Bipartidismo

Un sistema bipartidista es aquel que favorece la aparición de la unión de dos partidos políticos que por lo general son contrarios en cuanto al espectro político (ordenamiento visual de grupos u organizaciones políticas de acuerdo con ciertos ejes conceptuales), para promover una exclusión de minorías políticas, sucediendo que en toda Nación en donde esté presente dicho sistema, uno de los dos partidos alcance el gobierno y el otro ocupe el segundo lugar de preferencias de votos, pasando a ser éste la oposición al que este en el mando.

El 7 de diciembre de 1958 se realizaron las elecciones donde los partidos que constituyeron el “Pacto de Punto Fijo”, firmado el 31 de octubre de ese año, salió victorioso el candidato de Acción Democrática (AD), Rómulo Betancourt, en segundo lugar Wolfgang Larrazábal, quien obtuvo los votos de Unión Republicana Democrática (URD) y Rafael Caldera por su partido Comité Electoral Preelecciones Independientes (COPEI), de tercero. Así pues, el electo presidente, con apego a los conocidos “Pactos de Nueva York y Punto Fijo”, constituyó su gobierno e incorporó al mismo a destacadas figuras de URD y COPEI.

“El pacto de Nueva York”, fue un acuerdo a tres: AD, URD y COPEI, pero más entre Villalba, Betancourt y Caldera. Se firmó en aquella ciudad del norte días antes de la caída del dictador, aprovechando el tardío exilio del último de los nombrados. Dicho acuerdo se proponía, desconociendo lo que sucedía en el interior del país. Pocos días después de la caída del dictador y gobernando la Junta presidida por Larrazábal, aparece un comunicado de los “Tres Grandes Partidos” (AD-URD-COPEI), que buscaba rebajar la influencia del PCV entre las masas de Caracas. Luego se firmaría el “Pacto de Punto Fijo”, llamado así por el nombre de la casa quinta habitación del Dr. Caldera. De esa manera se comprende como al inicio del régimen “democrático” puntofijista.

La primera división política, ideológica y programática se produjo en AD con el surgimiento del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), en contra de la “Vieja Guardia” (sector adeco que comandaba Betancourt). Esta fragmentación no sólo implicaba la exclusión del PCV, al que se sentían unidos, sino al mismo tiempo, la inclusión de factores que habían aprendido a identificar como importantes y connotados adversarios suyos. Los disidentes que constituyeron el MIR planteaban que Betancourt había traicionado el programa revolucionario de AD y se había sometido a los intereses de la oligarquía nativa y del imperialismo. Por eso convocaban a las bases de AD y al pueblo en general a rebelarse contra su gobierno.

En el seno de Acción Democrática no se consolida una dirección coherente. Hay sectores de la dirigencia que continúan adversando la política del gobierno de Betancourt, por considerar que no resuelve los problemas y necesidades de la

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