de estas zonas favorecieron la diversificación de los recursos naturales y el fraccionamiento político, determinando la extensión reducida y las fronteras difusas de las polis, así como las peculiaridades de sus economías y vínculos recíprocos. La región del Ática contaba con minas de plata; Laconia, Beocia y Eubea poseían hierro; esta última, de igual manera, disponía de cobre, pero le era necesario obtener el estaño ―para la aleación del bronce― del extranjero. La región de Macedonia, por su parte, era rica en oro. La abundancia de la arcilla en la península favoreció el desarrollo de centros ceramistas y de la manufactura de objetos de gran valor humano agregado, claves en su comercio exterior; de igual manera sucedió con la piedra y el mármol, abundantes en dichas zonas rocosas.
Grecia asiática
La colonización del Asia Menor respondió a los impulsos migratorios de los griegos europeos durante la época arcaica y se limitó a la ocupación de la faja litoral, distinguiéndose en ella tres grandes regiones: Elida, Jonia y Dórica. La Elida limitaba al norte con las costas del mar Negro y al sur con la desembocadura del río Herma. Más al sur se estableció Jonia. Dórica se ubicó en la zona más meridional del litoral y ocupó la franja costera de un macizo de difícil acceso, con una costa abrupta y un suelo pobre.
Exceptuando la Dórica, cuyas características geográficas actuaban negativamente en el desarrollo de la agricultura y, en contraposición, su cercanía y acceso a otras tierras de Oriente favorecían el desarrollo comercial de sus pueblos, las colonias griegas de la Grecia asiática poseían características orográficas,
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