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Cosmologia Maya


Enviado por   •  8 de Septiembre de 2012  •  9.238 Palabras (37 Páginas)  •  693 Visitas

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| Cosmología Maya “Nosotros conocemos acerca de la coherencia e integridad de los antiguos Mayas mucho antes de comenzar a trabajar en este libro. Nuestros propios estudios y más de un siglo de investigación da testimonio de la total homogeneidad del arte Maya, escritura y simbolismo a través del completo período Clásico. No obstante, nos sorprendió que cada elemento de la cosmología Maya, no importa donde empezáramos, nos dirigía hacia unos pocos temas centrales: la creación del cosmos; el ordenamiento del mundo de la gente y los dioses y antepasados al Otro Mundo; el triunfo de los humanos ancestrales sobre las fuerzas de la muerte, debilitamiento y muerte, a través de habilidad y hechicería; el milagro de la real resurrección a consecuencia del sacrificio; y el origen del maíz como la sustancia del cuerpo y alma Maya”, escribe David Freidel en el libro Maya Cosmos[1]*, el cual me propongo utilizar como marco de referencia para este capítulo. La civilización Olmeca fue antecesora de la Maya y por un período de varios siglos coexistieron paralelamente. Freidel comenta: “Nosotros hemos encontrado que en algunas situaciones, la estructura del credo ha descendido de los Olmecas, con raíces que tienen tres mil años de antigüedad y quizás mucho más antiguas”[2] El culto de Kukulkán y de Itzamná indican que los Mayas tenían el concepto de la existencia de un solo gran dios y de las tríadas, por lo que no le fue difícil absorber las creencias de los conquistadores cristianos: un solo Dios Omnipotente y la Trinidad, ya que correspondían simbólicamente con sus creencias ancestrales. Esto debe haber tenido mucho sentido para los Mayas, porque ellos entendían y todavía entienden, la naturaleza cuádruple de la divinidad, lo cual representan en sus altares y ritos. Cuando el shamán efectúa sus rituales, el regenera el orden del cosmos y reúne los dos mundos separados, el mundo humano y el Otro Mundo, al... [continua]

LA VISIÓN COSMOGÓNICA DE LOS AZTECAS

Los aztecas recogen la tradición cultural mesoamericana y su arte, su ciencia y su panteón divino van a caracterizarse por su sincretismo. En primer lugar destaca su escritura compuesta por caracteres ideográficos, algunos numerales y glifos fonéticos. Si bien es cierto que su escritura no logró superar a la desarrollada por los mayas, ésta les sirvió para administrara su imperio. El arte mexica es la culminación de las manifestaciones artísticas de la tradición mesoamericana, con una gran estatuaria, una importante pintura mural y unos elaborados mosaicos. Destaca el arte de la plumaria, del cual, dado el carácter perecedero del material, no conservamos muestra alguna; sin embargo, sí disponemos de algún ejemplo como el que muestra la siguiente imagen; se trata de la Rodela de Ahuítzotl realizada con plumas y oro embutido fechada entre el 1325 y el 1521.

En cuanto al desarrollo científico, el pueblo azteca destacó en medicina y farmacopea; es de suponer que una cultura tan vinculada a las prácticas guerreras contase con eficaces curas para los traumatismos. También destacaron en la astronomía, la base de su calendario, herencia de la cultura maya. Emplearon el calendario de 365 días y el de 260, utilizando además, la «rueda calendárica» de 52 años. . Los aztecas tenían una concepción cíclica del tiempo, por lo cual consideraban que se podía predecir, de ahí la importancia de la observación astronómica y del calendario. La observación de los astros fue tan importante que esta prestigiosa tarea fue una obligación del Huey Tlatoani.

La educación fue importante, sobre todo, en lo que se refiere a la formación de los pipiltzin, marcada por su carácter obligatorio y su dureza. La enseñanza de los nobles, desarrollada en escuelas especializadas (calmécac), se diferenciaba de la que recibían los macehualtín, los no privilegiados. La formación de la élite debía ser más completa, ya que eran ellos los que ocuparían cargos importantes en el ejército y en la administración; eran formados en derecho, historia, astronomía, religión..., pero también en poesía y canto. Era un pueblo orientado hacia la guerra, preocupado por que los jóvenes fuesen formados en una serie de conocimientos y prácticas, y en un sentimiento de unión entre ellos. Existieron órdenes militares entre los aztecas, como las llamadas «Hombres Valientes», «Caballeros del Sol»; y también los no privilegiados tenían sus propias órdenes como la conocida como «Nobles Águila».

La importancia de la guerra está vinculada con la concepción mesiánica que los mexica tenían sobre sí mismos. Consideraban que ellos eran el pueblo elegido para mantener con vida al Sol; Sol que únicamente podía alimentarse con un elemento que se hallaba exclusivamente en la sangre de las madres muertas en el parto, la sangre de guerreros muertos en combate y la sangre de prisioneros sacrificados en el altar mayor. Así, las actividades bélicas estaban ampliamente justificadas desde el punto de vista práctico-religioso.

Los sacrificios humanos, realizados siguiendo un solemne ritual, eran fundamentales para los mexicas.. Se desarrollaban en la «Piedra de los Sacrificios» del templo, donde cuatro sacerdotes sujetaban al prisionero y le extraían el corazón, para después cortarle la cabeza. El corazón se guardaba en un recipiente especial, mientras que el cuerpo era arrojado por las escaleras abajo y el guerrero que capturó al prisionero tenía derecho a celebrar con él un banquete.

Esta religión, que tenía como preocupación principal el mantenimiento del Sol mediante el sacrificio, contó con un panteón enorme compuesto por sus propios dioses, por deidades que fueron asimilando en su marcha desde norte hasta el lago Texcoco y divinidades de pueblos conquistados. Además los aztecas tenían un dios para cada actividad y cada calpulli. A este variado panteón, debemos añadir el hecho de que eran dioses de carácter cambiante, asociados a colores y con posibilidad de multiplicarse. De todas estas divinidades, la más importante fue Hiutzilopochtli, el dios del sol y la guerra, que tenía su antítesis en Telcatlipoca, concebido como un dios oscuro, lo cual pone de manifiesto la dualidad existente en la religión azteca. También fueron importantes Tlaloc, dios de la lluvia, y Quetzalcoalt.

Quetzalcoatl era un dios antiguo, anterior a los mexicas, del que hay diversas versiones. Para algunos era el dios creador del hombre, mientras que para otros fue un dios civilizador, identificándolo con Prometeo. El mito de Quetzalcoalt es muy interesante para entender la reacción de los aztecas ante la llegada de los conquistadores. Este dios también es conocido como el dios del viento bajo

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