Caída del Imperio Romano de Occidente.
Enviado por Saul Cocoletzi Cuatecontzi • 21 de Noviembre de 2016 • Ensayo • 2.122 Palabras (9 Páginas) • 397 Visitas
INSTITUTO DE ESTUDIOS SUPERIORES “BENITO JUAREZ”[pic 1]
Licenciatura en Derecho
Teoría del Estado
Lic. Sinaí Pérez Flores
Caída del Imperio Romano de Occidente
Saúl Cocoletzi Cuatecontzi
Primer Semestre
Apizaco, Tlax., a 13 de enero de 2016
INTRODUCCIÓN
La Caída del Imperio romano de Occidente fue el período de declive del Imperio romano de Occidente en que perdió la autoridad de ejercer sus reglas, y su vasto territorio fue dividido en numerosas entidades políticas. La característica principal de la caída fue la pérdida de la capacidad del estado romano de ejercer dominio, tanto de sus fuerzas armadas como de su administración civil.
CONTENIDO
Caída del Imperio Romano de Occidente
Desunión imperial y amenazas de los barbaros. Teodosio I, que murió en Milán en enero del 395, fue el último emperador que durante más de medio siglo con su habilidad personal y su fuerza de carácter ejerció un sostenido control personal sobre el imperio romano. Era en cierto modo irónico que a su muerte dejara el poder en manos de dos nulidades como fueron sus hijos Arcadio, que nominalmente ostenta el gobierno de Constantinopla, y Honorio, emperador concede en Milán. El control dinástico de Teodosio sobre el imperio se había fortalecido además por su matrimonio tras la muerte de su primera esposa con Gala, hermana de valentiniano I. su hija Gala Placidia nació en 388.
En el momento de ascensión como Agusto principal, arcadio no tenía más que 18 años siendo unos años mayor que su hermano. A finales del siglo IV el imperio se había acostumbrado a tener emperadores niños que asumían el poder en su juventud, casi en su infancia y gobernaban nominalmente bajo la dirección política efectiva de grandes ministros de Estado y gentes que lograban imponerse con su ascendiente personal. Ninguno de los sucesores de Teodosio tuvo demasiada personalidad pero la sucesión se llevó acabo sin resistencia alguna a los aspectos ceremoniales de su cargo y a la influencia de sus consejeros. Arcadio (muerto en 408) fue sucedido por su hijo Teodosio que había sido proclamado coagusto (enero 402) cuando tenía menos de un año. Honorio, después de un reinado de nula actividad, murió de enfermedad 423. Se dijo maliciosamente de él que únicamente te conocía “Roma” a través del nombre de su gallina favorita. Tras la intromisión del usurpador juan (423-425) la corte oriental instalo en occidente a valentiniano III, de cuatro años de edad, hijo de Gala Placidia con el hábil general Flavio Constancio.
La estabilidad dinástica del cargo imperial en este periodo, impresionante en si misma, se vio asegurada acosta de presentar al imperio unos emperadores nominales que vivían en reclusión mimada y servían solo para legitimar los poderes de los ministros que lograban afirmar su ascendiente. Muchos de esos ministros poderosos son bien conocidos: en oriente, entre otros, el antiguo seguidor de Teodosio I, Rufino, el eunuco Eutropio, el perfecto Pretoriano Antemio, el perfecto urbano y pretoriano Ciro de Panopolis y su enemigo Crisafio, para no mencionar la influencia de las mujeres de la familia de Teodosio II, su hermana Pulquería y su esposa Elia Eudosia; en occidente una serie de poderosos comandantes militares especialmente el medio vándalo Estilicon, Constancio, convertido en Augusto 421, Flavio Aesio y el bárbaro Ricimer. La continuidad dinástica creada por el legado de Teodosio no impidió las usuales rivalidades políticas y violencias entre los partidarios de los emperadores, pero su importancia en tiempo extremadamente dificultosos no debe ser subestimada. Otras condiciones anejas al legado de Teodosio crearon el marco de la historia militar y política de principios del siglo V: la división del imperio entre las cortes de Constantinopla y Milan (pronto transferida Arrabena) y la presencia en el imperio de los viso godos bajo sus propios líderes nacionales como fuerza militar al servicio del imperio pero también en una posición idonia para conseguir buenas contra prestaciones. En los años inmediatamente posteriores a 395, Estilicion, de acuerdo con los deseos del moribundo Teodosio, reclamo un protectorado sobre los emperadores oriental y occidental. De este modo la hostilidad que se atrajo del este se intensifico con sus intentos de reclutar gentes para occidente en tierras del este de Lliria, entonces administrada desde Constantinopla. Para conseguir este objetivo Estilicon requirió la ayuda del visigodo Alarico, que invadió Grecia en 395-397 e Italia en 401-402, escapo de sucesivos encuentros con los ejércitos romanos y busco durante largo tiempo una patria segura para su pueblo. en 407 Estilicon estuvo a punto de apoyarse Alarico para asegurarse el control de Lliria; pero la empresa se frustro por las grandes invasiones bárbaras de la Galia y por la usurpación de Britania. Las demandas de Alarico para cobrarse sus extraordinarios servicios fueron rechazadas en principio por el senado; pero llevaron a una segunda invasión de Italia en 408. Estilico fue ejecutado por orden del emperador en agosto del 408 y su reputación fue menoscabada por el trato complaciente que había concedido Alarico: pero sus sucesores en el poder fueron incapaz de enfrentarse a la amenaza bárbara. La muerte de Estilicon fue seguida por tres asedios de Roma, que finalmente fue tomada y saqueada por Alarico en agosto de 410.
Vale la pena considerar la situación desde el punto de vista de los mismo Godos las fuentes del siglo IV nos los muestran antes de su entrada en el imperio Romano como un pueblo tranquilo de agricultores que vivía en comunidades rurales y que comerciaban y a veces viajaban individualmente dentro de los límites del imperio romano. La migración de los godos obedeció a la presión de los hunos desde el este y no fue en modo alguno un movimiento agresivo contra los romanos; esto únicamente sucedió cuando los godos fueron maltratados y oprimidos por los romanos al cruzar el Danubio.
Los godos interpretaban el acuerdo de 382 con Teodosio como una negociación personal con el más que con el gobierno romano. A su muerte Alarico se encontró en una posición delicada al no estar seguro de que los sucesores de Teodosio tanto en oriente como en occidente hicieron honor al tratado. A lo largo de sus relaciones con el régimen de Honorio y Estilicon, Alarico insistió en los mismos propósitos: tierras para el asentamiento permanente de su pueblo, subsidios financieros y provisión regular de alimentos. Tras el saqueo de Roma en 410, se dirigió al sur para asegurarse el paso a áfrica, pero murió en Italia meridional y su sucesor, Ataulfo condujo a los godos de Italia a la Galia. Allí se instauro en 414 un régimen godo con un emperador romano de paja. Tenía su capital en Narbona donde Ataulfo caso con Gala Plasidia, hija de Teodosio (a la que tenía como rehén desde el saqueo de Roma) y proclamo su política de sostener el nombre de roma por la fuerza de las armas godas. Al año siguiente un bloqueo naval los forzó a trasladarse a Hispania. Tras el asesinato de Ataulfo, su sucesor Valia fracaso en un intento de cruzar áfrica y finalmente, en 418, un acuerdo con el gobierno romano le aseguro un asentamiento en el suroeste de la Galia entre los ríos Garona y Loira. Desde el punto de vista godo no fue una secuencia de acontecimientos triunfales pero al final consiguieron lo que deseaban.
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