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CASO Nº 3: LA CHINA DE MAO


Enviado por   •  21 de Agosto de 2020  •  Ensayo  •  2.243 Palabras (9 Páginas)  •  176 Visitas

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CASO Nº 3: LA CHINA DE MAO

1. China en el primer tercio del s. XX. a) El fin del imperio y el nacimiento de la República. Resentimiento y humillación resumen el resultado del impacto de la derrota china en las llamadas guerras del opio de los años 1839 a 1842 y de 1856 a 1860, en virtud de las cuales el milenario imperio chino quedó sometido a los intereses comerciales de las potencias europeas. La rebelión de 1898‐1901 de los ultranacionalistas Boxers, fracasada, no hizo sino confirmar el colapso del imperio chino. China ofrecía a comienzos del s. XX un paisaje caracterizado por las dificultades de los campesinos para sobrevivir, asfixiados por el impuestos que debían pagar. En las ciudades, la población padecía los estragos de la inflación y de la corrupción de los funcionarios del gobierno. Los estudiantes anhelaban la realización de profundas reformas que sacaran a China de su penosa situación, al tiempo que mostraban su profundo malestar por la dominación extranjera. En 1911 estalló la revolución, empujada por el malestar de campesinos, la población de las ciudades y los estudiantes. La dirección de la revolución corrió a cargo de Sun Yat Sen. La revolución derrocó a la dinastía que reinaba en China desde 1644, y se proclamó la república, en 1912, el mismo año en el que se fundó el Kuomintang (GMD, en sus siglas en inglés).   Ni Sun Yat Sen ni sus sucesores fueron capaces de imponer un gobierno fuerte que contralara el enorme país. Altos oficiales del ejército pasaron a controlar las provincias, siendo denominados “señores de la guerra”.  La débil República tampoco pudo poner fin a las humillaciones de los occidentales, y tras la I Guerra mundial el Tratado de Versalles entregó las posesiones alemanas en China a Japón. b) Chang Kai‐Shek, el hombre fuerte de la nueva China. Hacia 1925 Chang Kai‐Shek (Jiang Jieshi en chino tradicional), tomó el control del Kuomintang (y del gobierno y del ejército) y lanzó una ofensiva contra los señores de la guerra que dominaban las provincias. Contaba para ello con el apoyo de los comunistas, entre los que se encontraba el joven Mao. A pesar de este apoyo, Chang temía más que a nada a los comunistas, por lo que ordenó a su ejército que tomara 25 Shanghai, controlada por los comunistas. Miles de ellos fueron liquidados por las tropas de Chang. Esta operación le proporcionó el apoyo de los hombres de negocios chinos, y el respaldo financiero de las potencias europeas, muy interesadas en alejar el fantasma del comunismo de China. Ocupó Pekín y logró estabilizar el país, pero no pudo eliminar la presencia japonesa en Manchuria, ocupada desde 1895. 2. El liderazgo de Mao en el partido comunista a) El ascenso de Mao a la dirección del Partido Comunista. Mao estaba convencido de que solo a través de la violencia sería posible operar cambios profundos en China. Con inquietudes políticas desde muy joven, Mao había participado en el movimiento estudiantil contra la entrega a Japón de las colonias alemanas en China, tras el Tratado de Versalles de 1919. En 1921 participó en el congreso fundacional del Partido Comunista Chino. La estrategia inicial de los comunistas fue la de fortalecer la política del Kuomintang para lograr la unidad territorial de China, frente a los señores de la guerra y frente a las potencias imperialistas. Para ello se integraron en el Kuomintang. En 1924, Mao ya era miembro del Comité Central del Partido Comunista y, al tiempo, responsable local de Shanghai del Kuomintang. Cuando en 1927 Chang rompió su alianza con los comunistas y los masacró en Shanghai, Mao comprendió que todas las esperanzas de éxito se encontraban en lograr el apoyo de los campesinos, pese a la opinión contraria de los asesores de la Internacional comunista    enviados desde Moscú. Tras un intento revolucionario fallido en Hunan, Mao se replegó con sus fuerzas a las montañas de Jinggagshan, donde fundó la base del Ejército Rojo. Sus tropas, disciplinadas y eficientemente aprovisionadas, compartían sus esfuerzos y penalidades con sus generales, incluido el propio Mao. No existían privilegios para los altos oficiales. A diferencia de las tropas del gobierno del Kuomintang, el Ejército Rojo confraternizaba con los campesinos, a los que ayudada en sus labores. El principal problema del Ejército Rojo radicaba en la precariedad de su armamento. Esta circunstancia llevó a Mao a llevar a cabo una estrategia de guerra de guerrillas, contando con el