Análisis de libros de Asian
Enviado por jpbn68 • 1 de Julio de 2013 • Reseña • 1.071 Palabras (5 Páginas) • 285 Visitas
En el Reino de Murcia, alejado de la corte y desprovisto de la presencia de una nobleza de primera fila, los ideales caballerescos se centran en la lucha contra el infiel, pues su posición fronteriza con Granada posibilita estos enfrentamientos, que se llevan a cabo con relativa frecuencia, tanto promovidos de forma oficial, como por iniciativa privada. S
on muchos los episodios bélicos acaecidos en la frontera que proporcionan a sus protagonistas ocasión de demostrar su valor y destreza con las armas, consiguiendo honor, fama y fortuna. Pero también de demostrar su caballerosidad y tolerancia con los moros cuando la situación lo requería.
Los cronistas de la Baja Edad Media utilizaban la ficción caballeresca como un correctivo de la incomprensibilidad que para ellos tenía tanto la guerra como la política de su tiempo. La guerra era un proceso crónico de incursiones y correrías aisladas; la diplomacia, un instrumento muy complicado y deficiente, regido en parte por ideas tradicionales muy genéricas y en parte dominado por una confusión inextricable de pequeñas cuestiones jurídicas.
Para los nobles la caza juega un papel esencial en su vida, pues el arte de la caza, junto con el del amor y el de la guerra forman la trilogía de las actividades nobiliarias. La caza es para las clases privilegiadas de la sociedad medieval, arte, ciencia, pasión o simplemente pasatiempo. La caza como arte pedía dedicación, gusto y sentimiento; como ciencia exigía reflexión, tacto y experiencia; como pasión, dedicación y enamoramiento; como distracción, alegría oropeles; como necesidad, astucia, y como delito, paciencia.
Pero los últimos tiempos empezará a considerarse la caza, desprovista del rito de los siglos anteriores, como una fiesta.
El concejo murciano no sólo vigilaba la venta y fijaba los precios de la carne de caza sino que también impedía la entrada en las zonas acotadas de caza y que se guardasen las vedas. El año litúrgico se constituye sobre la base de que la vida del cristiano debe modelarse siempre teniendo presente la vida de Cristo; existe pues una especie de manifestación constante de Jesucristo a lo largo del ciclo anual eclesiástico. Luego existe otro ciclo también importante: el santoral.
Los festejos profanos se celebran contando con el santoral, mezclándose el culto y la liturgia con lo profano. Los hechos físicos como sequías, inundaciones, malas cosechas, epidemias, dan lugar a procesiones y otras manifestaciones religiosas. La religiosidad cala profundamente en todos los planos de la vida.
Procesiones, sermones constituían las dos piezas claves de todas las celebraciones complementarias de la misa; si bien las procesiones, por su elevado costo y complejidad de su organización, no siempre tenían lugar. Sin embargo, los sermones, elementos instructivos de primera magnitud, fueron indispensables y daban un contenido religioso-temático de la celebración; pues si la homilía dominical cumplía la misión de transmitir el mensaje evangélico, además de aquellas cuestiones de doctrina moral; en las festividades dedicadas a la Virgen o a los santos, cumple la misión de comunicar a los fieles la vida, virtudes y milagros de santos.
Limpieza, orden y abastecimiento constituían los tres problemas fundamentales a los que debían hacer frente las autoridades concejiles, pero no eran los únicos. Existen otros como las inundaciones, plagas, epidemias. El barrizal que se formaba los días de lluvia en las calles
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