Arquitectura Hispanoamericana Actividad #2 - Investigación
Enviado por Ana Toala • 15 de Febrero de 2019 • Tarea • 2.256 Palabras (10 Páginas) • 144 Visitas
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Universidad Católica Santa María La Antigua
Facultad de Arquitectura y Diseño
Arquitectura Hispanoamericana
Actividad #2 - Investigación
Alejandro Mezquita 8-915-2129
Profesora Matilde Borrero
I Cuatrimestre de 2019
Contenido
Arquitectura Prehispánica 3
Figura 1. Primeras construcciones en Mesoamérica 3
Figura 2. Atlantes de Tula 3
Figura 3. Falsa Bóveda, utilizada por los Maya 4
Figura 4. Monte Albán, México 5
Figura 5. Pirámide de Cuicuilco 5
Figura 6. Conjunto Principal de Calixtlahuaca 6
Figura 7. Chichen Itzá 6
Figura 8. Xochicalco 7
Figura 9. Palacio de Yagul 7
Figura 10. Zona de Cempoala 8
Arquitectura Colonial 9
Figura 1. Sant ‘Ivo alla Sapienza de Borromini en Roma 9
Figura 2. Vierzehnheiligen de Neumann 9
Figura 3. Tonantzintla en Puebla 10
Figura 4. Ciudad de Tunja en Colombia 11
Figura 5. Catedral de Quito en la Plaza Grande 11
Figura 6. Templo de San Francisco Javier, Tepotzotlán 12
Figura 7. Catedral de Cusco 12
Figura 8. Iglesia de San Bernardo en Potosí 13
Figura 9. Templo de Santa María de la Consolación (Todi) 13
Figura 10. Sagrario de la Catedral de México 14
Historia de las Fortificaciones
Las fortificaciones son construcciones arquitectónicas hechas por el hombre, para la protección de ciudades y poblados. El significado de la palabra fortificación se extiende además a la práctica de incrementar la protección de un lugar por medio de obras defensivas: recintos aislados tras murallas, una o más líneas de murallas propiamente dichas, con o sin torreones en ellas, fosos, barbacanas, torres vigía, torres exentas o albarranas y castilletes.
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Figura 1. Fortaleza de San Pedro de la Roca, Santiago, Cuba. Fuente de información
Ante los ataques de corsarios y piratas y con el propósito de mantener el control y dominio de los territorios ya conquistados; los gobernantes debían tomar medidas, que fortalecieran el sistema defensivo. Constituyó el motivo fundamental para fortificar un gran número de poblados en territorios Orientales, Europa Occidental y algunos territorios de América.
Muchas instalaciones militares son conocidas como fuertes, aunque no siempre estén fortificadas. Los fuertes de gran tamaño pueden ser clasificados como fortalezas, los medianos como fuertes y los más pequeños como fortines.
El patrimonio de las fortificaciones surge y se desarrolla en América entre los siglos XVI y XIX. El ideal de perfección establecido por el Renacimiento italiano marcó un hito importante en los nuevos trazados de las fortificaciones, época de revoluciones armamentistas y del descubrimiento de un “Nuevo Mundo”, donde se impusieron códigos constructivos renacentistas y donde prevaleció una arquitectura para la defensa, armónica, monumental y funcional. Las fortificaciones americanas, creadas a partir del siglo XVI, con sus características geográficas y sistemas defensivos establecidos durante casi cuatro siglos, constituyen un ejemplo de modernidad e identidad.
Fortificaciones en Panamá
El sitio de Patrimonio Mundial de las fortificaciones del Caribe panameño está compuesto por lo que en realidad son dos territorios separados: San Lorenzo y Portobelo. Los dos estaban vinculados en la colonia por ser terminales atlánticas de las rutas de trasiego de bienes procedentes de Sudamérica a España a través de Panamá. San Lorenzo, estrictamente un sitio de defensa, fue punto final e inicio de la ruta fluvial a través del río Chagres y el Camino de Cruces. Portobelo, por su parte, constituida como una “noble y leal ciudad”, abría paso a la ruta terrestre por el Camino Real y se convirtió desde temprano en un centro de intercambio internacional.
La importancia de estos puestos en la dinámica del monopolio comercial español devino en la necesidad de fortificar las plazas para defenderlas de los europeos excluidos del comercio con el Nuevo Mundo. Es así como desde finales del s. XVI se construyeron las primeras fortalezas de Portobelo y San Lorenzo. Al igual que en el resto del Caribe, estas fortalezas fueron objeto de modernización, a través de numerosas reformas menores y tres grandes proyectos de reforma, para adecuarse a los cambios en las tácticas bélicas a lo largo de tres siglos.
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Figura 2. Fuerte de San Jerónimo y edificio de la Aduana, Portobelo, Panamá
Fuente de información
La sostenida función de tránsito a través del país permitió mantener con altas y bajas la vigencia de las fortalezas hasta la creación del canal de Panamá en el preludio del s. XX. Ante la construcción de esta nueva maravilla del mundo moderno, las fortalezas quedaron obsoletas. No obstante, la recién creada nación, con el fin de fortalecer su identidad nacional, empezó a considerarlas como parte del legado histórico de la nación. Sin embargo, Portobelo se transformó, en el transcurso del s. XX, en un apartado pueblo de provincia, y San Lorenzo fue incorporado a una reserva militar de Estados Unidos; ambos quedaron así, marginados de la vida nacional, y los esfuerzos para su conservación se redujeron a promesas políticas.
No es hasta la década de los setenta –cuando convergen la exaltación del nacionalismo, la visión de los monumentos como motores de desarrollo del turismo1 y la disponibilidad de préstamos blandos para desarrollo de extensos proyectos de recuperación– que Portobelo aparece nuevamente en la palestra. A partir de ese momento, se desarrolla en Portobelo una intensa labor de recuperación y formulación de propuestas para hacer del lugar un sitio turístico de primer orden. Mientras tanto, San Lorenzo, aún en el territorio dominado por Estados Unidos, esperará el advenimiento del tratado del Canal (1977) para insertarse en 1979 en la escena nacional.
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