CANTINAS Y BARES

CANTINAS Y BARES

En principio no eran cantinas, sino pulquerías, los lugares donde el pueblo cansado de jornadas intensas y poco sueldo, llegaban a olvidar sus pesares y cantar sus alegrías.

El concepto de cantina llegó a México en 1846, debido a la guerra que sostenía nuestro país con Estados Unidos por la pugna de Texas. Los soldados buscaban lugares dónde beber y olvidar los malos ratos que el día les había dejado.

Estos recintos deberían ser considerados patrimonios de la historia nacional, ya que en ellos han quedado grabados momentos clave del país. En el bar “La Ópera”, ubicada en la Avenida 5 de Mayo del Centro Histórico; el prócer revolucionario Francisco Villa, en su afán por meter orden a una mesa demasiado escandalosa, disparó su pistola dentro del recinto y la bala quedo registrada en el techo del lugar.

Las cantinas se distinguen por su población heterogénea, en ellas puedes encontrar desde burócratas vestidos con trajes de poliéster; obreros con botas gastadas y camisas sudadas; jóvenes universitarios con pocos pesos en la bolsa pero con la mejor actitud para pasar un buen rato; hasta políticos, profesores, periodistas y extranjeros. Bien se puede decir que las cantinas son la institución más democrática siempre y cuando tengas dinero para pagar una copa. Esta combinación de personajes se completó en 1982, año en el que las mujeres fueron aceptadas en estos lugares, y por lo que muchos clientes habituales dejaron de asistir.

A LAS ONCE, UNA. Y LA UNA, ONCE.

Las cantinas tienen el privilegio de ser consideradas segundas casas por muchas personas, entre ellas, famosos de la televisión, cine y cultura de nuestro país. Muchas de ellas tienen historias increíbles que sólo se cuentan de boca a boca, porque lo que pasa en las cantinas, se queda en las cantinas. Así como las cantinas son parte de la cultura mexicana, existe otro factor por el cual somos mundialmente reconocidos: las telenovelas. Al ser éstas un retrato de la sociedad mexicana, no pueden faltar en ellas las historias pintorescas o trágicas que se viven en estos lugares. Varias cantinas han sido utilizadas para realizar escenas de peleas y desencuentros. Dentro de las favoritas se encuentra la cantina “La Camelia”, que ha sido escenario para varias telenovelas como “Destilando Amor” y “Juan Querendón”. Una de las telenovelas con mayor proyección mundial filmó su primera escena en “El León de Oro”, cantina ubicada en la Colonia Escandón; y que pasó a la inmortalidad gracias a “María Mercedes”. “El Gallo de Oro”, en el Centro Histórico, es lugar preferido de servidores públicos.

Y qué decir del “echar la ficha”, que el reunirse con los amigos a jugar dominó en la cantinas, es casi una religión y hábito de los que las frecuentan, como es el caso del “Covandonga – Bar Escudo” en la Roma, que no pierde esta famosa

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