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Conquista Del Occidente


Enviado por   •  8 de Noviembre de 2012  •  1.910 Palabras (8 Páginas)  •  3.995 Visitas

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Nuño Beltrán de Guzmán y la conquista del occidente de México

Nuño Beltrán de Guzmán nació en la ciudad de Guadalajara, España hacia el año 1490, murió encarcelado en el castillo de Torrejón de Velasco en 1544. Algún cronista de la época de la conquista lo tildó de; el aborrecible gobernador del Pánuco y quizás el hombre más perverso de cuantos habían pisado la Nueva España en tanto Fray Bartolomé de las Casas lo calificó de gran tirano.

En 1530 Nuño de Guzmán, rival del conquistador Hernán Cortés, salió de la ciudad de México con un gran ejército compuesto de 300 españoles y 10 000 mexicanos, otomíes, tlaxcaltecas y tarascos. Iba en busca del legendario reino de las amazonas que la tradición situaba hacia el noroeste, más allá de la Sinaloa actual. Es de notar que los ejércitos de la conquista no eran españoles, sino que en su mayoría eran indígenas. Sin los indios amigos, los españoles, por su corto número, no hubieran podido hacer gran cosa. Como su enemigo declarado, Nuño Beltrán decidió ampliar sus dominios por lo que organizó una exploración a los actuales estados de Nayarit, Jalisco, Colima, Aguascalientes y parte de Sinaloa, Zacatecas y San Luis Potosí.

A su paso por esas poblaciones solo quedó desolación pues después de apropiarse del maíz, arrasaba las poblaciones y torturaba a los caciques con la idea de descubrir las ’riquezas escondidas’ en los reinos conquistados. La conquista del occidente por el más cruel de los jefes españoles comenzó de manera trágica: con el tormento y la muerte atroz del rey Calzontzin, uno de los más poderosos señores tarascos (purhépecha) y quien había recibido muy bien a los españoles. La codicia de oro de Nuño de Guzmán precipitó el fin de Calzontzin, lo que causó gran escándalo en la Nueva España y en Europa.

Guzmán por dondequiera incendió pueblos y vejó a sus habitantes. Le precedía la noticia del asesinato de Calzontzin y de las barbaridades que venía cometiendo su numeroso ejército. Muchos pueblos, convencidos de que no podrían resistir, recibieron en paz a los invasores, los otros pelearon con bravura pero salieron derrotados gracias a la superioridad numérica y a la artillería de las fuerzas de Guzmán.

Desde la visita del capitán Cortés los indios de la región de Ixtlán vivían en buena vecindad con los españoles, pero como los soldados de Guzmán cometían muchos robos y atropellos, los ixtlecos se alzaron, y con ellos la gente de Ahuacatlán y, en general, hasta la costa. Era precisamente lo que buscaba Guzmán ya que eso le daba el pretexto para "conquistar" de nuevo un territorio que de hecho no necesitaba conquista después de la toma de posesión pacífica de Francisco Cortés.

Nuño de Guzmán marchó a sangre y fuego de Ixtlán a Ahuacatlán, conducta que contrasta en todo con la que siguió el capitán Cortés. Antes de llegar a Ahuacatlán, un gran número de los habitantes de estos pueblos cerró el paso a los conquistadores; se libraron algunos combates, pero en vano. Habiendo tomado posesión del pueblo de Ahuacatlán, que también se adjudicó, Guzmán extorsionó a los indios para que le entregaran oro y plata y los obligó a que le dieran 800 "tamemes" o cargadores.

A causa del poder que Hernán Cortés alcanzó, algunos personajes en Castilla España, empezaron a crear un grupo cuyo objetivo era minar el poder de Cortés en los nuevos territorios conquistados por éste. Por ello se empezó a hablar de abusos cometidos por las tropas de Cortés en América, lo que obligó a la Corona española a establecer en México un gobierno más efectivo, con tal fin nombraron en Burgos España el 13 de Diciembre de 1527 una Real Audiencia Gobernadora compuesta por un presidente y cuatro oidores, la presidencia recayó en el licenciado Beltrán Nuño de Guzmán.

De vieja familia de origen hidalgo de Guadalajara España, en 1525 parte para América al igual que lo hicieron muchos hidalgos de poca fortuna en aquella época. Para 1528 el emperador Carlos V lo nombra gobernador de la provincia del Pánuco y posteriormente Presidente de la Real Audiencia de México con la intención de que terminara con los abusos que los conquistadores realizaban en la Nueva España, durante un año que duró en el cargo mandó colocar escudos reales en los principales edificios para significar que el soberano era el rey y no Hernán Cortés. Desde entonces fue acérrimo enemigo de Cortés. Es de pensar que la Corona no conocía a la gente que nombraba, porque Nuño de Guzmán se había conducido de la manera más cruel durante su gestión de Gobernador de la Provincia del Pánuco, tomaba prisioneros a los nativos del lugar para posteriormente venderlos como esclavos en las islas del caribe.

En 1529 la Corona española reinvindicó a Hernán Cortés el título de Capitán General de la Nueva España y regresó Cortés a México, por lo que Nuño de Guzmán decidió abandonar su cargo de Presidente de la Real Audiencia, y organizó una expedición militar en busca de riquezas hacia el noroeste de México, compuesta por 300 españoles y 6,000 nativos auxiliares, expedición que resultó en gran perjuicio para los nativos de los hoy estados de Nayarit, Jalisco, Colima, Aguascalientes y parte de Sinaloa, Zacatecas y San Luis Potosí, y que es aun recordada como uno de los más brutales episodios de la conquista de México.

Su táctica era la siguiente: sitiar los poblados indígenas, apropiarse del maíz y otros cultivos, arrasar e incendiar las poblaciones, todo ello junto con tormentos aplicados a los caciques nativos para lograr información sobre sus riquezas y las de otros reinos indígenas, riquezas que frecuentemente no existían más que en la imaginación de Nuño de Guzmán. Un episodio entre tantos nos da una idea de sus tácticas, en territorios de Michoacán un cacique llamado

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