Comentario
Enviado por andrea220810 • 3 de Abril de 2014 • 358 Palabras (2 Páginas) • 217 Visitas
Los partidos liberal y conservador son pluriclasistas por su composición pero en ellas la representación de diferentes clases, o fracciones de clase, implica la imposibilidad de los intereses de la clase dominante. Esta característica les ha permitido supervivir y explica en parte el bipartidismo colombiano.
El control electoral de la corrupción (un control vertical) se realiza siempre ex post. Es decir, el político roba y entonces el votante cabreado elige a otro partido. Cuando hay solo dos partidos, el principal grupo de la oposición tiene buenas razones para esforzarse en controlar al partido en el poder. Si la oposición llama la atención al electorado sobre la corrupción del gobierno, de entrada, tendrá unos claros réditos electorales en régimen de monopolio. O le votan a él o, al menos, desmoviliza a los votantes del adversario. Sin embargo, en un sistema multipuntito no está claro quién se beneficiará electoralmente de la corrupción del partido en el gobierno.
Es más, puede ser que un partido denuncie la corrupción y no necesariamente reciba más votos, sino que simplemente se distribuyan entre todos los partidos por igual o incluso vayan a un tercero. Es razonable pensar que la existencia de múltiples partidos puede ayudar a controlar la corrupción del gobierno ya que hay más ojos vigilantes. Sin embargo, también hay razones para pensar que en un contexto multipartidista los políticos preferirán abstenerse de gastar su capital en la denuncia de malas prácticas.
La historia de Colimba tomo otro rumbo. Las esperanzas de una sociedad más justa terminaron con la muerte del líder que encarnaba las esperanzas de los más pobres. Pero ¿Qué significaba Gaitán en la sociedad colombiana para que ella reaccionara de la manera como lo hizo ante su asesinato? La astucia y habilidad política hicieron a Gaitán un verdadero caudillo que despertó admiración y se entronizo en el corazón de su pueblo. Fue el líder del “país nacional” que se enfrentó valerosamente al “país político”, señalándolo la politiquería, la corrupción, el fraude y el engaño como las plagas que oprimen al pueblo y no permiten progresar. Primero fue el desconcierto, después la indignación, luego soplo una ráfaga de cólera que encegueció las conciencias.
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