CAPTURA, ENTREVISTA Y MUERTE DE ATAHUALPA
Enviado por Lilian.rq • 4 de Agosto de 2012 • 914 Palabras (4 Páginas) • 1.683 Visitas
CAPTURA, ENTREVISTA Y MUERTE DE ATAHUALPA
ATAHUALPA fue el décimo tercero gobernante inca y aunque tuvo sucesores nombrados por los españoles es considerado como el último emperador incaico. Nació en el año 1500; sin embargo, el lugar de su nacimiento es aún incierto.
A la muerte de Huayna Cápac, fue reconocido como Inca en el Cusco su hijo primogénito Huáscar, al no querer reconocerlo su hermano Atahualpa, surgió una guerra civil entre ellos, guerra que fue fatal para Huáscar, quien fue derrotado, hecho prisionero y asesinado por orden de Atahualpa. Los españoles aprovecharon este hecho para apoderarse de un gran imperio.
LA CONQUISTA DEL IMPERIO INCAICO
Siendo Alcalde de Panamá, Francisco Pizarro, planteó en 1524 una expedición con Diego de Almagro a Perú, impulsado por el afán de encontrar “El Dorado”, el fabuloso país de oro. A partir de 1526, en un segundo viaje tuvo conocimiento de la existencia de los incas. Pizarro llegó a las tierras del Imperio durante la guerra civil entre los hermanos Atahualpa y Huáscar, que aspiraban al trono incaico. En 1532, es autorizado por la corona de Castilla para conquistar aquellas tierras.
Pizarro se enteró que el Inca Atahualpa, se encontraba en Cajamarca, decidiendo ir al encuentro con el monarca y después de más de dos meses de penosa marcha por la Cordillera de los Andes, ingresaron el 15 de noviembre de 1532 por el cerro la Shicuana, distinguiendo, asombrados, el extenso campamento de Atahualpa, formado por miles de tiendas blancas, perfectamente alineadas fuera de la ciudad.
* LA EMBAJADA DE HERNANDO DE SOTO
Cuando Atahualpa se hallaba en Los Baños del Inca, a media legua de Cajamarca, Francisco Pizarro envió a Hernando de Soto con 20 jinetes y un intérprete hacia el inca para decirle que lo estaban esperando en Cajamarca. Atahualpa confirmó que iría a Cajamarca al día siguiente.
*TOMA DE CAJAMARCA
Al día siguiente los españoles se escondieron en los principales edificios incas de la Plaza cajamarqueña y esperaron ansiosos. Unas horas después vieron el fenomenal ingreso de Atahualpa, con un desfile de 30.000 hombres, quienes estaban tan confiados que fueron desarmados. Al entrar a la plaza el único español que le salió al encuentro fue el fraile Vicente de Valverde, quien a través del intérprete Felipillo, efectuó el requerimiento, donde se le ordenó aceptar el cristianismo como religión verdadera y someterse a la autoridad del Rey Carlos I de España y al Papa Clemente VII. Acto seguido le entregó un misario y un anillo como regalo, Atahualpa al ver que carecían de significado para él los tiró al suelo; esta acción causó indignación en los españoles, quienes inmediatamente rompieron el silencio al disparar su artillería y fusiles, desatando una cruel matanza que cubrió la plaza de cadáveres y de indios agonizantes, para finalmente trasladar a Atahualpa al Amaruhuasy (hoy Cuarto
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