apoyo campesino. Hacia 1929, las fuerzas de Mao se trasladaron a Jiangxi, donde establecieron su base, llegando a controlar una población de un millón de habitantes. En la base de Juangxhi Mao fue elegido secretario general del Partido Comunista Chino. Entre las principales medidas adoptadas cabe destacar la redistribución de la tierra entre los campesinos. Para ello no se dudó en liquidar a los campesinos ricos, a los terratenientes y a todos aquellos que se opusieran a la reforma agraria o fueran sospechosos de desobediencia o deslealtad. Como ejemplo cabe 26 mencionar la orden dada por Mao de fusilar a 2.000 soldados del Ejército Rojo, tras haber protagonizado una revuelta. b) La Larga Marcha. Tras varios fracasos previos, el ejército del gobierno de Chang lograron rodear la zona controlada por el Ejército Rojo en Jiangxhi. Sin embargo, en octubre de 1934, las tropas de Mao consiguieron romper el cerco por su punto más débil, dando comienzo a la legendaria “Larga Macha” que los llevaría hasta la provincia norteña de Shaangxi, y más concretamente a la comarca de Yunan. Se trató de una verdadera proeza, en la que los hombres de Mao recorrieron 13.000 km, y en la que solo sobrevieron 5.000 de los 100.000 que emprendieron el camino. La propaganda de Mao convirtió a la Larga Macha en un mito de la revolución comunista china. Se trataba de una prueba de a dónde podía llegar la voluntad de alcanzar un objetivo y de la fortaleza y la clarividencia del liderazgo de Mao. Obedeciendo a Mao no habría objetivo que no se pudiera alcanzar. c) El Soviet de Yunan. En Yunan, Mao estableció un modelo o prueba piloto del régimen comunista a establecer en China. Además de llevar a cabo una reforma agraria semejante a la experimentada en Juangxhi, aunque ahora con menor derramamiento de sangre, se pusieron en práctica programas de alfabetización de los campesinos y se organizaron escuelas, hospitales y hasta fábricas. Todo ello en las grandes cuevas características de la zona. Todo el poder estaba centralizado en Mao, si bien los campesinos y soldados estaban organizados en “comités revolucionarios”. El pensamiento de Mao quedaba reflejado en sus escritos, útiles para reforzar su autoridad personal y para adoctrinar a los integrantes de los comités revolucionarios. El control ideológico de la población era férreo. En 1942 se llevaron a cabo campañas de adoctrinamiento y de identificación de militantes sospechosos de desviarse de la línea política trazada por Mao. Los sospechosos eran obligados a confesar sus “crímenes” y privados de sus posesiones y cargos. En las reuniones de los comités revolucionarios se alentaba la realización de sesiones de autocrítica, en las que los militantes debían exponer sus dudas y secretos. Si no se intervenía, se corría el riesgo de convertirse en sospechoso de ser un individualista burgués; si se hablaba demasiado, se corría el riesgo de recibir castigos por las faltas confesadas. Ningún medio de comunicación estaba autorizado a presenciar estas sesiones, y estaba prohibido enviar cartas o recibirlas del exterior, 27 B) ¿QUÉ MEDIOS EMPLEÓ MAO PARA ESTABLECER EN CHINA UN  ESTADO COMUNISTA? 1. La importancia de la ideología del Partido Comunista bajo el mando de Mao. La ideología de Mao fue pronto como una variante singular del comunismo conocida como el “pensamiento de Mao”, el cual abarcaba política, economía, filosofía todas las opiniones de Mao sobre los distintos aspectos de la vida y la sociedad. Sobre la base de la ideología marxista, basada en el materialismo dialéctico y la explicación de la historia como una lucha incesante en clases sociales antagónicas, Mao aportó la idea central de que en el caso de China, un país de base campesina, la revolución social debía asignar un papel protagonista al campesinado. A partir de 1924, en los años en los que los comunistas colaboraban todavía con el Kuomintang, Mao vio con claridad que el campesinado, con un liderazgo comunista y con una estrategia radical de reforma agraria, llevaría a cabo la revolución social para transformar China. Diez años más tarde, en los tiempos de la Larga Marcha (1934‐1935) y en el contexto de la guerra de guerrillas contra el gobierno del Kuomintang de Chang, su ideología, su “pensamiento” ya estaba maduro. En el aspecto militar, desarrolló las claves de la guerra de guerrillas que luego serían empleadas por movimientos guerrilleros de todo el mundo, desde Cuba a Vietnam. Cuando el enemigo avance, retirarse. Cuando acampe, acosarlo. Cuando se retire, atacarlo y perseguirlo. Todo ello bajo la premisa de convivir respetuosamente con la población campesina, apoyándola y ayudándola. En el ámbito político, partía de las bases esenciales de la teoría marxista: había que impulsar la lucha de clases, mediante la cual el proletariado debía derrocar a la burguesía y a los grandes propietarios de tierras. Tomar el poder y establecer una dictadura del proletariado, durante la cual se debería establecer la propiedad colectiva de los medios de producción (tierras, fábricas). Sin olvidar el compromiso con el impulso de la revolución mundial. Ahora bien, Mao consideraba que en una primea etapa era necesario contar con la colaboración de la burguesía liberal, permitiendo algunas formas de propiedad privada. En una segunda etapa se establecería la colectivización total. 