Caso Del Cerro Maravilla

Caso del Cerro Maravilla

El 25 de julio significa muchas cosas para los puertorriqueños. Como se sabe en el 1978, en esa fecha dos integrantes del Movimiento Revolucionario Armado, grupo independentista de Puerto Rico, Arnaldo Darío Rosado de 25 años y Carlos Soto Arriví de 19 años, acompañados por un agente encubierto de la policía, Alejandro González Malavé quien había alertado a la Dirección de Inteligencia de la Policía, secuestran al porteador público don Julio Ortiz Molina obligándolo a transportarlos hasta el Cerro Maravilla en Villalba con la alegada intención de volar las torres de comunicaciones allí ubicadas. Al llegar al cerro, fueron emboscados por un contingente de policías que los detuvo, los golpeo y poco después los ejecutó.

Los dos jóvenes independentistas resultan muertos, según la versión oficial, después de un intercambio de disparos con policías que custodiaban las torres. Sin embargo el chofer Ortiz Molina alegó que hubo dos ráfagas de disparo y que uno de los jóvenes clamaba por su vida. Aunque por varios años se mantuvo la versión oficialista, la sospecha de que allí se habían cometido dos asesinatos se mantuvo latente.

Durante una ceremonia pública realizada en el Capitolio ese mismo día, el entonces gobernador del Partido Nuevo Progresista, Carlos Romero Barceló, catalogó los sucesos del Cerro Maravilla como un acto heroico de la Policía. Inicialmente, se dijo que los policías habían intentado defenderse de los activistas y, por eso, les dispararon. Luego se supo que los jóvenes no estaban armados y que nunca intentaron defenderse.

Algunos acusaron al gobernador Romero Barceló de haber obstruido la Justicia por no investigar el evento e, incluso, le atribuyeron conocimiento previo sobre lo ocurrido aquel 25 de julio. A Romero nunca lo acusaron sobre este caso, pero la realización en 1983 de unas vistas públicas en torno a estos sucesos afectó su imagen y contribuyó a su derrota en las elecciones de 1984.

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