Complejidad

La complejidad, es ante todo una noción lógica, epistemológica y política, antes que cuantitativa. No se rechaza la comprensión matemática de la realidad, pero se asume desde presupuestos epistemológicos distintos.

La comprensión apropiada de complejidad no debe orientarse hacia la reducción de lo complejo a lo simple, ni hacia la reducción a la totalidad o a un holismo. La comprensión adecuada es aquella que articula lo desarticulado, sin desconocer a la vez las distinciones; es la que sostiene la concurrencia, el antagonismo y la complementariedad de los contrarios, pero no necesariamente todos ellos al mismo tiempo.

El pensamiento complejo, propuesto por el Profesor Edgar Morin de Francia, considera que todo es complejo por ser el resultado de varias partes, por tanto para conocer la realidad es necesario entenderla en su conjunto. Esta teoría ofrece un pensamiento, producto de un método de complejización del conocimiento que pasa por una reforma del pensamiento. Lo realmente complejo es la realidad, pero el pensamiento puede ser complejo en la medida en que se deje de simplificar lo real. Construye su perspectiva apoyándose especialmente en la sistémica, la cibernética de segundo orden y la teoría de la comunicación.

La perspectiva de la complejidad puede llamarse paradigmática en varios sentidos, ya que se articula a partir de los nuevos paradigmas de las ciencias, reordena el conocimiento y se aplica a todo tipo de realidad. Esta no sólo sirve para entender la complejidad de la naturaleza, sino que, especialmente, a diferencia de otras perspectivas, se concentra en lo humano y lo social, realidad en la que se encuentra el mayor grado de complejidad.

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