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CULTURA DE PAZ


Enviado por   •  9 de Agosto de 2013  •  3.401 Palabras (14 Páginas)  •  588 Visitas

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CULTURA DE PAZ

La Cultura de Paz es el conjunto de valores, actitudes y comportamientos que reflejan el respeto de la vida, de la persona humana y de su dignidad, de todos los derechos humanos; el rechazo de la violencia en todas sus formas y la adhesión a los principios de democracia, libertad, justicia, solidaridad, cooperación, pluralismo y tolerancia, así como la comprensión tanto entre los pueblos como entre los grupos y las personas sin importar sexo, etnia, religión, nacionalidad o cultura.

ANTECEDENTES

En la posguerra, después de la terrible devastación de la 2da. Guerra Mundial, se funda la Organización de la NACIONES UNIDAS en 1948, como un espacio de reunión de los países asociados para hablar y comunicarse sin llegar a la guerra.

Se establece un dialogo internacional y entre 1948 y 1950 las Naciones Unidas van construyendo y aumentando sus bases de entendimiento en un espacio político, a través de las distintas agencias que se crean, para atender diferentes temas que hacen al bien común de la humanidad tales como UNICEF, dedicada a la niñez, UNESCO, a la educación, la ciencia y la cultura, la FAO, a los alimentos y muchas otras, son 16 en total.

Se decide el lugar de la sede y los Estados Unidos presionan para que sea en su territorio y aporta un gran capital para ello.

Se crea el primer instrumento universal en DERECHO INTERNACIONAL.

LA DECLARACION DE LOS DERECHOS HUMANOS UNIVERSALES, la Comisión encargada de su redacción fue presidida por Eleonor Roosevelt. En ese momento todavía se tenía como definición de paz: un concepto negativo, la paz era “no guerra, no conflicto, no ejércitos armados, listos para combatir al otro, al menor incidente”.

La UNESCO propone edificar la paz desde cuatro escenarios: la Educación, la Ciencia, la Cultura y la Comunicación.

En la construcción de una cultura de paz es de gran importancia prevenir los conflictos atacando sus causas mediante el diálogo y la negociación; reconocer la igualdad de derechos y oportunidades entre hombres y mujeres; así como la libertad de expresión, opinión e información.

EVOLUCION

En cambio ese concepto al pasar los años se fue transformando a medida que los pueblos tuvieron otras necesidades, alejadas del miedo y pesadilla de la guerra, en una PAZ POSITIVA, de bienestar general de búsqueda del bien común, (se recordó el Contrato Social de Rousseau).

Una aspiración a que todos tengan trabajo, jubilación, derechos no solo políticos sino con cultura, salud, educación, desarrollo social, convivencia interreligiosa.

Hay una PAZ ESPIRITUAL de cada persona que nos lleva a proyectar actividades exteriores muy importantes para lograr la PAZ SOCIAL, por medio del compromiso, la solidaridad, la responsabilidad. Los valores permanentes de respeto a la libertad y al derecho del otro que solo es posible lograrlo en un ambiente sin conflictos y de convivencia pacífica.

Desde 1960 a 1970 hubo una primera generación de pioneros de la PAZ POSITIVA. La segunda generación se formo a través del concepto de que la Paz no se consigue sin el desarrollo pleno de los DERECHOS HUMANOS y en cada región del planeta se dio énfasis a una definición de paz , de acuerdo a la situación política vivida en sus territorios.

VALORES MÍNIMOS PARA CONSTRUIR LA CULTURA DE PAZ

La Cultura de Paz, resultado de un largo proceso de reflexión y de acción no es un concepto abstracto, sino que fruto de una actividad prolongada a favor de la paz en distintos periodos históricos y en diferentes contextos, constituye un elemento dinamizador, abierto a las constantes y creativas aportaciones que hagamos. La educación en este proceso ocupa un importante papel pues gracias a la relación interactiva y sinérgica que mantiene con la Cultura de paz favorece el desarrollo del resto de ámbitos donde esta se desarrolla y construye. Es a través precisamente de la educación que las sociedades alcanzan mayores cotas de desarrollo humano, superan los prejuicios y estereotipos que segregan y separan a unos de otros, se establecen relaciones basadas en la cooperación y la participación, se aprehende y comprende el mundo diverso y plural en el que vivimos, se desarrollan las habilidades y capacidades necesarias para comunicarse libremente, se fomenta el respeto de los derechos humanos y se enseñan y aprenden las estrategias para resolver los conflictos de manera pacífica. ¿Pero cuáles son los valores mínimos universalizables que deben orientar la Educación para la Cultura de Paz? En este sentido, el “Manifiesto 2000”, redactado por un grupo de premios Nóbel, contiene los seis principios clave que definen la Cultura de Paz y que resumen, para nuestro propósito, los valores mínimos para crear espacios de paz en los centros docentes.

Respetar la vida:

Respetar la vida es el presupuesto básico del catálogo de los derechos humanos, sin el cual no es posible el ejercicio de los demás derechos. Principio este que está estrechamente vinculado a dos de los pilares básicos de la educación: aprender a vivir juntos y aprender a ser. Según estos pilares las misiones, entre otras, de la educación serían: “enseñar la diversidad de la especie humana y contribuir a una toma de conciencia de las semejanzas y la interdependencia entre todos los seres humanos”. Descubrimiento del otro que pasa forzosamente por el conocimiento de uno mismo, el reconocimiento de un proyecto personal de vida y la oportunidad de tender hacia objetivos comunes orientados, desde la práctica educativa cotidiana, por unas relaciones basadas en el diálogo y la cooperación para superar las diferencias y generar un clima propicio que prevenga cualquier situación de violencia, abuso o discriminación. Por ello, respetar la vida representa para la educación el imperativo de contribuir al desarrollo integral de cada persona permitiéndole estar en las mejores condiciones para determinar por sí misma qué debe hacer en las diferentes circunstancias de su vida a través de la autonomía personal y el desarrollo del juicio crítico. Como se expresa en el informe Delors (1996): “Más que nunca, la función esencial de la educación es conferir a todos los seres humanos la libertad de pensamiento, de juicio, de sentimientos y de imaginación que necesitan para que sus talentos alcancen la plenitud y seguir siendo artífices, en la medida de lo posible, de su destino”. Todo proyecto educativo centrado en saber “convivir juntos” va unido, por otro lado, a otros valores esenciales como la libertad y la seguridad. Esto significa no sólo la exigencia ética y normativa de favorecer en todo proceso de enseñanza y aprendizaje

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