BOLIVARIANISMO Y SOCIALISMO DEL SIGLO XXI
Enviado por angeladinay • 8 de Abril de 2015 • 1.368 Palabras (6 Páginas) • 274 Visitas
Bolivarianismo y socialismo del siglo XXI en Venezuela.
Durante el siglo XX, Venezuela estuvo bajo el control absoluto del imperio estadounidense, sometida a la permanente extracción del producto del trabajo de su gente y de la mayor parte de sus riquezas. Las jugosas comisiones por la venta de nuestro petróleo al extranjero, las ganancias por el comercio de mercancías importadas, la corrupción, la usura y la explotación de las clases trabajadoras fueron ensanchando cada vez más la brecha entre ricos y pobres.
Así se fueron conformando en nuestro país dos bloques claramente diferenciados: uno, mayoritario y muy pobre, conformado por las clases trabajadoras y desposeídas; otro, minoritario, compuesto por algunas decenas de familias muy ricas que detentaban el poder económico y político. Durante la segunda mitad del siglo, el neoliberalismo, expresión contemporánea del capitalismo, se había puesto en marcha. Por órdenes del imperio, el presupuesto para programas sociales se fue reduciendo. La prestación de servicios básicos como la salud, educación, vivienda y alimentación gradualmente iban dejando de ser responsabilidad del Estado para convertirse en mercancía.
En nuestro país, las cúpulas de los partidos, los grandes empresarios y banqueros, las élites militares y eclesiásticas, el poder económico extranjero y los dueños de los medios de comunicación privados estaban "aliados" para controlar el poder económico y político.
El neoliberalismo era mantenido y reproducido por esas élites gracias a un conjunto de leyes, reglamentos y mecanismos represivos que garantizaban que la explotación y la violación de nuestra soberana se practicaran en un ambiente de legalidad y de supuesta paz social. La democracia representativa fue un sistema político perfecto para ocultar la dictadura del capital y aplicar el neoliberalismo.
La superación de la injusticia seguirá aconteciendo, porque la historia no ha llegado ni llegará a su fin, aunque los defensores del neoliberalismo digan lo contrario. La misma suerte que corrió la esclavitud, sobrevendrá al capitalismo. Ya en Venezuela se han dado los primeros pasos.
En Venezuela, los avisos que anunciaron la inminencia de un nuevo sistema económico y social se sintieron el 27 de febrero de 1989, al calor de las medidas neoliberales ordenadas por el imperio a su capataz de turno. En ese momento, fue dada la orden de reducir el gasto social y privatizar los servicios básicos.
Luego, ocurrieron dos rebeliones cívico-militares en 1992. Siguió la destitución de Carlos Andrés Pérez el 21 de mayo de 1993. En 1999, el comandante Hugo Chávez Frías fue elegido Presidente de la República. Aunque su programa de gobierno no era explícitamente socialista, sí buscaba contrarrestar la injusticia social y económica del capitalismo con medidas sociales que ponían en primer plano al ser humano. Era el momento para que el Estado comenzará a honrar la deuda social contraída con el pueblo durante tantos años.
El Socialismo del Siglo XXI en Venezuela y la creación del nuevo
estado y la nueva humanidad.
Lo determinante de la economía en el socialismo es la propiedad social de los medios de producción y la distribución justa y equitativa de la riqueza social, lo cual sólo podrá viabilizarse si se transforma también el Estado. Esto supone el fortalecimiento ético, económico y político del actual Estado venezolano. (Valderrama y Mena, 2006).
Este fortalecimiento ético del nuevo Estado exige cambios profundos y transformaciones estructurales, como bien señala el profesor Carlos Lanz (1996). En ese sentido, el nuevo Estado necesita profundizar en las nuevas formas de participación política y ciudadana y consolidar las nuevas formas de descentralización del poder. Deben debe viabilizarse inteligentemente los poderes creadores del pueblo (Preámbulo Constitución 99), la ciencia y la tecnología deben recuperar su pertinencia social, hay que promover una relación armónica con la naturaleza, fortalecer el desarrollo endógeno, promover una cultura de la solidaridad, con reivindicación del enfoque de género, incluyendo a todos los sujetos históricos tradicionalmente olvidados (la negritud, los indígenas, los jóvenes, la tercera edad, los niños, niñas y adolescentes). Un Estado donde todos y todas
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