Arte Cristiano

El arte cristiano comienza durante los siglos III-IV, en el Imperio Romano. Estas obras se ubican principalmente en las catacumbas romanas donde enterraban a los cristianos. En estas creaciones aún es posible observar características del arte helénico en la capacidad del artista de dibujar figuras humanas. Sin embargo, no se busca el realismo ni el dramatismo, como en antaño, sino que mostrar el poder y clemencia de Dios. El artista utiliza como base la sencillez y claridad del mensaje, eliminando detalles superfluos y solo dejando lo que tuviera significación, en tanto "el cuadro a dejado de existir como algo bello en sí mismo"(Gombrich. 1989, pág 129).

Cuando la Iglesia en el año 311 es establecida por Constantino como religión oficial del Imperio, tuvo que repensar su relación con el arte, es así como paulatinamente toma edificios romanos y los reutiliza. Un ejemplo de esto es el aprovechamiento de las basílicas, las cuales eran "salas reales" utilizadas como mercados cubiertos y tribunales públicos de justicia. Debido a su espacio amplio y abierto se utilizaron como las primeras iglesias para que toda la población que quisiera pudiera escuchar la misa (Gombrich. 1989, pág). El conflicto comenzó cuando se preguntaron cómo adornar las basílicas, lo que desencadenó en violentas pugnas entre los que estaban a favor de adornar con imágenes, con un sentido utilitario, influenciados en mayor medida por la utilización que se le daba al arte en el Imperio Romano antes del cristianismo, y los que no estaban de acuerdo, por considerarlo un acto profano.

Luego, en Occidente a finales del siglo IV, el Papa Gregorio el Grande (590-604) propuso que la pintura sería para los iletrados, es decir el bajo estamento, lo mismo que puede ser la escritura para los que saben leer (Moller, cátedra 19-11-1012), desde este momento el arte cristiano comienza a ser utilizado como una herramienta para educar a la población y por lo tanto la iglesia es la que se hace cargo del financiamiento de los artístas del medioevo. Este arte debía ser claro y simple, eliminando todo aquello que pudiera producir desviación en la atención de quien lo ve, por lo tanto al igual que el arte cristiano primitivo, debía tener un mensaje sencillo y directo. Para cumplir esta finalidad se utilizan técnicas como no ocupar perspectiva y que el centro de la obra lo ocupe el personaje principal de la enseñanza. Algo en lo que Gombrich hace hincapié es lo que se mantuvo de la cultura helenística, en este caso los pliegues de la ropa que se dibujan sobre el cuerpo, "una curiosa mezcla entre lo primitivo y lo artificioso"(Gombrich. 1989, pág 129).

En Bizancio luego de años de discusión, las imágenes son prohibidas por los iconoclastas en el año 745. Después de aproximadamente un siglo de esta prohibición, volvieron los iconódulos y transformaron el arte cristiano primitivo en majestuosas imágenes dentro de la iglesias manteniendo de manera más fervorosa la cultura helenística, a diferencia de occidente, en donde se mantenía una sencillez parecida al periodo inicial.

Durante los siglos V y X, después de Gregorio el Grande y de la caída del Imperio Romano de Occidente existe un gran vacío de información para los que estudian este periodo, debido a que esta es una época en la que se crean varios países nuevos en consecuencia de la migraciones indoeuropeas, lo que provocaría la pérdida de mucha documentación e información del periodo(Gombrich. 1989, Capitulo 8). En el caso del arte, debido a la mezcla de culturas ocurridas en esta época, comienzan a existir gran variedad de estilos y aspectos que el mismo cristianismo va tomando, utilizándolo en favor de la evangelización y educación de estos grupos indoeuropeos. De esta manera podemos observar construcciones de iglesias o manuscritos que reflejan métodos

...