Bullying En El Aula
Enviado por jaos15 • 22 de Junio de 2014 • 2.900 Palabras (12 Páginas) • 391 Visitas
Introducción
La complejidad que subyace a la descripción, entendimiento y enseñanza de algunos
fenómenos, conlleva a la búsqueda de metodologías de instrucción flexibles y dinámicas
que permitan construir un plano didáctico multifactorial e interdisciplinario. Se requiere de
herramientas que permitan la creación auténtica de conocimientos a través de la reflexión y
el desarrollo de soluciones y acciones no preestablecidas. Tal es el caso de la metodología
de aprendizaje a través de casos (case based learning, CBL por sus siglas en inglés), la cual
genera espacios de enseñanza y aprendizaje que enmarcan y contextualizan una cierta
problemática, a la vez que permite diversidad y versatilidad en el empleo de materiales,
actividades y modalidades de trabajo. Por lo tanto, la propuesta de este trabajo fue adoptar
esta metodología para abordar el tema del acoso escolar, el cual se caracteriza por ser un
problema multifactorial así como por la complejidad que subyace a su comprensión, a la
búsqueda de soluciones y a la conceptualización del mismo. El fenómeno del acoso escolar
(o bullying) difícilmente se ve libre de sesgos, o deformaciones teóricas, sociales, culturales
o psicológicas. El acoso escolar representa hoy en día uno de los principales problemas en
las escuelas, ya que afecta no sólo a las víctimas y agresores primarios, sino a la vida
íntegra de la comunidad escolar.
1Este caso fue desarrollado bajo la asesoría psicopedagógica de la Dra. Frida Díaz Barriga Arceo en el
seminario “Diseño y validación de casos de enseñanza apoyados por TIC” dirigido a estudiantes de los
posgrados de Psicología y Pedagogía (UNAM), impartido en el semestre 2010-1.
2 Mtra. en Psicología Cognitiva, profesora de asignatura de la Universidad Iberoamericana. Actualmente cursa
el Doctorado en Psicología (FP, UNAM), cimenna@gmail.com
3 Licenciada en Pedagogía y estudiante de la Maestría en Pedagogía (UNAM), elymts@gmail.com
4 Licenciada en Filosofía (Universidad Anáhuac del Sur) y estudiante de la Maestría en Pedagogía (UNAM),
fatima.zaldivar.canovas@gmail.com
5 Licenciada en Educación (Universidad Iberoamericana) y estudiante de la Maestría en Pedagogía (UNAM),
karenzaltzman@hotmail.com
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Es por este motivo, que el presente trabajo se enfoca en la construcción de un caso que
aborda esta problemática, el cual está destinado para la capacitación de docentes y alumnos,
con el objetivo de contribuir a la búsqueda y construcción de soluciones, tanto activas como
preventivas, y a la creación de estrategias de atención e identificación de las múltiples
variables involucradas en el acoso escolar.
El diseño del caso se apoya, a su vez, en la plasticidad de representación y en la viabilidad
y acercamiento a bancos informáticos que ofrecen actualmente las tecnologías de la
información y la comunicación (TIC). Dado el dinamismo instruccional que ofrece la
metodología CBL, la utilización de recursos informáticos y multimediales, aunados a la
estructura que caracteriza a un hipertexto, ayudan a enriquecer las posibilidades narrativas
y las actividades y documentos de apoyo que caracterizan a este método de trabajo. De esta
manera, la integración de la metodología CBL con las TIC permite crear escenarios
educativos inéditos que tienen la posibilidad de ir más allá de las dimensiones clásicas del
diseño instruccional.
El fenómeno del acoso escolar o bullying
Existen muchas definiciones sobre el acoso escolar, o bullying, sin embargo, una definición
clásica de este fenómeno es la de Dan Olweus, quien lo describe como un tipo de conducta
dirigida a hacer daño, es repetida en el tiempo y se produce en el seno de una relación
interpersonal caracterizada por un desequilibrio de poder (Olweus, 1993). En este sentido,
un acto aislado de violencia o acoso no se puede catalogar como bullying, tampoco un
conflicto esporádico entre compañeros. Para distinguir al acoso escolar de los conflictos
naturales que surgen en la convivencia o las bromas “pesadas” entre amigos, es necesario
identificar que las conductas sean reiterativas a lo largo del tiempo, que exista un
desequilibrio de poder o de fuerzas entre el agresor y la víctima y que sea evidente la
intención de dañar, intimidar o dominar al otro creando una situación de desequilibrio,
impotencia y marginalidad, que rompe con la simetría que debe existir en las relaciones
entre iguales. Para casificar una conducta como bullying ésta se debe de diferenciar del
conflicto de intereses inherente a toda relación que surge cuando aparecen intereses
contrapuestos propios del proceso de socialización, así como de los problemas de conducta
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o disciplina. A diferencia de los problemas típicos de la socialización, en donde el conflicto
puede ser resuelto mediante la mediación, o la creación de acuerdos a partir del consenso
entre las partes en conflicto (Cisneros, 2006), en el acoso escolar, puesto que existe una
importante asimetría de poder, el conflicto no puede ser resulto a través de la mediación.
Asimismo, al diferenciar el bullying de la indisciplina, la asimetría de poder es
fundamental, ya que cuando dos niños discuten o utilizan golpes para arreglar un problema
ambos niños están enojados y recurren a la violencia pero en igualdad de poder,
convirtiendo a la situación en un problema de disciplina pero no de acoso escolar
(Enteneman et al, 2005). Una relación de acoso escolar implica que la víctima tiene
dificultades para defenderse y sea por inequidad de tamaño, fuerza, edad o posición social,
además de que es abusada sin ninguna provocación previa o motivo explícito (Olweus,
2003).
Aunque afortunadamente en la actualidad existe una mayor conciencia e interés con
respecto al problema del acoso escolar, por mucho tiempo los adultos, ya sean maestros o
padres de familia, han minimizado este problema pensando que es una cosa de niños, que
es algo normal en la vida cotidiana del colegio, que es necesario vivirlo para hacerse
fuertes, etc. Sin embargo, el bullying es un problema que deja heridas muy profundas en la
víctima y tiene serias consecuencias tanto en el acosador como en los testigos, más aún
considerando que los actos de acoso pueden durar meses, incluso años.
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