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Biografia


Enviado por   •  30 de Enero de 2015  •  2.178 Palabras (9 Páginas)  •  150 Visitas

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Giacometti nació en Borgonovo, Val Bregaglia, en Suiza, cerca de la frontera italiana, donde creció en un ambiente de artistas. Su padre,Giovanni Giacometti, había sido pintor impresionista, mientras que su padrino, Cuno Amiet, fue fauvista.

Tras terminar la enseñanza secundaria, se trasladó a Ginebra para cursar estudios de pintura, dibujo y escultura en la Escuela de Bellas Artes y a París, en 1922, para estudiar en la Académie de la Grande Chaumière en Montparnasse bajo la tutela de un asociado de Rodin, el escultor Antoine Bourdelle. Fue allí donde Giacometti experimentó con el cubismo. Sin embargo, le atrajo más el movimiento surrealistay hacia 1927, después de que su hermano Diego se convirtiera en su ayudante, Alberto había empezado a mostrar sus primeras esculturas surrealistas en el Salón de las Tullerías. Poco tiempo después, ya era considerado uno de los escultores surrealistas más importantes de la época.

Viviendo en una zona tan creativa como Montparnasse, empezó a asociarse con artistas como Joan Miró, Max Ernst y Pablo Picasso, además de escritores como Samuel Beckett,Jean-Paul Sartre, Paul Éluard y André Breton, para el que escribió y dibujó en su publicación Le surréalisme au Service de la Révolution. Entre 1935 y 1940, Giacometti concentró su escultura en la cabeza humana, centrándose principalmente en la mirada. Esto fue seguido por una nueva y exclusiva fase artística en la que sus estatuas comenzaron a estirarse, alargando sus extremidades. En esta época realizó una visita a España, a pesar de encontrarse en plena Guerra Civil.

Durante la Segunda Guerra Mundial vivió en Ginebra, donde conoció a Annette Arm. En 1946 ambos regresaron a París, donde contrajeron matrimonio en 1949. El matrimonio pareció tener un buen efecto en él ya que le siguió el periodo probablemente más productivo de su carrera. Fue su mujer la que le brindó la oportunidad de estar constantemente en contacto con otro cuerpo humano. Otros modelos habían encontrado que el posar para él no era un trabajo fácil, pero Annette le ayudó enormemente, soportando pacientemente sesiones que durarían horas hasta que Giacometti lograse lo que buscaba.

Poco más tarde se organizó una exposición de su trabajo en la galería Maeght de París y en la galería Pierre Matisse de Nueva York, para cuyo catálogo su amigo Jean-Paul Sartre escribió la introducción. Perfeccionista, Giacometti estaba obsesionado con crear sus esculturas exactamente como las veía a través de su exclusivo punto de vista de la realidad.

En 1954 recibió el encargo de diseñar un medallón con la imagen de Henri Matisse, por lo que creó numerosos dibujos durante los últimos meses de vida del pintor. En 1962recibió el gran premio de escultura en la Bienal de Venecia, lo que le llevó a convertirse en una celebridad internacional.

El 3 de febrero del año 2010, su escultura El hombre que camina ('L'Homme qui marche') fue subastada en Londres por 65 millones de libras (74,2 millones de euros, 104,3 millones de dólares), superando así el récord mundial de una obra de arte vendida en una subasta ese momento, según la casa que se ocupó de la puja

Decía: "Me siento como un perro". No puede ser más claro, es "Le Chien", un perro desgarbado, como de la calle, con las patas apuntando hacia todos lados, a punto de quebrarse, pero mal que bien parece insistir en seguir sin perder el sentido; su hocico largo marca la dirección y su cola en movimiento le da fuerza al cuerpo; el cuerpo parece ser el campo donde coinciden la cabeza y las extremidades, de tal forma que pierde materia; El cuello largo no es tan débil pero sostiene un gran peso encima. Puede ser el de la vida misma.

Pero, si nos desgarráramos de este análisis y nos vamos hacia la imagen como imagen, "Le Chien" tiene la figura de Giacometti sumergido en su pensamiento, silencioso, austero, va por el camino pero duda, parece que fuera a desistir, pero su espíritu es más fuerte que lo que le acongoja.

En la fotografía de Giacometti bajo la lluvia su figura equivale a la de "Le Chien", inclinado hacia adelante, captamos uno de sus ángulos en el que su cabeza es lo que toma más valor, el cuerpo se pierde en la tela del abrigo que, con sus arrugas, resalta el rostro y deja salir sus piernas, que no parecen tener mucha fuerza.

"Los hombres empezaron a luchar consigo mismos acerca del significado de los acontecimientos, su identidad, sus esperanzas. Ésta era la posibilidad negativa implícita en la nueva relación de cada ser con el mundo" ; En otras palabras, el nihilismo y el existencialismo eran sus compañeros.

Su esfuerzo da un paso en ese "espíritu profético" en la búsqueda de lo ligero. "Nosotros conocemos un espíritu italiano, que es un espíritu de viajero y de navegante, descubridor de nuevos mundos, conocemos un espíritu italiano triste, incluso en su alegría, y más profundo en su alegría que en su tristeza".

La mirada:

"Lo más divertido es que, simplemente, no puedo reproducir lo que veo. Para ser capaz de hacerlo, tendría que morir en ello".

Giacometti esculpe, pinta de memoria, porque son los muertos los que llegan a su mente. A la hora de su trabajo devienen en una sola imagen, tal vez fotográfica. Las concibe frontalmente, aplanadas, incisivas, cortantes y estrechas, como si una figura tridimensional sólo captara un ángulo, como una línea.

Si se sigue el movimiento de las líneas en su dibujo, todas parecen estar llenas de fuerza, haciendo que choquen unas con otras, por lo general en un mismo eje vertical, que tal vez por su carácter reiterativo en varias de sus obras son los que cobran el sentido de la existencia. Giacometti es consciente que, para él, su espacio es el vacío, pero cuando sus devenires toman cuerpo, sabe que ha rescatado una pequeña porción de la historia que, para él, es tan importante. De ahí que su trabajo sea más bien una sombra que cobra la pulsión vital en la materia.

Recurre a la memoria, después de experimentar con el modelo, que le obliga a ser más estricto en su forma de mirar, pero en ambos casos los fantasmas de su pasado se marcan en los rostros y las figuras. Ya decía Giacometti: "Hay muchas esculturas entre mi modelo y yo; y, cuando no son las esculturas, se antepone un desconocido al que no sé que más mirar y sé que veo".

Juega con un modo de "mirar" que no penetra en las figuras, sino que su recorrido visual despega, se queda

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