Armas De Fuego En Colombia

Colombia ha Sido Víctima en los últimos años sesenta años de un conflicto armado de grandes magnitudes. Lo que inicialmente empezó como una lucha entre los dos partidos tradicionales, término en el actual estado de guerra que vive el país, donde los grupos alzados en armas batallan con la fuerza pública por el control del estado y sus diversas instituciones.

El estado en busca de la protección del interés general y la convivencia social, es la institución a llamada a mantener, a través de la fuerza pública, un sistema jurídico político estable para velar por amparo de los derechos de la comunidad y su desarrollo. Es deber del estado la protección de los derechos de las personas, y por tal motivo determinar si los particulares pueden tener acceso a las armas de fuego, asumiendo la responsabilidad de la defensa y el cuidado social establecido en la constitución.

Es indudable que el estado no puede brindar un control total a los actos o personas que atentan contra el orden público. La población se encuentra indefensa ya sea por su condición económica, social y política y no pueden defenderse de los ataques de la subversión y la delincuencia común y organizada. Debido a lo dicho anteriormente la ciudadanía al ver amenazado sus bienes y familiares, ven en las armas de fuego un mecanismo de defensa de su patrimonio, que en otras veces han sido vistos favorablemente debido a las escasas legislaciones que regula el tema.

En Colombia existe un monopolio estatal sobre las armas de fuego. El cual tiene el fin buscar que se respete el derecho a la vida, a la propiedad, a la dignidad y todos los derechos que puedan ser vulnerados por la mala implementación de las armas, entonces regula lo referente a la fabricación por medio de INDUMIL la cual es una empresa estatal destinada al comercio de estas.

El estado es incapaz de cumplir con su obligación de protegernos en las constantes agresiones de la delincuencia común y organizada. Pero el estado tampoco nos da los mecanismos para que acudamos a nuestra propia defensa, porque la oferta de armas a articulares la controla el estado. Este esquema debería ser modificado. Por un esquema en el cual el estado controle únicamente la expedición de permisos de porte y tendencia de armas de fuego. El uso de armas de fuego se sujete de unas reglas muy precisas en nuestro país, no solo en cuanto a porte y tenencia, sino a también en consecuencias penales causadas por el uso de estas. Pese a todo esto la libertad de armas en nuestro país no es una alternativa viable, dadas las condiciones particulares de nuestra idiosincrasia, nuestra violencia, nuestra pobreza y nuestra corrupción.

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