Bellas Artes

El Palacio de Bellas Artes es indudablemente uno de los mejores lugares en esta ciudad para contar parte de nuestra historia y sobre el arte y la cultura en nuestro México. No sólo es un lugar que alberga las obras de los más reconocidos artistas tanto nacionales como internacionales, sino que también es una majestuosa obra en sí mismo. En esta ocasión el ir con la ayuda de una visita guiada hizo que fuera más interesante y prestara atención en observar cada detalle en la edificación y las obras que lo conforman, ya que detrás de cada uno de estos se esconde un significado y hasta un momento histórico que muchas veces pasamos desapercibido.

Por el exterior el Art Nouveau se hace presente en todas sus esculturas decorativas, principalmente en la parte superior central de la fachada principal, que nombro el arquitecto Boari como La Sinfonía que representa el tema musical de La Armonía, al que se agregan los grupos de la Inspiración y La Música. Esta fachada principal es lo que más impacta por su belleza en las formas de cada obra escultórica para cada persona que pase por el frente del Palacio, que sin duda te hace voltear y admirar por unos instantes.

Por otra parte en el interior del palacio se muestra otro estilo que contrasta con el exterior , el Art Deco que a diferencia del Art Nouveau que se caracterizaba con líneas más orgánicas, se muestran estructuras mas rígidas con líneas rectas y formas geométricas y compactas. Esto gracias a Federico Mariscal quien aplicó diversos revestimientos de mármoles nacionales y extranjeros y fue el quien concluyó esta majestuosa obra que anteriormente se había suspendido por un hundimiento que sufrió. Más allá de la arquitectura, lo que le da ese toque artístico y decorativo son los murales alrededor de los pasillos de personajes tan importantes para México como Diego Rivera y David Alfaro Siqueiros.

Los murales que mas atrajeron mi atención fueron los de Siqueiros ya que su estilo es muy particular al utilizar materiales muy pesados y sus figuras son compuestas en gran parte por formas circulares, pero sobre todo la manera en que plasma la historia ya que cabe mencionar que el estuvo en la guerra durante las rebeliones revolucionarias en México donde a la par, hizo sus estudios artísticos. Pero los que más me impactaron fueron los murales dedicados a Cuauhtémoc que se pueden apreciar como una misma pieza, un díptico que integra una narración sobre la conquista de México, con el Tormento de Cuauhtémoc y en el siguiente mural donde se observa al mismo Cuauhtémoc luce una armadura metálica que cargaban los conquistadores españoles simbolizando el mestizaje. Siqueiros reivindica así al líder indígena, quien deja de ser el “Águila que cae” para convertirse en un símbolo de la resistencia y la dignidad del pueblo mexicano.

En conclusión, el Palacio de Bellas Artes, se puede considerar un

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