Conociendo a Frida. Entrevista con Alejandra Marín Medero

Conociendo a Frida.

Entrevista con Alejandra Marín Medero

Frida Kahlo (Magdalena Carmen Frida Kahlo Calderón) es la pintora latinoamericana más famosa del siglo XX y figura fundamental del arte mexicano. Conoció a Pablo Picasso y André Bretón; fue amiga del revolucionario ruso León Trotsky y del poeta Pablo Neruda. Su casa recibió a escritores, artistas, directores de cine, médicos, políticos, fotógrafos. Diego Rivera, el artista más reconocido del muralismo mexicano y esposo de Frida, la calificó así: “Tu genio […] está en el cuadro y en tu imagen. Decididamente no hay ningún pintor viviente que pueda hacer lo que tú. Te has echado al pico a toda la raza pintante."

Frida expuso en vida en la Julien Levy Gallery, en Nueva York (1938); en la Galerie Renou et Colle, en París (1939); en la Galería de Arte Mexicano de Inés Amor, en la Ciudad de México (1940); en la Exhibición Internacional de Surrealismo, y en la Galería de Arte Contemporáneo de Lola Álvarez Bravo (1953).

¿Cómo paso realmente tu accidente en tu juventud?

Recuero con exactitud la fecha, fue un  17 de septiembre de 1925 sufrí un grave accidente cuando el autobús en que viajaba fue arrollado por un tranvía, quedando aplastado contra un muro y completamente destruido. Regresaba de la escuela a casa junto a Alejandro Gómez Arias, mi novio en aquel entonces. Mi columna vertebral quedó fracturada en tres partes, sufriendo además fracturas en dos costillas, en la clavícula y tres en el hueso pélvico. Mi pierna derecha se fracturó en once partes, el pie derecho se dislocó, mi hombro izquierdo se descoyuntó y un pasamanos me atravesó desde la cadera izquierda hasta salir por la vagina. Habría sido la forma más brutal en la que perdí mi virginidad. La medicina de mi tiempo me atormentó con múltiples operaciones quirúrgicas (por lo menos 32 a lo largo de mi vida), corsés de yeso y de distintos tipos, así como diversos mecanismos de "estiramiento"

¿Cómo fueron sus inicios con la pintura?

A comienzos de 1925, poco antes de mi accidente, había trabajado como aprendiz en el taller de grabado e imprenta de Fernando Fernández Domínguez, un amigo de mi padre que, en medio del trabajo, me enseñaba a dibujar copiando grabados de Anders Zorn, dado que creía haber detectado en mi dotes especiales para este arte. Aparte de esta experiencia yo no mostraba interés por la pintura, Durante mi larga convalecencia comencé a pintar de manera más constante. En 1926 pinte mi primer autorretrato al óleo que dedique a Alejandro Gómez Arias. En esta primera obra emprendí una dinámica que continuaría el resto de mi existencia: reflejar en mis cuadros los sucesos de su vida y los sentimientos que le producían.

¿Qué sucedió después de que descubrió este cierto “talento”, dentro de usted?

En 1927 mi pintura se volvió más compleja. Ese mismo año pinte el Retrato de Miguel N. Lira, un óleo sobre lienzo de 99,2 X 67,5 cm donde plasmo a mi     compañero cachucha en un fondo muy particular y simbólico, lleno de objetos y signos que aludían a su nombre. Apenas un año más tarde, realize el retrato de mi hermana Cristina, con líneas muy puras y tonos muy suaves.

Por esta época, yo había comenzado a frecuentar ambientes políticos, artísticos e intelectuales. A través de Germán de Campo, un dirigente estudiantil muy admirado por mí, conocí al comunista cubano Julio Antonio Mella quien vivía exiliado en México con su pareja de origen italiano, la fotógrafa Tina Modotti, a través de quienes entre en contacto con el pintor Diego Rivera. Yo y Tina entablamos rápidamente amistad y ella empezó a llevarme a las reuniones políticas de Partido Comunista de México, organización de la que ya formaban parte varios de mis amigos cachuchas y a la que también me incorpore formalmente. Diego era militante del Partido Comunista desde 1922.

¿Cómo fue cuando empezó a tratar a Rivera?

conocí a Diego a través de Tina. Anteriormente, había tenido ocasión de observarlo durante la realización de su primer mural en el Anfiteatro Simón Bolívar de la Escuela Nacional Preparatoria. En 1928 lo había encontrado nuevamente, algunas veladas y reuniones a las que asistía con Modotti, pero no había hablado nunca directamente con él. Un día lo visite espontáneamente, mientras trabajaba en una serie de murales para el edificio de la Secretaría de Educación Pública, con el objeto de mostrarle mis propios trabajos. Diego quedó impresionado con mis cuadros y el me animó a seguir pintando. Desde entonces fue constante invitado a la casa de mi familia.

¿Cómo fue su relación con Diego?

Contraje matrimonio con él, el 21 de agosto de 1929. la relación consistió en amor, aventuras con otras personas, vínculo creativo, odio, un divorcio en 1939 y un segundo matrimonio un año después.

Al matrimonio lo llegaron a llamar la unión entre un elefante y una paloma, pues Diego era enorme y obeso mientras que yo era pequeña y delgada. Por otra parte, debido a mis lesiones, nunca llegue a tener hijos, cosa que tarde muchos años en aceptar.

En 1930, me embarazó por primera vez. Sin embargo, debido a la posición anómala del feto y a las secuelas del accidente, el embarazo de tres meses debió ser interrumpido, según decidió el médico Jesús Marín. Por aquel entonces otros médicos opinaron que probablemente nunca podría tener hijos.

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