Cortes De Drogas, Caso De Puerto Rico
Enviado por burban • 2 de Septiembre de 2013 • 19.860 Palabras (80 Páginas) • 835 Visitas
Las Cortes de Drogas Bajo el Enfoque de Justicia Terapeutica: Evaluación de Programas en Puerto Rico
Ana María López Beltrán, Ph.D., MTS
ABSTRACT0
En este estudio nos propusimos examinar la interacción entre el juez y el participante en la corte de drogas bajo el enfoque del modelo Jurídico Terapéutico. En la aplicación de este modelo la función del juez cambia: de ejercer un rol neutral que adjudica la controversia, a facilitar la rehabilitación supervisando el progreso, siendo modelo y promoviendo la participación en programas de servicios de base comunitaria.
Se utilizaron como marcos conceptuales las siguientes teorías: Enfoque Jurídico-terapéutico de D. Wexler y B. Winick; Aprendizaje Social y procesos cognitivos de autoeficacia y autocontrol de A. Bandura; Indefensión Aprendida de M. Seligman y las propuestas de Marlatt y Gordon sobre el desarrollo de habilidades para afrontar las recaídas. Analizamos variables, condicionantes y recursos para desarrollar en las personas sus creencias de autoeficacia y autocontrol, como experiencia de dominio, experiencia vicaria a través de modelos sociales, persuasión social y desarrollo del estado físico y emocional. Examinamos la teoría de aprendizaje social de A. Bandura, evaluando el aprendizaje vicario presente en los procesos de vistas de seguimiento en las cortes de drogas. Los procesos que se dan en estas vistas ante el juez pueden ser un medio efectivo para fomentar la eficacia de los participantes, a través del aprendizaje social por observación de la conducta de otros, y por el rol y el modelaje que ejerce el juez(a) al administrar refuerzos y sanciones durante el proceso. El juez en la Corte de Drogas en su rol terapéutico debe incentivar y motivar a los participantes y aplicar las sanciones en forma “sabia”, para conseguir el efecto deseado.
Para conocer los procedimientos que contribuyen a resultados positivos se examinó las técnicas que utiliza el juez durante el proceso. Utilizando la metodología del estudio etnográfico se realizó observación de los procesos en la Sala y se entrevistó a los jueces(as) destacados(as) en las Salas Especiales de Drogas en seis Regiones Judiciales para conocer sus actitudes, conocimientos y destrezas en la aplicación de este nuevo enfoque. Se aplicó un cuestionario a una muestra de cuarenta y siete (47) participantes para conocer el impacto de la función del juez en su proceso de rehabilitación y el grado de satisfacción con los servicios recibidos y se observaron los procedimientos en ciento nueve (109) casos llevados a cabo en estas vistas.
Entre los hallazgos más significativos encontramos que la mayoría de los jueces(as) asignados a estas cortes especializadas de drogas (56%) no habían recibido adiestramiento formal sobre el tema de la adicción, ni sobre el modelo jurídico terapéutico en que se enmarca el funcionamiento de la corte de drogas (67%).
Las observaciones de los procesos nos llevó a concluir que solo dos de los nueve jueces utilizaron diversa estrategias para estimular participación, establecer diálogo, empatia e influir el dominio y auto eficacia del participante. Por otro lado fue significativo que el 93.6 por ciento de los participantes respondió afirmativamente que escuchar los relatos de otros participantes les ayuda mucho en su tratamiento.
Introducción:
La drogodependencia puede ser considerada como el mayor reto que ha enfrentado la sociedad moderna por sus repercusiones sociales, económicas y política. Ha sido catalogada como uno de los problemas sociales y de salud pública mayor del siglo XX, no sólo por las implicaciones en la salud física y mental sino también por los aspectos legales, y criminales que presenta. Está asociada a actos como: crímenes contra la persona y la propiedad, tráfico ilegal, asesinatos por el control de los “puntos”, prostitución; disfunción familiar como violencia doméstica, maltrato de niños, suicidio; y en la trasmisión del SIDA a través del intercambio de jeringuillas y otras conductas de alto riesgo en la trasmisión de enfermedades sexuales. Es por ello que la drogodependencia tiene un alto costo no solo para los individuos y las familias victimas del crimen, sino para la sociedad en general (PR. SANAP, 2002).
La Organización Mundial de la Salud (OMS) define la adicción como un estado de intoxicación periódica o crónica, nocivo para el individuo y la sociedad, provocado por el consumo repetido de un fármaco natural o sintético, cuyas características son: un afán exagerado por la droga, la tendencia a elevar la dosis, la dependencia psíquica y física del fármaco, y la aparición de síntomas al suprimir la droga (Materazzi, 1990).
Aspectos históricos de la drogodependencia en Puerto Rico
Históricamente el uso de sustancias que alteran el estado de ánimo del individuo se remonta hasta el año 8000 A. C. Existe evidencia de la presencia de la planta adormidera (productora de opio y sus derivados) a través de diferentes períodos de la historia. Un ejemplo de ello lo constituyen las tablillas en escritura cuneiforme encontradas en Summer, Asia Menor (3000 AC) donde quedó registrada la existencia de la planta adormidera con los signos Gill y Hull. (Draper Miralles, 1986).
A lo largo de la historia también vemos el uso de substancias que alteran el estado de conciencia, relacionadas con la magia, la religión y con la medicina. Muchas substancias que mezclaban opio o sus derivados fueron producidos con propósitos médicos y una variedad de aplicaciones (Freixa, 1981). A finales del 1800 y los inicios del 1900 el alcohol, la cocaína y los opiáceos eran usados comúnmente para propósitos médicos y eran productos patentizados. Al principio del siglo XX había un alto consumo de estas drogas para propósitos médicos y recreativos. Para esa época el uso de estas sustancias era visto con tolerancia y cierta simpatía, mientras que la dependencia del alcohol era rechazada. Sin embargo, las actitudes hacia las drogas y el alcohol fueron cambiando gradualmente y el alcohol llegó a ser socialmente aceptado, mientras que el uso de estas sustancias fue rechazado al ver los efectos adictivos y asociarse la adicción con el crimen, prostitución y los grupos socioeconómicos bajos. Esto resultó en una percepción del usuario de drogas como un grupo temido y rechazado de la sociedad ( Video ABC, 1995).
De acuerdo con Hernández (1995) durante el siglo XIX y principios del XX eran pocas las regulaciones que existían para controlar el uso de narcóticos u otras sustancias adictivas. En 1880 se hizo una Cruzada Internacional contra las drogas promovida por el Gobierno de Estados Unidos. En el 1909, el Congreso pasó
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