Armas Y Explisiones Nucleares
Enviado por Lizbethchunsa • 27 de Enero de 2013 • 2.526 Palabras (11 Páginas) • 357 Visitas
ARMAS Y EXPLOSIONES NUCLEARES “LA HUMANIDAD EN PELIGRO”
AUTORA: MARIA ESTER BRANDAN.
Este libro trata de las miles de bombas nucleares que hoy en día se guardan en los arsenales del planeta: además de que representan una amenaza real a la sobrevivencia de nuestra civilización y de la vida en general. Una guerra nuclear nos afectara a todos, no importa que tan alejado se encuentre nuestro país del lugar de las explosiones. Hemos oído decir que el poder destructor de cada bomba nuclear es 1 000 000 de veces mayor que el poder destructivo de un explosivo químico, como la dinamita o el TNT. Podríamos imaginarnos que una bomba nuclear ha de ser inmensamente voluminosa y pesada. Y la realidad es todo lo contrario: el combustible explosivo de una bomba de fisión tiene una masa alrededor de los 10 kilogramos y es del tamaño de una pelota de beisbol. ¿Cómo es posible que algo así de pequeño tenga tanto poder? ¿De que manera se puede esconder dentro de una pelota de beisbol toda la energía que hemos visto liberarse y transformarse en luz, calor y polvo transportado a las alturas? La respuesta es que la materia esta compuesta por unidades llamadas átomos que tienen en su centro un núcleo capaz de liberar, bajo ciertas condiciones, una cierta cantidad de energía. La energía que cada núcleo puede liberar es pequeñísima comparada con las energías que conocemos en nuestra vida diaria. La energía que cada núcleo de uranio libera cuando explota una bomba proviene de su rompimiento (fisión) en núcleos más livianos. Por este motivo, a las bombas nucleares que utilizan como material combustibles de núcleos de elementos pesados se les llama bombas de fisión (también se les conoce como bombas atómicas o bombas A). Los neutrones, junto a los protones, son los constituyentes habituales de todos los núcleos. El uranio tiene 92 protones y 143 neutrones. Las bombas que emplean el sol como fuente de energía son llamadas bombas de fusión, bombas termonucleares, bombas H, o bombas de hidrogeno. El primer artefacto nuclear utilizado contra una población humana hizo explosión sobre la ciudad japonesa de Hiroshima el 6 de agosto de 1945. La llegada del siglo XX había marcado el comienzo de una revolución inesperada para las ciencias físicas. En 1895, el alemán Wilhelm Roentgen, en la Universidad de Wurzburgo, había notado que sus tubos de descarga eléctrica emitían rayos invisibles capaces de atravesar la mano de su esposa y dejar la imagen de sus huesos en una placa fotográfica. Como no sabia de que se trataba, el mismo Roentgen los llamo rayos X. Durante los años siguientes, Henri Becquerel junto con Pierre y Marie Curie, en Paris, descubrían diferentes tipos de rayos invisibles que eran emitidos espontáneamente por las sales del uranio y otros elementos. A partir de las leyes de la física conocidas hasta entonces fue tal el interés científico despertado por estos descubrimientos que sus autores merecieron el Premio Nobel: Roentgen en 1901, y Becquerel junto con el matrimonio Curie en 1903.En 1900 el ingles J.J Thompson demostró que los átomos, considerados hasta entonces como los bloques fundamentales de toda la materia, estaban compuestos por partículas mas elementales aun, los electrones, el neozelandés Ernest Rutherford realizo una serie de experimentos con los cuales primero logro identificar las radiaciones de Becquerel y los Curie, utilizándolas para bombardear elementos conocidos; demostró que los átomos tenían en su centro un núcleo masivo. Estas evidencias experimentales sirvieron al danés Niels Bohr para proponer en 1913 el modelo planetario del átomo conocido hoy en día, el cual los electrones giran en orbitas circulares alrededor del núcleo, de modo parecido al giro de los planetas alrededor del sol. El modelo de Niels Bohr exigía que ciertas propiedades de lo electrones, como su energía o el tamaño de la orbita, estuviese cuantizadas. En opinión de matemático H. Poincare, la nueva física no-continua (cuántica) seria “la revolución mayor y mas radical ocurrida en la filosofía natural desde los tiempos de Newton”. En 1905, el físico Albert Einstein había propuesto una teoría de la medición del tiempo y del espacio conocida como relatividad especial que, predecía algunos fenómenos peculiares: la masa de los cuerpos aumentaría a medida que estos se movieran a mayor velocidad, la velocidad de la luz seria la máxima velocidad alcanzable, masa y energía serian equivalentes pudiéndose transformar una en otra. En 1912 Einstein fue propuesto por primera vez como candidato al Premio Nobel. En 1941, más de 100 físicos extranjeros, entre ellos ocho Premios Nobel, habían conseguido una posición en universidades norteamericanas. Durante los años de cambios políticos en Europa continuaba la serie de descubrimientos relacionados con las propiedades del núcleo atómico. Entre los elementos estudiados estaba el uranio, que parecía romperse en trozos más pequeños al recibir el choque de un neutrón. Nunca antes se había observado tal fisión y Fermi se negó a creerlo. En 1938, los físicos alemanes Hahn y Strassmann, en Alemania, demostraron que al bombardear uranio con neutrones se producían núcleos más pequeños. En enero de 1946, poco meses después de las tres primeras explosiones nucleares, la Asamblea General de las Naciones Unidas creo la Comisión de Energía Atómica de la ONU, uno de cuyos objetivos era eliminar todo artefacto de destrucción masiva, incluida la bomba atómica. La URSS presento como contrapropuesta la prohibición absoluta de las armas nucleares y la destrucción de todo el armamento existente. Los estados Unidos rechazaron la proposición, en julio de 1946, ya habían fabricado nuevas bombas y comenzaron los ensayos nucleares en el protectorado norteamericano de las islas Marshall, con el fin de investigar los efectos de las explosiones sobre la superficie y bajo el agua, se habían realizado dos pruebas ese año y tres el año siguiente, cuando llego la noticia de la primera bomba soviética detonada en agosto de 1949 que sorprendió al mundo occidental. Al enterarse de la noticia Estados Unidos, comenzó un debate publico respecto de la conveniencia de desarrollar un nuevo tipo de arma nuclear, la bomba de hidrogeno (bomba H) llamada la “súper” por su altísimo poder explosivo. El 31 de octubre de 1952 ocurrió la primera detonación de un artefacto de fusión, en las islas Marshall, con un rendimiento de 10 megatones produciendo un cráter de casi 2 km de diámetro y 60 metros de profundidad y un hongo visible a 160 km de distancia, 10 meses más tarde la URSS hizo explotar su primer dispositivo termonuclear que utilizaba como material fusionable deuteruro de litio, con este hecho quedo demostrada la capacidad científica y tecnológica de la Unión Soviética para competir en igualdad de condiciones con los Estados Unidos en la carrera armamentista
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