28 Desde esta base común a todos los partidos de base marxista, Mao aportó algunos elementos distintivos del comunismo chino que inspiró. Además de considerar la importancia del protagonismo del campesinado, otro elemento característico del pensamiento político de Mao fue la confianza en las metas que se podían alcanzar movilizando a las masas. Adecuadamente motivados y liderados por el partido comunista, los cientos de millones de campesinos movilizados conseguirían cumplir cualquier objetivo que fuera propuesto. Esta movilización implicaba una renovación constante de objetivos, una revolución permanente que se alejara de todo conformismo y de toda complacencia. Tal y como se había ensayado en el “Soviet de Yunan”, para evitar que los dirigentes se “aburguesaran”, resultaba imprescindible la constante autocrítica y las eliminación de los elementos conformistas. El partido debía mantenerse puro, prohibiendo todo pensamiento individual que se apartara de la línea marcada por las “masas”. Quienes hubieran caído en la tentación de apartarse de lo establecido por el partido, debían confesar y rectificar. Para finalizar, la figura de Mao fue elevada por encima de cualquier otra persona. Siempre estaba en lo cierto, su visión siempre era la correcta y de su pensamiento se podrían extraer las soluciones necesarias a cualquier problema político, económico y social. El culto a la personalidad de Mao forma parte esencial de las características del comunismo chino. 2. La importancia de la Guerra chino‐japonesa y de la Guerra civil china La invasión japonesa de 1937 llevó a Chang a volver a colaborar con los comunistas a los que había estado combatiendo, formándose un Frente Unido contra los japoneses. Esta colaboración permitió a los comunistas extender su guerra de guerrillas y armarse, plantando cara a los japoneses en el Norte.   Sin embargo, Chang rompió en 1941 la alianza con los comunistas. Tras el ataque japonés a Pearl Harbour, los Estados Unidos y Gran Bretaña apoyaron a Chang en la lucha contra los japoneses. Mao aprovechó para criticar la dependencia de Chang de las potencias occidentales, presentándose ante el pueblo chino como “la única fuerza patriótica china”. Mao jugaba la carta del nacionalismo. Al finalizar la II Guerra mundial y tras la derrota de Japón, la guerra civil entre las fuerzas del Kuomintang de Chang y el Ejército Rojo de Mao prosiguió. Ahora bien, británicos y norteamericanos reconocieron al gobierno de Chang como el único legítimo, aunque controlara solo una parte del territorio, y al que cedieron el asiente correspondiente a China en las recientemente creadas Naciones Unidas. Los Estados Unidos continuaron apoyando a Chang, pero mientras  Mao se apropió del armamento 29 abandonado por los japoneses y pasó a ocupar las zonas del Norte de China que habían sido liberadas por la Unión Soviética. Todo intento de apaciguamiento entre los dos bandos fue inútil, y en 1946 las fuerzas del Kuomintang lanzaron una ofensiva a gran escala contra las posiciones comunistas en el Noreste, en Manchuria. Se trataba de la fase final de la guerra civil que había comenzado en 1927, y será en este periodo1946‐1949 en el que, venciendo todas las dificultades, Mao acabaría convirtiéndose en el máximo dirigente de China. Para ello Mao unificó todas las fuerzas bajo se mando, creando el Ejército Popular de Liberación. Se sucedieron las derrotas de Chang, a pesar del apoyo de los Estados Unidos y del escaso apoyo de Stalin a los comunistas chinos. El 1 de octubre de 1949, desde el Palacio Imperial de Pekín, Mao proclamó ante las masas que le aclamaban la República Popular China. En los meses siguientes el ejército de Mao fue eliminando los focos activos del Kuomintang en el Sur, hasta empujarlos a abandonar la China continental y tener que refugiarse en Taiwan. El gobierno de Chang con base en Taiwan continuó siendo el reconocido por la comunidad internacional como el legítimo de China hasta 1971.

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