Caida Del Bloque Socialista
Enviado por fannybonis • 17 de Diciembre de 2012 • 1.311 Palabras (6 Páginas) • 896 Visitas
Los comienzos de la década del setenta fueron aparentemente afortunados para la URSS y los países comunistas de Europa central. La crisis petrolera favoreció a la URSS por ser ésta uno de los más importantes productores de petróleo.
Los millones de dólares que ingresaron gracias a las exportaciones petroleras permitieron aumentar las importaciones desde el Occidente capitalista y postergar reformas necesarias.
A su vez, las sumas incalculables de dólares de la OPEP comenzaron a estar al alcance de aquellos países que lo requirieran, y, a través del sistema bancario internacional, en forma de créditos, la URSS accedió a ellos.
Ante la inactividad del Comecon (Consejo de Asistencia Económica Mutua), algunos países socialistas de Europa central también se endeudaron. De este modo, Europa del Este importó cada vez más capitales y tecnología de Occidente.
A partir de 1975, la URSS, bajo la conducción de Leonid Brezhnev, aprovechó la crisis coyuntural que afectaba la economía de las principales potencias de Occidente, incorporando a la órbita soviética a estados tan lejanos como los de Vietnam, Laos, Angola, Mozambique, Etiopía, Yemen del sur, Camboya, Nicaragua y hacia 1979, luego de su invasión, Afganistán.
Leonid Brezhnev
Ese panorama, supuestamente favorable, llevó a Brezhnev a pretender igualar la superioridad en armamentos que poseían los Estados Unidos, lo cual requería de un esfuerzo que la URSS no estaba en condiciones de hacer.
A comienzos de la década de los 80 la situación cambió y se tornó cada vez más desfavorable para la URSS. Ya en 1977, la situación en el Cercano Oriente había sufrido un vuelco espectacular, cuando el presidente egipcio Sadat, olvidando las buenas relaciones que su antecesor Nasser había mantenido con la Unión Soviética, buscó un acercamiento con los Estados Unidos y un año después firmó los acuerdos de Camp David, comenzando una política de entendimiento con Israel.
Por la misma época, el socialismo reapareció en distintos países europeos, e incluso llegó al gobierno. Así lo hicieron Mario Soares en Portugal (1976); Francois Mitterrand, en Francia (1981) y Felipe González, en España (1982). Sin embargo, el hecho de que fueran electos partidos socialistas no significaba el triunfo del comunismo.
Dentro del comunismo europeo comenzó a expresarse una fuerte división. Algunos de sus partidos anunciaron la intención de maniobrar independientemente de Moscú.
A la URSS comenzó a costarle demasiado caro mantener su condición de superpotencia. Con un producto nacional bruto de un tercio del de los Estados Unidos debía atender a las tropas estacionadas en Europa Oriental, la frontera China, el arsenal nuclear, la carrera misilística y espacial, el cuerpo expedicionario soviético en Afganistán y conceder ayudas económicas indispensables a sus aliados políticos, que últimamente habían aumentado.
Sin embargo, esto no era lo peor. El más agudo problema se encontraba en una economía que, lejos de alcanzar a la estadounidense, acentuaba aún más su retraso, y en una política social que en lugar de avanzar hacia una distribución más equitativa, como correspondería a un régimen comunista, profundizaba las desigualdades entre el trabajador común y el gran dirigente soviético.
Francois Mitterrand
La problemática económica ocupó un lugar central en la evolución política y económica de la URSS. La burocratización, que tanto había preocupado a los líderes de la revolución de octubre de 1917, se había recalentado durante la época de Brezhnev.
En 1983, muerto Brezhnev y con Andropov en el poder, la misma prensa soviética aceptaba que, durante el año 1982, el ausentismo había causado la pérdida de 125 mil horas de trabajo, lo que significaba que 66 millones y medio de soviéticos —prácticamente la mitad de la población activa— no trabajara durante un año.
En cuanto a su estructura industrial, la maquinaria de la URSS, 25 por ciento más pesada que la de Occidente, exigía para su funcionamiento una provisión mayor de materias primas, acero y energía. Algunos expertos estimaban que el aparato industrial soviético consumía cuatro veces más energía que el de los países de economía capitalista.
Mientras
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