Barcelona, Un Paseo Por Su Pasado, Presente Y Futuro Turístico.

ÍNDICE

INTRODUCCIÓN 3

HISTORIA

Los inicios del Turismo. S. XVIII. S. XIX 3

El turismo en el S.XX anterior a la Guerra Civil. 4

El Turismo en la posguerra, hasta los JJ.OO. 5

Barcelona tras los JJ.OO 6

BARCELONA EN LA ACTUALIDAD 7

LA BARCELONA DEL FUTURO Y CONCLUSIÓN 8

BIBLIOGRAFIA 11

INTRODUCCIÓN

El turismo, en sus diferentes aspectos, se ha convertido en uno de los fenómenos de mayor crecimiento y repercusión social y económica en la Barcelona de los últimos tiempos; la actividad turística, que ha experimentado un crecimiento considerable tanto en su oferta como en su demanda, ha comportado cambios y efectos notables en el conjunto de la ciudad.

El turismo se ha convertido en un elemento claramente estructurante de la ciudad, puesto que su actividad incide de manera transversal en el conjunto de la sociedad y afecta a su vida económica, social, cultural y territorial en sus múltiples vertientes.

El turismo urbano es uno de los que experimenta mayor crecimiento, y forma parte indiscutible de los procesos de tercerización que viven la mayoría de las ciudades y países de cualquier parte del mundo, suponiendo el turismo uno de los pilares económicos más importantes en estos territorios.

La proyección y reconocimiento internacional de la imagen de la ciudad; el dinamismo económico y empresarial; la regeneración de ocupación, crecimiento y diversificación de puestos de trabajo; la revitalización de los sectores culturales, de ocio y tiempo libre, y la ampliación de las infraestructuras de acogida, transportes, planta hotelera y servicios en general, son algunas de las bases y efectos más importantes que se derivan del turismo en Barcelona.

En el caso de Cataluña y Barcelona concretamente, la búsqueda de la historia del turismo como tal, tiene mucho más que ver con la búsqueda de una diferenciación como nación en sí misma, que casi la búsqueda de una industria a la cual dedicarse.

La sociedad catalana hará lo que sea para ante la menor oportunidad sobresalir, destacar y buscar así su propia autodeterminación, ya sea en el campo futbolístico, industrial, o como en el caso que nos concierne, el turístico.

De hecho, posicionar a Barcelona en un lugar destacado en el mercado de ciudades mediterráneas no es un hecho reciente, sino que ha sido uno de los principales objetivos de la burguesía local prácticamente desde la Exposición de 1888.

Indudablemente, para entender el turismo en Cataluña hay que fijarse en su elemento fundamental, el territorio, y como este se pone en valor junto a sus recursos, fundamentando así su atractivo turístico.

HISTORIA

Los inicios del Turismo. S. XVIII. S. XIX

En cuanto al origen del turismo en Cataluña, las primeras visitas que recibe la región (principado por entonces) vienen de mano de algunos viajeros, extranjeros y españoles a finales del siglo XVIII con fines científicos o políticos, proyectando una primera imagen del país en la que se interesaron especialmente por los cambios económicos y las particularidades administrativas del mismo, y también, siendo esto lo realmente trascedente para nuestro trabajo, las descripciones que añaden por primera vez valoraciones subjetivas sobre su percepción del paisaje y del patrimonio.

La irrupción de una nueva clase burguesa urbana, representante de la emergente industrialización que tenía lugar en Barcelona, desplazó al “exclusivismo” aristocrático del Antiguo Régimen, dando protagonismo al aspecto del ocio y del viaje durante las siguientes décadas, Esta nueva clase social, haría honor a su nivel de vida adquirido a través del ocio.

Un ejemplo fue el fenómeno del balnearismo, y la propia capacidad de los catalanes de invertir en el negocio y dinamizar numerosos destinos termales, tanto en el ámbito rural como en el litoral.

Sin embargo, para la conformación del aspecto turístico catalán hace falta tener en cuenta cuando fue el momento en el que hubo una implicación por parte de los agentes locales a través del aprovisionamiento de nuevas infraestructuras. este proceso tuvo su punto culminante con el desarrollo de una red ferroviaria cuya expansión entre 1855 y 1865 fue determinante, no solo para el crecimiento económico de la época, si no para la aparición de nuevos destinos, y que además ayudó entre otras cosas al desarrollo del balnearismo antes citado.

Esta implicación por parte de los agentes, y especialmente por el ayuntamiento de Barcelona, junto al desarrollo de sus infraestructuras de alojamiento y de transporte, fue decisiva para el desarrollo de un primer fenómeno de turismo urbano con la creación de la Exposición Universal de Barcelona en el 1888, que significó un punto de partida para los futuros encuentros que tendrían como principal interés la promoción de la ciudad. La Exposición de 1888 tuvo como consecuencia una primera profesionalización e industrialización de la oferta. En la hotelera por ejemplo aparecieron los primeros “Grands Hotels”,

De esta unión, por parte de los agentes, el ayuntamiento, y la burguesía y aristocracia que se interesó por el fenómeno turístico, nacería la Societat d’Atracció de Forasters (SAF) que fue la verdadera promotora del turismo catalán a inicios del siglo XX, etapa en la que se consolida la actividad turística en Cataluña y coincidiendo con la aparición de un nuevo transporte que cambiaría para siempre el mundo del viaje y del ocio: el automóvil.

Esta fue una de las principales asociaciones de fomento del turismo en España, teniendo entre sus logros el impulso para la creación de los primeros órganos dedicados a la gestión turística dentro del Estado así como la publicación de Barcelona Atracción, la publicación de referencia durante décadas en cuando a la promoción turística catalana, hasta el inicio de la guerra civil. La FAS encargó varios informes para que se comparase Barcelona con las principales capitales europeas y aumentar así su capacidad competitiva turística.

El turismo en el S.XX anterior a la Guerra Civil.

Es a partir de la década de los 20 cuando se observa un incipiente desarrollo de la actividad en la que se produce una transformación, desde una escasa oferta concentrada en actividades como el balnearismo, el excursionismo o el turismo asociado a grandes exposiciones, a un nuevo contexto en el que se desarrollaran un conjunto de turismos específicos, algunos de los cuales se transformaran en genéricos con el paso de los años.

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